CAPITULO 5 PASION DE UN SAYAYIN

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CAPITULO 5 PASION DE UN SAYAYIN

El príncipe Vegeta nunca antes había estado con una mujer. No por falta de una porque adonde quiera que iban sobraban candidatas, ya sea voluntarias o por la fuerza ya que Raditz y Nappa cuando sentían la urgencia de satisfacer sus deseos se enredaban con cuanta mujer fuese posible.

El príncipe nunca fue participe de eso ya que para él, ceder ante sus instintos era bajo y peor aun no lo haría con cualquiera. Para él, todo era guerra y destrucción así que omitió esos deseos para no ser débil.

Vegeta no ignoraba que tarde o temprano esos deseos terminarían por dominarlo pues todos los sayayines llegada su hora sentían el deseo de aparearse. En la cultura sayayin los sayayines podían aparearse con cuantas mujeres fuese posible siempre y cuando no sintieran ningún sentimiento hacia ellas. Pero una vez que el sayayin sintiera amor por esa mujer y ella le correspondía, esa mujer seria su pareja para toda la vida porque él ya no sentiría ningún deseo por otras mujeres. La mayoría de sayayines optaban por no amar a ninguna sayayina y solo saciar sus necesidades, pues amar a alguien los hacia débiles ante su oponente. Sabían que si algo le pasaba a su pareja ellos ya nunca serían los mismos. Pero por otro lado al optar por esa práctica de soledad nunca se sentían completos siempre sentían que algo les faltaba -Amor se llamaba

El padre de Vegeta el gran rey había estado unido a la madre de Vegeta por ese vínculo de amor pero una vez muerta la madre de Vegeta. Decidió tener un harén con sayayinas que se dedicaran a satisfacer sus necesidades, él no sentía ninguna clase de afectos hacia ellas. El rey se sentía incompleto siempre, ninguna sayayina podía llenar el vacío de su pareja- la Reina. Mientras la reina estaba con vida él solo tuvo ojos para ella. No tomo muy buenas decisiones después de que la reina ya no estaba a su lado, no podía pensar con claridad.

Vegeta se quedó un poco perturbado por lo que acababa de suceder *porque no sentí el deseo de matarla?, porque hice lo que hice?, soy un estúpido debilucho, en primer lugar nunca debí dejar que esa mujer me hablara así, la debí de haber puesto en su lugar desde un principio* *¿Por qué estar tan cerca de ella me irrita?* Mi único objetivo en la vida debe de ser convertirme en el más fuerte del universo, no tengo tiempo para estas estupideces* se decía a si mismo pero en realidad ya eran dos veces que él había actuado de manera extraña frente a ella. Sentía algo extraño que lo consumía – Lujuria se llamaba.

El siguiente día Bulma estaba decidida a no volver a ver a Vegeta porque estaba consiente que estando frente a él ella era frágil, se sentía tan atraída a él y ella tenía que evitar eso.

Se la paso en el laboratorio trabajando en un nuevo proyecto, ya no quería salir ni a comer por temor de coincidir con Vegeta, pero a la misma vez extrañaba verlo.

Así paso una semana Vegeta concentrado en entrenar, Bulma enfocada en sus proyectos y les habría funcionado hasta que algo paso:

Una nueva explosión en la cámara de gravedad, Vegeta había alcanzado ya los 500 grados de gravedad pero él había querido incrementarla a los 600 grados. La cámara de gravedad se sobrecalentó pues no estaba diseñada para tanta presión y por segunda vez esta exploto.

Vegeta quedó nuevamente entre los escombros, Bulma tan pronto escucho la explosión corrió temiendo lo peor, la Sra Brief y el Dr brief tan bien llegaron al lugar de la explosión. Vegeta estaba inconsciente entre los tres y con ayuda de invenciones del Dr Brief llevaron nuevamente a Vegeta a la enfermería.

Bulma se había prometido así misma no volver a cuidar de Vegeta, a no mostrar interés en él nunca más, sin saber que más rápido de lo que canta un gallo se tendría que tragar esas palabras.

Bulma una vez más se encontraba mirando al hermoso sayayin como ella le decía secretamente en sus momentos de vulnerabilidad. Solo que en esta ocasión era diferente porque ella ya había probado el sabor de sus labios. Algo que la perturbaba a un más- la memoria de aquel beso. Nuevamente lo cuido al extremo, se olvidó de sí misma para dedicarse a él.

BULMA AND VEGETA A LOVE STORYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora