Capítulo tres

209 31 2
                                    


Desmond habló con los dueños de la empresa en la cuál trabajaba y luego de algunas cuantas horas logró hacer que éstos le dieran el traslado a Los Angeles, Estados Unidos. Sabía que era lejos, pero no le importaba que tan lejos tuviera que ir para así lograr mantener a su hijo lejos de todo lo que le hacía mal.


Harry se encontraba en su habitación acostado escuchando música cuando oyó fuertes golpes en su puerta, se levantó rápidamente, se dirigió a ella y la abrió―¿Por qué golpean de esa manera?―Preguntó éste parado en su puerta viendo a sus padres.

―Hijo, nosotros tenemos que hablar.―Habló Des con lentitud.

―¿Qué sucede?―Preguntó Harry alzando sus cejas.

―Mañana por la mañana nos iremos del país.― Habló esta vez su madre.

―¿Q-Qué?―Dijo Harry, sabía bien porque ese repentino viaje y no lo permitiría―Ustedes se irán, yo no lo haré.

―Sí lo harás, ya está todo pronto, lo único que falta es la casa y ya la están viendo, para cuando lleguemos ya la tendremos.

―Johannah habló contigo ¿No es así?―Preguntó viendo a su madre luego de haber escuchado lo que decía su papá y ésta asintió―¡Lo sabía! Quieren separarme de Louis ¿Pero saben qué? No lo lograrán, porque él y yo nos amamos y nuestro amor superará todos los obstáculos.

―¡No seas idiota, Harry! ¿Cómo tan siquiera puedes besar a un hombre? Eso es repugnante.―Volvió a hablar Des con evidente enojo.

Harry rió no iba a aguantar que hablaran así―No tan solo me besó, papá. Él me hizo el amor, me susurró palabras hermosas en mi oído mientras lo hacía, él me sacó la virginidad―Dijo éste sin pensarlo y enseguida sintió la mano de su padre sobre su mejilla.

―¡No vuelvas a repetir esa asquerosidad!

―¿Cuál? ¿Qué me enamoré de alguien de mi mismo sexo? ¿Qué él me sacó la virginidad como podría haberlo hecho cualquier otra persona pero decidí que lo hiciera alguien a quién amo?―Harry tragó saliva y luego miró a su padre―Me da asco tu manera de pensar. Tú me das asco, Desmond―Otra cachetada sobre la mejilla de Harry, le dolía, sí, pero no dejaría que su propio padre lo insultara y golpeara por el simple motivo de ser homosexual―Los odio.


Antes de que su padre pudiera reaccionar y volver a golpearlo o su madre le dijera algo éste cerró la puerta de su habitación y le colocó cerrojo. Su padre nunca le había puesto una mano encima ¿y ahora lo golpearía por su preferencia sexual? ¡Qué estúpido!

No quería distanciarse de su novio, no, no lo haría. Tenía que hablar con él e idear un plan rápido para que así nos los separaran, no soportaría estar lejos de su novio.


Harry tomó su celular y marcó el número de Louis, luego de algunos segundos éste atendió―¿Hazza?―Preguntó por lo bajo.

―Sí, Lou, soy yo. Tengo que hablarte de algo demasiado serio.

―¿Qué cosa?―Preguntó ahora Louis con evidente preocupación.

―Mis padres quieren sacarme del país para alejarme de ti, Lou.

―¿¡Qué!? ¡No pueden hacer eso!

―No quiero estar lejos de ti, no quiero, Lou.

―Tranquilo, bebé. No nos separarán ¿Puedes salir de tu casa? Estaré en el parque, el lugar de siempre ¿sí?

Harry asintió y al momento se sintió un idiota al darse cuenta de que Louis no lo veía―Ahí estaré.


Cortó la llamada y fue a su closet, de éste sacó su sudadera y se la colocó ya qué estaba fresco, y al estar casi seguro que Louis no llevaría la de él, como era habitual, tomó otra más por si acaso. Se dirigió a la ventana de su habitación, la abrió y miró hacia abajo, era la primera vez que bajaría por ella así que estaba con algo de miedo de caerse, aunque no creía que fuera tan difícil porque Louis la subía y bajaba como si nada.

Con sumo cuidado logró bajar y al estar abajo sonrió orgulloso de haberlo logrado. Salió del patio de su casa y comenzó a caminar por las calles de su barrio con lentitud, estaba oscureciendo ya, y se podía ver uno que otro niño jugando allí mientras sus padres los vigilaban. Harry alzó la mano en modo de saludo hacia una de sus vecinas y siguió su camino, luego de unos cuentos minutos llegó al parque y se dirigió hacia aquella parte dónde tres años atrás se le había declarado a su novio, allí se podía ver a un castaño el cuál estaba prácticamente seguro que era su novio.


―¿Lou?―Dijo acercándose a éste, el cuál rápidamente se dio vuelta y le sonrió.

―Hola, Hazz―Respondió el castaño acercándose a Harry para luego darle un corto beso en los labios.

Harry miró a su novio y cerró sus ojos―Tengo miedo, Louis. No quiero que me separen de ti.

―Tranquilo. No lo harán―Respondió éste con una sonrisa de confianza. Él también temía que lo hicieran pero no lo demostraría, no demostraría su miedo porque quería calmar a Harry y para eso debería de mostrarse fuerte.

―¿Lo prometes?

―Lo prometo―El ojiazul levantó su mano en signo de promesa.

―¿Y qué haremos?―Preguntó ahora Harry un poco más tranquilo por la promesa que Louis le había hecho.

―¿Escaparías conmigo, Styles? A un lugar dónde nadie nos conozca y nuestras familias no logren encontrarnos. Dónde podamos demostrarnos nuestro amor libremente.

Con cada palabra que el mayor decía a Harry se le iluminaba más los ojos y rápidamente asintió―Escaparía contigo con gusto.

―Bien. Entonces quiero que vuelvas a tu casa, juntes algunas ropas y tus ahorros, yo haré lo mismo.


Harry le sonrió y se dio vuelta para así irse pero al sentir que Louis lo tomaba del brazo él se dio vuelta, enseguida pudo sentir los labios de Louis sobre los de él. El beso fue largo, al comienzo lento pero poco apoco se fue volviendo más rápido y necesitado.


―Te amo, Harry―Dijo Louis una vez que se separaron y quedaron chocando sus frentes.

―Te amo mucho más, Louis―Le respondió éste con una pequeña sonrisa y luego pasó sus manos por la cintura de Louis, abrazándolo con fuerza. Éste inmediatamente correspondió al abrazo, pasando sus manos por el cuello de su novio.

―Debes ir, mi amor―Susurró Louis en el oído de Harry.

―Quiero quedarme así contigo.―Respondió éste apegándose más al ojiazul.

―Prometo darte muchos abrazos así después, ahora ve.


Lentamente Harry fue separándose de Louis, aunque la manera en la que lo hizo demostraba que no quería soltarlo y tampoco ir. El ojiverde temía que sus padres lo descubrieran y así arruinaran todo el plan que había hecho con Louis.


―Toma, póntela―Dijo el menor a su novio alcanzándole la sudadera que le había traído―Está fresco y no quiero que te enfermes.

―Qué haría yo sin ti―Rió el ojiazul colocándosela, amaba como le quedaban las sudaderas de Harry y por eso la mayoría de las veces no llevaban ninguna, porque sabía que Harry le llevaría una de él.



Volver a enamorarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora