Capítulo 2

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02

Libre

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Se sentó en la cama con las pocas fuerzas que tenía, sintiéndose débil y de lo inmensamente pesado que parecía estar su cuerpo. Sin embargo, aquello no era impedimento para experimentar las emociones a flor de piel, y el hecho de que podría conocer más a la persona de cabellos azabaches le hacía estar en una posición de total gratitud y alegría.

Suspiró hondamente y paseo su vista por la blanca habitación. Sin mucho que observar, fija su cansada vista al reloj, posicionado justo arriba de la puerta.

- Tal vez se retrasó.

Deja caer su cuerpo contra la camilla, cuidando de no quitar los tubos transparentes que conectaban con él para mantenerlo sano y en pronta recuperación. Cerró los ojos mientras continúa dándole vuelta a la promesa del hombre que poseía un gran atractivo y que además olía bien. Lo suficientemente bueno para cautivarle.

¿Qué era lo que había pasado? ¿Qué había pasado para no recordar nada? Simplemente no comprende nada. No recuerda nada, absolutamente nada. Y con aquel triste hecho que parecía ser irremediable y sin algún tipo de cambio, deja que los efectos del sueño hagan los suyo hasta anestesiar todo su organismo, arremetiendolo a un profundo sueño que lo lleva al olvido de todo.

Horas después.

Cansado, deja los papeles sobre su escritorio y pasea rápidamente su vista a la hora de su teléfono una vez que lo ha sacado de su bolsillo. La observa detenidamente, asombrado porque las horas han pasado con rapidez y la promesa que le había hecho a Naruto poco a poco se desvanecía en el tiempo.

- Suigetsu, debo irme. - le dice a su compañero, que ante la mención asiente sin mayor importancia, encogiéndose de hombros.

La necesidad de ver a Naruto era más fuerte que cualquier cosa, un deseo que era capaz de consumir el tiempo y el espacio en cuestión de segundos, tanto que no da cuenta cuando ha llegado por fin al establecimiento hospitalario y una vez dentro camina rápidamente, lo máximo que sus pies podían impulsarse hasta llegar el punto deseado. Podía jurar que en cualquier segundo el talón de ambos zapatos prendaria en llamas.

Se detiene constantemente para echarle un vistazo a los números que contenían las puertas hasta poder toparse con la sala B-45. Entró sin darle importancia a que no portaba un permiso para poder ingresar, pero ver a Naruto y sus condiciones actuales era mucho más importante que un simple permiso.

- Naruto. - le llamó, pero no hubo reacción ni respuesta. - Oye, Naruto. Lamento la demora, tuve bastante trabajo que hacer. - se acercó tranquilamente, pero ansioso de poder ver por fin el rostro de Naruto. - ¿Qué te pasa? ¿Te comieron la lengua los ratones?

Comentó con diversión mientras trae consigo una de las sillas que estaba allí, y antes de sentarse, se inclina para ver el rostro pacífico de Naruto. Estaba dormido.

Dedicó aquel tiempo para observar el rostro de su amado, deleitándose en sus facciones relajadas y calmadas. Alzó su mano y acaricia suave y lentamente las mejillas de Naruto.

- Que lindo... - desliza su mano poco a poco a su quijada y crea un lento camino hasta su clavícula. Él se remueve y las facciones de su rostro cambian, más lo ignora pues aún no abría los ojos o no parecía dar indicios suficientes de estar despertando.

Recuérdame | Temp. 2, SasuNaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora