III

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Los siguientes días de universidad fueron similares al primero, pero Dan y yo ya nos animábamos a conversar un poco más. Dan me contaba cosas de la universidad, de los profesores y los alumnos, porque él era de segundo y ya conocía aquello; y yo le contaba cosas de España, que a él le interesaba ya que nunca había estado en Europa.
- ¿Y cómo se dice "Eres un imbécil" en español?
- Eres un imbécil.
- ¿En serio? ¿Y de verdad os ponéis esos trajes tan graciosos de lunares y decís "olé" continuamente?
- Por supuesto que no. - le dije riendo.
Dan se inventó un juego para que yo conociese a la gente de allí. Cada día en el almuerzo, yo tenía que señalarle a una pandilla o a una persona distinta y él me contaba cosas sobre esa gente.
Lo primero que hice fue preguntarle por un grupo de personas que se asemejaban a mis amigos de España. Los típicos pijos bien vestidos y guapos que sólo hablan de estudios. A pesar de que mi mejor amiga era la más pija de mi instituto, y que incluso yo misma lo era, decidí que no quería volver a juntarme con gente así porque estaba aburrida de ese mundillo. Otro de los días le pregunté por un grupo de personas que vestían de negro, eran escandalosos y los hombres se maquillaban casi tanto como las mujeres.
- Ah, esos. Son raritos. Lo cierto es que son bastante conocidos aunque no se relacionan demasiado con gente que no sea de su grupo, si acaso los hombres buscan chicas a las que tirarse y las mujeres buscan a chicos a los que tirarse. Hay uno en especial, Ashley Purdy, que es el más mujeriego del curso, pero por alguna razón que no logro entender. Muchas chicas venderían a su abuela por pasar una noche con él. Pobres ingenuas. Por lo demás, o les odian o desean ser como ellos.
- ¿Tú los odias o quieres ser como ellos? - le pregunté.
- No es que los odie, simplemente me desagradan, son eacandalosos y no les veo el atractivo por ninguna parte, pero no los odio.
- ¿Y tú no tienes pandilla?
- Sí, en total somos cuatro, pero les he dicho que estos días tomaría el almuerzo contigo.
- Ah, ¡pero no es necesario! Quiero decir, me los puedes presentar, no hace falta que te separes de ellos por mi.
- En ese caso mañana te los presentaré.
Realmente esperaba conocer a la pandilla de Dan, y encajar, parecían normales y por una vez en la vida quería ser una persona normal, y no tener que esforzarme por agradarle a todo el mundo.
Al día siguiente me los presentó, Jason, Becca y Chris. Almorcé con ellos y parecían majos, más tarde, Dan me contó que le gustaba Becca, y que ella lo sabía pero simplemente preferían no estar juntos para no estropear su amistad y deshacer el grupo si rompían.
- Dan, eso es una tontería. Si os gustáis deberíais estar juntos.
- No, de verdad, lo preferimos así. Nos acostamos el día que se lo confesé pero después decidimos que todo quedase ahí.
Ese mes transcurrió tranquilo, tanto en la facultad como en casa de mis tíos. Me trataban de maravilla a pesar de ser estrictos al igual que mis padres. En verdad estaba harta, a veces pensaba que quería dejar de ser yo. No quería tener que vivir con normas de niña de 14 años, tampoco quería tener que agradar a nadie con mi forma de vestir, siempre elegante, pero sobretodo quería olvidar a Bruno.

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