Capitulo Único

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-¡Hahahaha!

-¡Pasta~!

-KolKolKol

-¡No hagas nada loco, Rusia-aru!

-Estoy de acuerdo con América-san

-¡Maldición, Japón! ¿¡Cuantas veces te he dicho que tengas una opinión propia!?

-H-Hermano, Hermano, tranquilo

-¡Ksesesese!

-¡Bruder, sal de aquí!

-¡También soy nación, West!

-¡Sueltame, España bastardo!

-¿Quien eres?

-S-Soy Canadá

-Hermano mayor, hermano mayor, hermano mayor

-¡Nunca, Noruega!

-ZzZzzzZz

-Cásate, cásate, cásate, cásate...

-¡Ve a casa Belarús!

-Osea como que Belarús no es cool

-Cierto, ella es más que cool~

-Osea, ¿Liet, estás ahí?

Todos hacían su típico escándalo en la reunión mundial de países.

-¡Cejón!

-¡Barbón!

-¡Mal cocinero!

-¡Pervertido!

-¡Esquizofrénico sin talento! ¡Loco sin glamour! ¡Infantil! ¿Porque no te vas a jugar con tus estúpidos amigos imaginarios? Al menos sirves para eso, caballero inútil...

-... ¿Cómo? -Francia podía meterse con él... Pero con sus amigos mágicos... No. Ya no...

-¿Angleterre? -el rubio de cabellos largos y sedosos se mostraba nervioso. Creyó que Inglaterra iba a cortarle el cabello o maldecirlo...

Pero fue peor de lo que esperaba.

-¡Arthur, espera! -Francis intentó alcanzar al pequeño rubio cejón, pero este logró encerrarse en los baños del edificio.

Estaba harto. Harto que los demás siempre fueran buenos en algo y él... Nunca fue muy talentoso. Podría ser que ver seres mágicos era una habilidad... Pero nadie le tomaba en cuenta.

Francis era un ejemplo de talento.

Francia tenía una voz hermosa, era un excelente chef, tenía buen gusto por la moda, sus manos eran las de un completo estilista profesional, era un imán de chicas... Y más...

Era por eso que sentía rivalidad hacia el francés. A pesar de que Arthur fuera mejor en el combate, Francis tenía sus gracias y muchas más cualidades que él... O así es como Inglaterra se sentía.

¿Porque siempre lo trataban de loco y anticuado?

-¿Angleterre? -alguien tocaba la puerta del baño, el acento le delataba.

-Dejame solo... Bloody frog

Se escuchó un suspiro.

-Mira... Pardon, en verdad lo siento Artie... Sé que aveces me paso de la línea, pero... -hubo silencio -quiero decir... Cuando peleamos, nunca peleo con la intención de ofenderte... Mis palabras simplemente salen...
Nunca peleo enserio -guardó silencio.

-¿Porque eres tan talentoso? Eres bueno en todo lo que haces... Y yo, nunca puedo hacer bien lo que me gusta... La comida, la magia... -así se sentía. Arthur frunció el ceño y se limitó a suspirar.

-Por favor, sal -pidió el francés.

El inglés salió con la cabeza baja, quieto. Recibió un abrazo del más alto.

-Aunque peleemos, la verdad es que nadie puede ser mi rival... Solo tú -dijo Arthur sin moverse. Francis sonrió con algo de tristeza.

-Yo te veo como algo más

-¿Wha-

Silencio.

Un beso.

Francia chocó sus labios con los de Inglaterra y le besó con ternura, lentitud y paciencia.

Puede ser un pervertido, pero por dentro solo buscaba alguien a quién atarse... Alguien que siempre le de sorpresas, alguien a quién amar.

Por un momento Arthur se dejó llevar, pero la confusión le hizo separarse bruscamente de Francis, quién sonrió con tristeza y volvió a la reunión en silencio.

Arthur se quedó unos minutos más en el baño... Pensando en lo que acababa de pasar.

No le había disgustado... Pero estaba muy confundido.

Ahora que lo pensaba.

¿Sentía algo más por el francés?

Recordó cuando conoció a Francia, quién prácticamente le cuidó sus primero años. El chico que iba a visitarle seguido para charlar... Y muchas veces terminaban peleados, aunque nunca era algo grave.

Recordó cuando Francis le había dicho que era lindo, con un estilo diferente, pero muy lindo.

También recordó su época de pirata... Aquella donde solía pelear seguido con Francis, se saqueaban mutuamente... Como una especie de competición.

Era emocionante esa época donde Francis era activo y hábil con la espada.

Actualmente cambió mucho, es más pacifico, tranquilo, sereno.
Le hace ver como un padre.

También recordó cuando Francis le ofreció cuidar a Matthew y Alfred juntos. Eran como familia.

Su corazón latía fuerte. Nunca vio ese sentimiento escondido en él durante muchos años.

Lo que parecía ser rivalidad... Resultó ser amor.

Esa soledad que era llenada por el joven francés que lo visitaba.

Esa emoción de ver a Francia con la espada en alto, retándolo.

Y actualmente, esa necesidad de tenerlo a su lado y confundirlo con molestia hacia su presencia.

Japón tenía razón. Era un completo tsundere sin remedio.

Pero si Francis le quería tal como era... Entonces no importaba nada, ¿verdad?

Arthur volvió a la reunión. Pero Francia se había ido con la excusa de que se sentía mal.

-¡Hahaha! ¡Vamos, Iggy! Sientate -decía el americano.

Alfred puso una mano en el hombro de Arthur. Éste le miró con el ceño levemente fruncido.

-Tantos años de depresión por tu partida... Y nunca me di cuenta de que Francis siempre estuvo ahí para mi -dijo con algo de rencor. Toda la sala calló.

Alfred sonrió un poco. En otro momento explicaría el porqué le abandonó.

-Entonces ve -susurró América.

Arthur no pudo evitar sonreír.

Y corrió. Lejos.

Corrió al hotel donde Francis se hospedaba, ya que estaban en casa de América.

Debía recuperar aquello que siempre tuvo a su lado.

Tocó la puerta. Él abrió.

-I love you, stupid

Fue suficiente para hacer llorar al francés.

Ambos se amaban y era lo único que importaba.

Y finalmente, sellaron con un beso...

Sentimientos Reprimidos [FrUk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora