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-¿tienes tantas ganas de qué?-repliqué, con un tanto de desesperación y cansancio debido a las veces que había insistido para saber que le sucedía.
-no puedo, no debo, es incorrecto y yo....
-no puedes juzgar algo por incorrecto si no sabes la impresión que causará en las personas-interrumpió-dime, ¿y tu en verdad sabes el significado de "incorrecto"?
-no, pero...
-ahí lo tienes, tratas de clasificar algo el cuál ni siquiera conoces el concepto-por dios santo, Brendan, solo dilo, déjate de prejuicios, y de preocupaciones, deja de preocuparte tanto por el que dirán, dilo, di lo que quieras, deja sólo de existir, y vive, por favor.
Entonces sucedió, me besó; corto la lejanía entre nosotros de una manera tan brusca y abrupta, como si hubiera esperado por esto un largo tiempo, y me besó, no me dio tiempo de inhalar un poco de aire, fue algo por el cuál, él ya no me podía esperar más, busco de una manera desesperada mis labios y los junto con los suyos; me besó de una manera tan apasionada, se entregó por completo a mi, en un beso, mientras este acto tomaba su curso, me tomo de la cintura y poco a poco fue bajando hasta mis caderas, el sabía lo mucho que anhelaba hacerlo; me besó como si el universo nos diera una última vez para vernos, como si fuéramos los últimos seres vivos en el cosmos; podría jurar que ese beso significó más que una acción; ese beso causo algo en el universo, algo que hizo que todo cambiará, no se si porque no lo esperaba y lo esperaba del todo, no se si hizo que algo despertará en mi, en ese beso, y solo en ese, me sentí bien, me sentí viva, fue algo tan fuerte y que dejaría una marca por siempre en mi universo, tanto como una colisión de estrellas, como una explosión, como un paro cardiaco.
Sentí todo y nada, sentí como me desvanecía, sentí como me juntaba cada vez más con el hasta el punto en el que podía sentir su palpitar, su respiración se juntaba con la mía; tenía un sabor agradable, una mezcla de tabaco y menta, y su manera de besar, es algo a lo que si duda me volvería adicta.
Ahí estaba yo, besándome con mi mejor amigo, sabía que esto no acabaría bien, pero algo me mantenía, una fuerza mística o simplemente mis ganas de continuar; el beso duro aproximadamente dos minutos, pero yo sentí una vida.
Debimos de separarnos, la necesidad de aire era desesperante, pero seguíamos muy cerca, baje la mirada, tenía que procesar lo que había pasado, entonces me tomo de la barbilla y me obligo a verlo a los ojos; pronunció unas palabras que nunca en mi vida olvidaré, unas palabras que matarían a cualquiera, dos palabras, diez sílabas que fueron capaces de detener mi respiración por un momento y para completarlo, salieron de una persona la cual no imaginaba, podía esperar esto de cualquier persona menos de el, y me lo dijo, en un susurro, con la voz muy baja, como si no tuviera la necesidad de alzar la voz, yo por mi parte, lo sentí como un grito, retumbo directo en mis oídos y no paraba de pensar en eso, fue capaz de apagar todo mi sistema con solo dos palabras y una mirada.
-me encantas.