Oigo a mis padres llorar, y a mi hermano pequeño. No soporta esta situación, no sé cuantos días llevare, pero esto se me está haciendo eterno. Me imagino ellos. Mi madre no se levanta de ahí y no para de preguntar al médico por mí, mi padre se salta cada vez que puede el trabajo y viene a verme, y mi hermano pequeño... le quiero más que a nada en este mundo. El es para mí un amuleto, que gracias a su sonrisa y a estar conmigo, a mi lado cuando estoy mal, me ayudo bastante a superar ese bache. Tenía un gran apoyo en mí.
No me imagino una vida sin él, ¿entonces, porque no despierto de una vez y me ahorro todo este sufrimiento?
Cuatro años antes, ese mismo día:
Salimos al recreo, yo como siempre me senté en la pared más cercana al aula, y como no, Travis y su pandilla vinieron a los pocos minutos. No podían pasar ni un día de que yo no recibiera insultos, pero esta vez era diferente.
-Hola, sophie.
Ni le respondí, solo eche la cabeza para otro lado, y como si no estuviese. Me llamo otra vez, pero no podía aguantarlo más, le mire a los ojos y eran los ojos más bonitos que había visto en mi vida.
-¿Qué quieres? Estas tardando para reírte de mí.
-Esta vez no vengo para eso.
-¿Entonces para qué? Esto me huele a quemado.
-Para cambiar las cosas, no empezamos con buen pie.
-Es que contigo...
-¿Conmigo qué?
-No se puede empezar bien -me levante, ni me conocía- contigo todo es sufrimiento. No puedes pasar ni un día en que todo el mundo se tenga que reír de mí, y como si fuera poco vas y te cambias al mismo instituto que yo. Ya estoy muy harta, y tal vez en el otro instituto era la pringada, el hazmerreir de todos, pero aquí no te dejare, pasó que me humilles más. No sé cómo me tuve que enamorar de la persona equivocada, no sé cómo me pude enamorar de ti, y eso es lo que más me duele. Y ahora espero que me dejes en paz, solo deseo eso.
Se quedo callado, recogí todas mis cosas y me fui, tenía los ojos llorosos pero me resistí, y salí corriendo de ahí, no podía ser, le había dicho que le quería, ahora ya sabe todo, y me arrepiento de habérselo dicho.
No se adonde me llevaron mis pies, solo sé que estoy perdida, y no sé donde se vuelve a mi aula. Había sonado el timbre hacia mucho, y el primer día ya lo había estropeado todo, todo por culpa del estúpido de Travis.
-¿No deberías estar en clase?
Me gire, alguien, menos mal, estaba salvada.
-Em, si. Pero me he perdido, soy nueva. Sophie Trinker.
-¿Cuál es tu aula?
-Aula 31.
-Ven, que te llevare.
-Gracias.
Me llevo por pasillos que no recordé haber visto. Pero después de tantas vueltas, apareció el aula 31 por arte de magia.
-Una última pregunta, ¿Qué hacías tú por ahí?
No sabía que decirle, yo no miento muy bien, y se me notaria, pero tampoco quiero decirle la verdad... no me quiero meter en mas líos de los que me he metido.
-Estaba investigando.
-Pues la próxima vez te llevas alguien que te guie.
-Si, gracias otra vez.
"Alguien que te guie" si claro, como conocía a alguien que me guiase, soy nueva ¿recuerdas? Llame a la puerta y le explique todo al profesor, me indico otra vez el asiento y, cómo no, otra vez el chico de antes.
-¿Te has perdido?
-Si.
-No te creo.
-¿Por qué?
-Mientes mal.
Asentí con la cabeza, pero no le dije nada más. Lengua, odiaba esa asignatura, menos mal que quedaba solo quince minutos, en parte perderse ha estado bien, tiene sus ventajas. Estaba explicando las frases subordinadas cuando sonó el timbre. Ahora tocaba optativa, yo daba francés. Necesitaba alguien que me llevase al aula.
-¿Tu das francés?
-No.
-Pf.
-Pero si quieres te llevo, está al lado de la mía.
-Vale, gracias.
Me llevo casi corriendo, no pregunte el por qué. Me chocaba con la gente pero a él le daba igual. Que borde. Cuando me dejo en mi aula, me cogió del hombro y se acerco a mí.
-Tienes que aprender a mentir mejor, aprende del mejor.
Y se fue.
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Imperfecta
Lãng mạnSophie va a querer demostrar que es fuerte, pero a la vez débil. Sophie va a tener que tomar una decisión , que le costará una vida. ¿Abrirá los ojos o los cerrará para siempre?