Cap 3

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Realmente tenía miedo de volver a casa sola. Los Coleman me preguntaron si estaba bien, les dije que si aunque no tenía nada verdadero dentro de esa respuesta. Mis manos empezaron a temblar en cuanto me encontraba al otro lado de la casa, en la calle desolada por la hora.

Mi sangre se había esfumando de todo mi cuerpo y me sentía totalmente distraída.

¿Todavía me observaba?

¿Estaba segura?

¿De qué era capaz ese alguien?

Inhale aire y lo contuve por cinco segundos antes de dejarlo escapar. Cruce la calle, ahora ausente de autos, hasta la parada de buses.

Tarde diez minutos exactos en espera de un bus. Se estaciono frente a mí abriendo sus puertas hacia los lados. Un hombre se bajo y desapareció en las calles.

Tome un asiento en el bus casi desierto, exceptuando a una chica afroamericana, un hombre de mal aspecto, una anciana y un chico.

A pesar de no ser observaba, mi cabeza indicaba la luz de emergencia ante cualquier acto inusual. Intente no hacer contacto y aun asi, me fui imposible pensar que ese alguien me seguía.

Exactamente ¿Qué debía hacer? ¿Llamar a la policía?

No habría pruebas suficientes ni ninguna otra base para que mi historia fuese valida. Solo obtendría miradas que le dedicarían a una chica con problemas de atención o mentales. No valía la pena.

Pero mi inseguridad crecía a medida que mi número de pasos se acumulaba hasta llegar al edificio. Una vez que entre por la gran puerta, mi cuerpo se sintió de manera más calmada. Subí las escaleras por el pasillo, saque mi llave del bolso y abrí la cerradura indicando seguridad.

Deje las llaves y mi bolso sobre la mesita de noche al lado de mi cama. El sueño invadió por completo mi mente y no me proponía resistirlo.

Me deshice de mis zapatos y me deje caer en mi cama.

***

Me vi de nuevo en el espejo y era como siempre lo mejor que podía hacer, tome de nuevo mis llaves, mi celular y salí de mi departamento. Cruce la puerta del edificio una vez en el living.

Necesitaba un momento de claridad, y por primera vez desde que me había graduado de la academia, retomaba un lápiz en mi mano con la compañía de una goma de borrar, una hoja y mi imaginación.

Me dirigí a la plaza siguiente del parque de mi infancia. Volver ahí no me traería paz así que decidí probar un nuevo lugar, y a unas cuadras existía otra plaza.

Esta la recurrían muchas más personas puesto que estaba en mejores condiciones. Dos skaters pasaron a mí alrededor, esquivándome. Tome uno de los bancos y me senté a pensar un poco.

Un pequeño pajarillo se poso en la rama de un árbol, justo frente a mí. El pequeño no se movió y antes de que se fuese mi oportunidad, empecé a trazar líneas.

Había perdido la noción de tiempo a pesar de que a lo lejos lograba escuchar las ruedas arrastradas en la acera de los skates.

Mi cuerpo reacciono en un pequeño brinco al contacto de una mano en mi hombro. Mi mirada se centro en un chico detrás de mí. Deje de ver al pequeño parajillo.

-¿Cómo sigue tu pie?- Pregunto.

Su voz se me hacia familiar. Era el chico de la pizzería. Su pregunta tenía más sentido una vez que me fije en su rostro. El chico se sentó con una sonrisa amable. Por un momento me sentí incomoda de que me encontrara en la pequeña banca pero siguiente de eso, no le di importancia.

-No lo sé- Balbuceo –Supongo que se recupera-

El chico asiente sonriendo. ¿Qué le daba risa?

-No es necesario que aceptes...-Habla y se levanta colocándose frente a mí –Pero mis amigos harán una fiesta esta noche y puedes venir a pasar el rato. Llámame y así sabré que iras. La fiesta es a las 9:00 pm- Termina, se acomoda una manga de su camiseta que estaba por deslizarse en su antebrazo y desaparece de mi vista con una sonrisa.


My Secret two: The TruthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora