I.

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Luego de estar completamente arreglado, Kim Mingyu salió de su apartamento, para dirigirse a su trabajo, donde él desempeñaba el rol de reportero en estudio tanto como notero por las calles de Seúl. Pese a que era viernes, y los viernes no trabajaba, debía presentarse por el cambio de personal, que generalmente se realizaba a fines de enero, cuando el frio era prácticamente insoportable. Arregló el abrigo negro largo que llevaba sobre él, y subió a su auto.

Seis de la mañana, y el cielo se encontraba como si fueran las diez de la noche, oscuro, sin estrellas. Suspiró, amaba el invierno, pero odiaba levantarse tan temprano. Al llegar, estacionó el Volvo, entró al Hall y antes de subir hasta el sexto piso, compró un café. Si seguía así de congelado, se caería a pedacitos antes de llegar a la reunión; subió en el elevador y segundos antes de que las puertas se cerraran, una persona entró junto con él, siendo los únicos dos dentro del rectángulo de metal

Buenos días-saludó el chico pálido y el trigueño lo observó, reconociéndolo de inmediato. Desde que los habían presentado el día anterior, no se le había podido borrar el rostro de Jeon Wonwoo de la mente, no dejándolo dormir bien. No sabía si se debía a su inmadurez o vergüenza, pero no le respondió de vuelta, bajando de inmediato la vista al piso, mientras rogaba internamente que sus mejillas no se pusieran rosas

¿Estás bien?-el pelinegro se agachó para observarlo-pero si eres Kim Mingyu, mi nuevo periodista-le sonrió-¿no me reconociste?

Y al alto no le quedó otra que levantar lentamente la vista y mirarlo a los ojos, esos ojos que lo cohibían (que ni siquiera los de su antiguo novio lograban)-hola-susurró bajito-lo siento, no te reconocí, suelo tener mala memoria

No te preocupes, nos acabamos de conocer ayer, tendremos mucho tiempo para acostumbrarnos el uno al otro-y volvió a sonreírle, iba a responderle y las puertas del ascensor se abrieron, avisándoles de que habían llegado a su destino, se bajaron, uno caminando tras del otro hasta el salón de eventos, que se encontraba sobriamente decorado con tonos dorados y blanco, dándole una visión más de matrimonio que de recambio de personal. El alto cerró los ojos de inmediato al ingresar, debido al brillo de las luces, utilizando su mano como protector

Demonios Min, ven conmigo, debes maquillarte, esto será pasado por televisión y han venido shows de farándula para entrevistarte-habló en un coreano no muy fluido el chico pálido de pelo castaño

Jun cálmate, ¿cómo que van a entrevistarme?

Lo harán, eres uno de los más guapos en televisión, ven conmigo bobo, tenemos unos veinte minutos aún-y del brazo lo jaló, hasta que paró a mitad de su caminata, para observar a Wonwoo-tú nuevito, ven conmigo, no haría mal recalcar lo lindo que ya eres-y lo tomó del brazo, para así llevar a ambos chicos hasta una pequeña habitación-bienvenidos a mi reino

Es asombroso, ¿no?

Si, muy asombroso-el pelinegro le observó unos segundos y preguntó curioso-¿vienes aquí a menudo?

¿Por qué?, ¿lo necesito mucho?

-y rió y demonios que su voz era maravillosa, si cuando hablaba el alto se estremecía completamente; cuando reía era peor-no me refería a eso, Min

¿Min?

Claro, decirte Mingyu es muy largo y creo que deberíamos entablar una relación más informal desde ahora

Claro, Won

Bien, mucho mejor-e iban a seguir hablando, pero un chico chino se interpuso entre ambos

I: the journalist {meanie}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora