Era un dia como otro cualquiera, que se iba a decir de la rutina del pelinegro Stuart, movil, ciencias, tecnologia, más movil, lloriqueos, palizas, sollozos, Teresa etc.
Andaba por mucho antes de que tocara el timbre por la calle, aun oscura, solitaria. La mochila no pesaba y sus pertenencias mas preciadas estaban guardadas de manera que no se dañen. Su pelo negro brillaba en la luz anaranjada de algunas farolas y sus ojos marrones estaban algo adormilados. Algo que tenia Stuart era esa tez palida y pecosa y esa sonrisa que solo salia con ciertas personas, con una persona.
Llegó al instituto aun vacio si no fuera por el personal de alli y, solo, que era como mas le apetecia estar, guardaba sus libros en la taquilla algo desgastada y llena de pintadas con spray de "gay", "friki", "Muerete" y muchos, muchos penes alrededor de ellos.
Cuando sonó el "Ring" del comienzo a clase antes de que comience el barullo de personas, cogió su telefono movil y empezó a corretear a su primera clase, la de fisica, no su preferida ni tampoco la que mas odiaba.Clases y clases llegó la hora del patio, guardó con paciencia y cuatela el telefono movil y demás y se encaminó a la puerta de salida cuando el edificio estaba casi vacio cuando, en una de los pasillos que daba esquina le cogieron de la mochila y le tiraron al suelo. Stuart solo tenia 13 años, era un pequeñajo esbelto, no era nada fuerte y era facil llevarle de esa manera.
Cuatro chicos de unos 16 años se enzarparon a su alrededor menos uno que le quitó la mochila y la lanzó a la otra punta del pasillo.
-Hey Stu, ¿Que tal tu dia? ¿Echas de menos el sabor de mi puño?- bromea con tono sarcastico, amenazante asi como una de sus cejas enarcada-
Su esperaba respuesta de Stuart no la tendria, se quedó en silencio, tembloroso, mirando al fondo del pasillo entre los huecos de piernas y piernas.
En definitiva Stuart quedo en una esquina mientras los otros chicos le pegaban, escupian, insultaban diciendole "asqueroso gay de mierda", "deberias morir ya y hacer un favor al mundo". Uno de ellos cogió de la mochila de Stuart un compàs cual pasó al que parecia el mas mayor y forzudo de los cuatro y este comenzó a rasguñar, arañar y pinchar los brazos, piernas y a veces incluso el estomago, pero eran listos, no profundizaba demasiado. Lo justo.
Cuando Stuart estaba lo mas acabado posible estos se apartaron, tiraron el compas sobre el Stuart, lloroso, herido y sudado y solo uno se digno a acercarse pero para lo que lo hizo mejor ni siquiera mirarle.
-La proxima vez contestame Stuart- dice con algo de asco y se rie de forma exagerada iendose con los demas-
Stuart estuvo como varios minutos pensando, llorando y relajarndose. Lo mas gracioso de todo esque Stuart por ahora no era gay, al menos por ahora.
No iba a quedarse asi las demas clases, guardó el compás y corrió por los pasillos saliendo del instituto de la manera mas facil que puede un niño de 12 años salir de un instituto y sin bajar ese ritmo corria a su casa donde a intuicion y probabilidad estaria Teresa. Esto no era en cierta parte comun, esos chavales al menos le dejaban estar todas las horas pero ya ni eso.
Al llegar a su casa y pisar el felpudo amarillo que ponia en letras rosas chicle "Bienvenido a casa", abrió con sus propias llaves viendo como su mano temblaba y temblaba, el sonido de la puerta cerrar hizo asi que llamara la atencion de la joven de pelo negro cuervo que corrió hacia la entrada encontrandose a Stuart de esa manera. No hubo palabras, no hubo nada, Stuart rompió a llorar y entonces Teresa le abrazó como una hermana abraza un hermano, como una madre abraza a un hijo, como una amiga abraza un amigo, Teresa tenia ese don de poder ser lo que necesitabas, podia estar donde quisieras, era ella y solo ella te cautivaba.
Tiene unos ojos claros y una nariz fina, una sonrisa brillante y un cuerpo esbelto, delgado y plano, ella es normal por fuera y especial por dentro, como los regalos.
-Stuart, cielo, todo està bien, no llores- susurraba la niña de 13 años acariciando tanto la espalda como el cabello del joven-
Stuart apenas podia hablar, estaba casi ahogandose en sus lagrimas y apenas podia evitarlo, se apretó a la cintura de ella como si en algun momento esta se fuera a ir aunque no era asi.
-Me ha dolido mucho Tere, y, y, y, y mira- dice entre pequenos tartamudeos sacando uno de sus delgados brazos enseñandole la marca de compas-
Stuart llorando no era la persona mas bella, estaba rojo, sus ojos mas que nada, moqueaba mucho y hacia un puchero que enternecia a cualquiera.
Teresa se sorprendió al ver esas heridas. Esas heridas que le hicieron mudar pero tenia que mantenerse fuerte y eso hizo. Suspiró pesadamente y seguido puso una mano en la mejilla del contrario y la acarició con el pulgar.
-Vamos a curar eso y despues te doy algo sorpresa, ¿Te parece?- dijo con una sonrisa algo forzada pero al fin y al cabo una sonrisa-
Teresa entrelazó una de sus manos con las de Stuart y ambos fueron al cuarto de baño, ahi Stuart se sentó en la taza del vàter y Teresa, empezó como si no hubiera tiempo suficiente a coger del botiquin diferentes cosas de este para curar heridas.
Si lo pensamos ahora, Teresa y Stuart se parecen, en algo pero lo hacen, tienen un fisico similar y una personalidad igual de autonoma a pesar de que se necesitan el dia a dia, son personas iguales y diferentes, son una fusion perfecta, son como dos papeles en blanco solo que uno pone "Stuart" y en el otro pone "Perdón".
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La lampara en la oscuridad.
Teen FictionLa historia ronda la vida de un joven, pelinegro, siempre amoratonado, desesperanzado y apagado. esto cambia en seguida cuando aparece en su vida y entra en su familia una joven llamada Teresa, pelo negro y tez muy blanca, alegre y tímida. Esta pare...