Cap. 6

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Luego de explicarle 3 veces lo sucedido termino creyéndole a la miss. Payasa, quien me acusó de ser una alumna indiciplinada, malcriada y con desorden mental. Básicamente Me dijo loca ¿loca yo? ¡Loca su abuela!

Después del día tan jodido, era hora de que mi abuela viniera por mi, a llenarme de besos y abrazos... Moría de ganas de cortarle lo que había pasado hoy. Ella siempre me enseñaba maneras nuevas de cómo defenderme y luego me llevaba por helado, y vaya que necesito un helado para olvidar estos problemas. Pasaron horas y horas y mi abuela no vino a buscarme. Es muy raro, ella nunca se olvida de mi.... ¡Jamás! Espere y espere a que viniera alguien por mí pero nadie vino por mi. Luego de que cerrarán la escuela la secretaria me vio sola y me llevó, Pero no había nadie en casa así que la secretaria me llevo con ella a su casa.

Su casa era pequeña, tenía una sala muy estrecha y en ella hay un pequeño comedor, un pequeño sofá y una tele. La cocina es del mismo tamaño, hay un reguero platos que parecen estar sucios, una montaña de platos.

–Siéntate, llamaré a tu madre— Dice mientras teclea su teléfono y lo pone en su oído—no contesta— deja el teléfono en la mesa y trata de organizar la cocina. Da un largo suspiro.— ¿Quieres helado? Tengo un poco en la cocina. Perdona el desorden cariño.

Dejó mi mochila en un pequeño escondite que hay al lado del mueble para que no moleste. Me levanto y le ofrezco mi ayuda a Margot y la agradeció cariñosamente. Mientras arreglaba la sala, encontré algo parecido a una vehiga desinflada transparente. Lo tome en mis manos y se lo mostré a Margot.

—¡Oh hija mía! Deja eso, no lo toques.—dice con repulsión y asco mientras ella lo toma en su mano y lo envuelve en papel para luego hacharlo a la basura. Aún no sé que es, y estoy curiosa ¿porque su reacción ?

—¿Qué era eso, Margot?— pregunto, ella sonríe y agita su cabeza varías veces a los lados.

—son fundas de helados, mi hijo es muy desordenado y a veces no sabe dónde deja sus fundas de helado.

—nunca había visto helado en esas bolsas...

—¿Qué tal si mejor vamos a tu casa? Tú madre debe estar preocupada.

—ella no es mi madre y ya la llamaste. Si estuviese preocupada ya te hubiese llamado ¿no?

—Tal vez se le descargo el teléfono, Priscila. A mí me pasa todo el tiempo.

—Sabe dónde vives—digo sin ninguna expresión en mi rostro, me está mintiendo para que crea que Melida se preocupa por mí.

—¿Qué pasó hoy en la escuela, cariño?—cambia de tema. Normalmente seguiría con el anterior, pero necesito que alguien me crea, sé que no estoy loca.

—Miguel hizo que todos se burlaran de mí y lo golpee por eso—digo cruzándome de brazos y mirando al otro lado, recuerdo lo que me hizo y le vuelvo a enojar.

—¿con la Profe?—pregunta sentándose a mi lado

—también me golpeó y le pegue también.

—No puedes golpear a las personas así por así, amor. Las cosas se resuelven hablando.—dice tratando de transmitirme la serenidad con la que habla. Si no me va a ayudar, mejor que no me diga eso. ¡Nadie me entiende! Pero.. Ella no me ha hecho nada malo para yo decirle eso, prefiero quedarme callada a tenerla también a ella en mi contra. Mira el reloj que está en la pared y son las 7:00 PM—Vamos a llevarte a casa.

Mientras subimos las escaleras para llegar al apartamento escucho unos gritos. Me asusto. ¿Qué pasa?- me preguntó. A medida que vamos subiendo los gritos se intensifican, parecen venir de mi casa ¿qué está ocurriendo ?

Hope Suicide|| #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora