El Hilo Rojo Del Destino.

Capítulo 4.

Así fue como comenzó la historia de Andrea y Uriel.
Todos los días de Diciembre ellos iban a visitar a Andrea a su casa, a veces salían a dar una vuelta por el parque, otras veces llegaban a su casa desde temprano con el objetivo de molestarla en pijama.
Esto a Andrea le gustaba, pues les tenía muchísima confianza y todo era padre estando con ellos.
Uriel se fue de vacaciones con su familia por una semana pero esto no impedía que él y Andrea tuviesen contacto. En una ocasión ella le dijo que se divirtiera y que le trajera algo bonito, pues acostumbraba decir eso a todo mundo, era algo entre primas pero se le salió decírselo a él...
Uriel le contestó que qué le gustaría, a lo que ella respondió que sólo era broma, que no se preocupara.
Él lo aceptó y no se tocó más el tema.
Cuando Uri regresó del viaje visitó a Andrea, la abrazó y ella sintió algo tan bonito e inexplicable.
Él le pidió que cerrara sus ojos y al ella hacerlo, él le puso una pulsera roja en su mano, ella al abrir sus ojos lo abrazó y le dijo que jamás se quitaría la pulsera, hasta que algo los desuniera, hasta que algo los separara...