- Sé que tú conoces bien la historia de nuestra nación, pero aún hay leyendas que incluso tú desconoces, hace unos días mi madre nos llevó a casa de mi primo, mientras ella hacía unos recados; él me contó una leyenda y estoy seguro de que jamás has oído hablar de ella.
- ¿Así qué incluso yo la desconozco eh? ¿Y serías tan amable de contarme esa rara leyenda sobre nuestra Vega?
- Claro, la historia comienza con la guerra. En el planeta Tierra, dos bandos enfrentados por el poder, lucharon hasta la muerte por reinar en un planeta de esclavitud, muerte y sufrimiento. Tras la guerra, ningún bando se proclamó vencedor, pues en la guerra habían sido usadas armas nucleares que habían hecho del planeta un mundo inhabitable, pero la radiación no llegó a todas partes; Los pocos supervivientes de la guerra se reunieron y crearon una nación llamada Vega, protegida por una enorme muralla en el último sitio habitable de la Tierra, con ayuda de la ciencia y tecnología, aprendieron a controla los cuatro elementos de la naturaleza, el fuego, el aire, la tierra, y el agua; y así crearon los cuatro distritos en los que se dividía la civilización, jurando que ninguna tendría más poder que otra evitando así futuras guerras.Pero la paz duró muy poco, pues el distrito de fuego se alzó y consiguió el poder, y así decidió dividir a la civilización, y decretaron unas leyes imparciales que dictaban que los hombres vivirían para trabajar y las mujeres para criar y enseñar a sus hijos, y así ningún niño conocería a su padre, con excepción de la familia real, quienes sucederían al trono heredero tras heredero y todos ellos varones. Pero los niños no nacían controlando solo un elemento, los niños los controlaban todos, hasta su dieciséis cumpleaños, cuando serían sometidos a una prueba de habilidades, que les asignaría un distrito, para controlar que nadie fuera demasiado poderoso. Pero en esta nación aparentemente justa, comenzaron a forjarse alianzas entre los distritos, y para favorecer al comercio y forzar alianzas con todos, el distrito de fuego, proclamó una ley en la que cada distrito se ocuparía de una parte esencial de la supervivencia. El distrito de fuego se dedicaría únicamente a la presidencia y la protección de la nación, y así crearon a los guardianes, personas entrenadas para proteger a las personas de dentro de la nación, hacer que todas las leyes fueran cumplidas y castigar a los traidores, proteger a la gente de los seres monstruosos que habitan al otro lado de la muralla, y encargarse de que todo el que intentara escapar de la nación fuera castigado con la muerte. El distrito de aire se encargaría de la ciencia y tecnología, de los avances científicos y de la innovación tecnológica, sobretodo de la armamentística, y así se convirtió en el mejor aliado del distrito de fuego. El distrito de tierra se encargaba de los materiales necesarios para la supervivencia, la madera, los metales... todos los hombres eran mineros y deforestadores, allí también se encargaban de dar forma a los minerales y la madera que conseguían. Y por ultimo, el distrito más pobre, el distrito de agua, en el que vivimos nosotros mi bella dama, decretaron que debíamos dedicarnos a la medicina, la agricultura y la ganadería, son los trabajos más importantes según me han contado, pero aun así nos tratan como plebeyos, solo porque tuvimos la amabilidad de encargarnos de dar de comer a los pobres falsos, las personas que no son capaces de controlar ningún elemento, ¿sabías que dicen que los llaman falsos, porque su ADN está molecularmente cambiado por la radiación y por eso no tienen la capacidad de controlar ningún elemento?
- Esa historia nos la cuentan en clase, la sabe todo el mundo Nathan, ¿puedes dejar de hacerme perder el tiempo?
- Pero esa no es la parte importante señorita Beth.
- ¡Pues deja de irte por las ramas!
-Cuenta la leyenda que una princesa surgida de las sombras, logrará controlar los cuatro elementos y vencer el mal que rodea nuestro planeta.
- ¿Y qué significa eso?
Un ruido interrumpió mi sueño, algo golpeaba mi ventana con fuerza, y estaba segura de que era Nathan intentando despertarme para ir a recolectar a los árboles frutales de Tuck, un viejo amargado que vive en nuestro distrito, que no se levanta antes del medio día y siempre deja que sus manzanas se pudran, así que Nathan y yo solemos levantarnos antes del amanecer para coger frutas de los árboles de Tuck y así poder permitirnos un postre a la hora de comer. Me levanté tal vez demasiado rápido, y anduve algo mareada y desorientada hasta mi ventana, asomé la cabeza, y como había previsto, Nathan estaba vestido y listo para ir a recolectar.
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~FORTALEZA~
FantasíaNunca espere ese final, creo que jamás pensé en mi final, probablemente porque nunca me han gustado los finales.Ya he vivido lo suficiente como para comprender que la vida sólo vale la pena sí luchas por lo que quieres. Me llamo Anabeth Collins, y e...