Prólogo

99 3 0
                                    

Dicen que la mentira es un comportamiento normal desde que somos muy pequeños. A veces se manifiesta por una necesidad de llamar la atención o por el anhelo de alcanzar u obtener algo que ante nuestros ojos se torna imposible. Muchas veces el sentimiento se vuelve insoportable y desgarrador cuando nos es difícil poder decir la verdad. Pero ¿qué pasa cuando está en juego un deseo apasionado o una realidad que no es sencilla de enfrentar?  

Todo sucedió en una tarde mientras caminaba por el Central Park. Mi existencia hasta ese momento se había visto rodeada por un burdo intento de "perfección" en un mundo donde las apariencias, nepotismo y el poder regían todo a mi alrededor. Necesitaba hallar alguna escapatoria, alguna señal que me quitara el desasosiego que albergaba mi alma, hasta que la pude encontrar en aquella persona que marcó mi vida por completo. 

La primera vez que la vi en el parque vestía el mismo uniforme de mi colegio. Tenía la piel blanca y suave como la seda, unos vividos ojos verdes como esmeraldas, un hermoso cabello rubio que brillaba como el oro con la luz del sol, aquel delicioso aroma acaramelado que emitía su cuerpo y esas preciosas pecas casi imperceptibles sobre sus mejillas. Debo admitir que me sentí cautivado por su belleza, tanto, que olvide preguntar su nombre. A pesar de eso, jamás olvide lo que conversamos aquel día. Como sus caricias sanaron aquellas heridas que parecían incurables y como besar esos rosados y dulces labios, se convertiría en el acto más inocente, puro y único que experimentaría.

Intrigado después de nuestro encuentro, emprendí mi búsqueda para averiguar cualquier tipo de información que me condujera hacia ella, sin embargo debido a mi joven edad mis recursos eran limitados, pero el mayor problema fue descubrir que todo posible rastro de su existencia dentro del colegio se había desvanecido sin explicación alguna. No obstante, la mantuve entre mis recuerdos aun con el miedo de que tal vez todo haya sido producto de mi imaginación en un intento desesperado de asimilar la realidad a la que me enfrentaba. 

Pasaron los aňos y con ellos todas las cosas que acarrearon mi pasado. 

Cada paso que he dado, cada decisión que he tomado y los medios a los que he recurrido para alcanzar mis objetivos, me han convertido en el hombre que soy ahora, pero de lo único que me arrepiento es de no haber seguido buscando, de no haber persistido en encontrar a aquella hermosa criatura que me salvo la vida.

Y es entonces, cuando después de tanto tiempo, en una noche como cualquier otra; vi a una mujer. Noté como algo indescriptible me atraía hacia ella, algo que me hacía sentir como si la conocía desde mucho antes y de inmediato supe que no iba a poder fijarme en nadie más. 

Al parecer no me equivoqué.

Hoy, tengo en mis manos toda la información que he podido recopilar sobre ella. Aun incrédulo por lo que leo decido seguir con mi plan, porque esta vez, esta vez no la pienso dejar escapar.

"Si tenemos que danzar en este baile de mentiras entonces haré todo lo que sea necesario para que sea mía.



















Perfect Lie (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora