Capítulo 6: Comienza la guerra

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En la mañana, luego del intento de espiar a los humanos por parte de sombra, el pueblo comienza a sacar a los niños y jóvenes del pueblo, como siempre el joven "príncipe" ayudaba a su madre con todo lo que podía, más ahora que tenía que hacer todo sola, Fushite, comenzó con la búsqueda de algunos de los rezagados de los ataques humanos, el pueblo está totalmente en caos, algunos heridos, algunos muertos. El salir de ahí era inevitable, la mayoría de las madres, niños y jóvenes fueron llevados a los pueblos aliados, desde ese momento, su orgullo y respeto hacia su especie, debió desaparecer, y pasar entre los pueblos como simples humanos huyendo de una guerra, intentando olvidar su pasado.


- madre... esto está bien?

Sombra ve con dolor como la minoría de niños madres y jóvenes se van del pueblo, sin saber si sobrevivirán, o si los volverá a ver, que será de ellos?

- No lo sé hijo... pero ahora, es la única opción que tenemos, los cazadores nos quieren a nosotros, es nuestra lucha no la de los niños... y las jóvenes madres

La mirada de Smarágdi se ve vacía y sin sentimientos, sombra comprendió, que no importa lo que pasara de ahora en más, nada volvería a ser como antes, el pueblo, los humanos, las alianzas, las amistades... ya nada quedaría, lo que debe esperarse ahora es que la guerra comience.

- Smarágdi...

Un gran dragón de un brillante verde en sus escamas baja del cielo con algo entre sus enormes garras, la hermosa mujer cambia sus ojos al saber qué es lo que lleva entre esas grandes patas, al mirar un hombre vestido de pieles de animales y manchado con sangre de dragón lleva una carta con él.

- Reina de los dragones verdad?

El humano se atrevió hablar de manera confiada e irrespetuosa, lo que se le compreso con un fuerte golpe por parte del joven dragón, lo que le causo un sangrado tanto en la nariz como en su boca, la hermosa dragona lo detiene

- espera hijo... no vale la pena

Su madre lo detiene gentil mente, sabe que no vale la pena, pero le da gusto que el humano allá recibido su merecido, a diferencia de su esposo Smarágdi, no soporta a los humanos, pero los respeta mientras no estén cerca.

- quien se atreve a enviar tu líder humano...

Esto último lo dice con cierto desprecio, el hombre intenta acercarse, es detenido por la mano de la mujer

- no se te ocurra acercarte... desde esta distancia ya puedo sentir tu desagradable esencia... solo léelo... no pienso tomarlo.

Con esta sentencia los hermosos ojos rosa de la reina, se vuelven de un rojo parecido a la sangre, lo mira de manera amenazante, el hombre sin siquiera dudarlo comienza a leerlo.

- Mi líder, le envía una propuesta. Mi señora, le escribo a usted para darle una propuesta de paz, su esposo está bien, jamás dañaría a tal hermosa criatura como el, les daré la oportunidad de que se rindan y que pasen los últimos momentos en familia, de lo contrario su esposo morirá, sin poder darle a su hermosa mujer un último abrazo. Depende de usted, atentamente, El Cazador.

Con esas últimas palabras la cabeza del humano vuela por los aires manchando todo de sangre, la mirada de Fushite y sombra sorprendidos se posan sobre la joven mujer que está completamente transformada, se le nota un mirada feroz llena de odio, y unas enormes garras en sus delicadas manos ahora llenas de sangre.

- Ma... madre?

- Fushite.... Prepara a los guerreros... no dejare que los humanos se burlen de mi de esta manera tan pagana. Ese hombre morirá, en mis manos.... VE!

Fushite sin más, alza el vuelo hacia las armerías, a preparas a los pocos dragones guerreros, la gran reina ha mostrado sus garras.

- Los humanos... pagaran con su sangre por haber hecho esto... no jugaran conmigo!!

Ese día, algo en mi madre cambio, nunca la había visto de esa manera, estaba furiosa totalmente fuera de sí... pero, tenía razón los humanos nos estaban desafiando, no dejaríamos que esto pasara, no había quien detuviera a mi madre, nadie se atrevía el único quien podría calmarla era mi padre... pero él estaba con los humanos, y yo no la detendría en ese momento estaba tan enojada como ella. Que mala decisión... eso fue terrible.

Esa misma noche en la gran casa.

- Madre...

El joven toco la puerta de la oficina suavemente, esperando una respuesta.

- entra hijo...

En cuanto escucho la suave voz de su madre entro lentamente.

- que sucede mi niño?

Le sonríe con dulzura.

- Madre... que pasara ahora?

Se acerca al escritorio lentamente, y su madre lo ve con comprensión en su mirada.

- mira hijo... los humanos ah echo algo imperdonable... no pueden quedarse impunes luego del acto de deshonra que han hecho.

- comprendo eso pero, si es mentira lo que nos han dicho de papa?... ese humano tenia sangre...

- hijo... tu padre no moriría de manera tan fácil. Él está bien...

Le sonríe mientras se acerca y lo abraza gentilmente.

- hijo mío... mi niño, mañana las cosas cambiaran... traeré a tu padres aunque tenga que matar a cada uno de esos sucios cazadores...

Con esas crueles palabras le acaricia cariñosamente la cabeza a su único hijo, sombra la mira y le sonríe.

- está bien madre... quiero ayudar, es mi culpa que papa este con ellos.

- no hijo, no, quiero que te mantengas con Fushite y sean los refuerzo, no quiero que te pase nada si?

Le besa la frente amorosamente, el cariño de Smarágdi y su personalidad es algo desconocido aun para su familia, sus sentimiento y pensamientos no son fáciles de leer, mucho menos en un estado de enojo como el de ahora. Se le ve con una dulce sonrisa, solo como la de una madre, pero por dentro oculta, dolor, rabia y ser de venganza, para una dragona, su orgullo y su familia van a la par, si tocas alguno de los dos recibirás un castigo igual de grave, pero al tocar ambos, los sentimientos de Smarágdi salen de manera agresiva. Y no hay nada que la detenga, ni nadie que se atreva.

En la mañana siguiente los dragones, estaban preparados para la ardua lucha que les esperaba, pronto, los pocos dragones que quedaron se reunieron en la entrada de lo que antes era su pueblo, preparados para la inminente guerra que se avecinaba, al horizonte de ese, muy pronto, campo de batalla, se acercaba un gran grupo de humanos cubiertos de pieles de dragones y animales.

Dragones sobrevolando la zona, recubriendo sus ya duras pieles, con unas armaduras especiales, llevando en su pecho el símbolo del pueblo.

Por tierra algunos dragones escoltan a la líder de los pocos que quedan junto a su hijo, ambos vestidos con unas armaduras especiales, con espalda descubierta, Sombra, llevaba una armadura azul casi negra echa de las escamas de su caído abuelo, con el tiempo ellos descubrieron que fundiendo las escamas de dragones fallecidos honrando a su muerte, se creaban estatuas, o armaduras que podrían durar durante siglos, el abuelo de sombra, padre de Umbra, mando al herrero del pueblo que cuando muriera le hiciera esta armadura especial para él, en cambio Smarágdi, lleva puesta una armadura echa con acero y mesclada con sangre de su madre, dándole un llamativo color carmín, y aun así impenetrable para el arma ordinaria de un humano, pero no son armas normales contra las que se enfrentaran.

- estas lista Reina dragón?

Un hombre algo sombrío cubierto con una armadura de huesos y escamas de dragón, se acerca con una espada echas del mismo material.

- Te atreves a dirigirme la palabra de manera tan altanera humano?, pagaras por lo que le haz echo a mi estirpe, a mi pueblo, y sobre todo a mi familia!!

Molesta le apunta con unas largas garras, sus manos casi recubiertas por unas negras escamas, al igual que su espalda y parte de su rostro y cuello.


No muy lejos de hay un niño, de largo cabello negro y blanco se preparaba para ver, mientras jugaba con algunas piedras apilando las y haciendo torres.

- jeje que es lo que están haciendo?

Dejando de lado su pequeño juego, se levanta y observa desde la distancia como los humanos y los dragones comienzan la batalla, los humanos atraviesan fácilmente sus armaduras, gracias a sus armas, las armaduras no sirven de nada, algunos caen del cielo y son atacados cortando les las alas.

Smarágdi, llega hasta el líder de los cazadores y logra acorralarlo

- al fin!, pagaras por lo que hiciste!!!

Ambos se miran de manera desafiante, comienza un enfrentamiento a partes iguales, ambos esquivaban y atacaban de forma directa, pero sin lograr dar en el objetivo, el hombre sabía que su adversaria solo jugaba con él, se le notaban en esos hermosos ojos rosa que poco a poco se volvieron de un carmín fuerte y brillante, la velocidad de los ataques fueron yendo cada vez más rápido y con más fuerza, le costaba llevarle el ritmo a su rival, sin embargo consiguió alejarse lo suficiente como para lograr darle un golpe y alejarla de él, antes de darse cuenta una manada de Dragones surcando el cielo se hizo presente, ante esto los soldados humanos se estremecieron al ver las intenciones, las armaduras por más resistentes que sean, los años en batallas las habían hecho débiles ante ataques en manada, una oleada de fuego se hizo presente inundando el campo de batalla en un infierno de fuego y humo, algunos soldados no sobrevivieron ante un ataque tan directo.

- jajajajajajajaja!! – la escandalosa carcajada de la mujer se hizo oír, a pesar de la dificultad para ver lograron divisar su figura entre las llamas - sienten ese aroma? – la mirada de la dragona se volvió salvaje y llena de furia, las escamas que cubrían parte de su cuello y rostro estaban tomando más lugar en su cuerpo – la carne quemada, el sonido de la sangre hirviendo... - se le veía en la mirada una expresión de excitación y maldad, todo el hombre presente se dio cuenta de la circunstancias en la que estaban, los habían engañado.

- MALDITA LAGARTIJA!! – el líder de aquel grupo de humanos consumido por el odio y la desesperación se plantó frente a la mujer, que ahora llevaba orgullosa unas enormes alas negras y grandes cuernos sobresaliendo de su cabeza y hombros – pagaras por esto! – antes de reaccionar sintió un fuerte agarre en su garganta, la mujer ya casi por completo fuera de sí sonríe de forma grotesca ante su víctima, lentamente abre la boca de la cual salen llamas negras que a pesar de su inusual color y que a simple vista parecen no hacer daño, el calor que emanan se siente a la distancia – detente.... DETENTE! – El hombre comienza a desesperar, ve su muerte asegurada antes de poder notarlo la mujer lo había soltado, su brazo era sujetado por una mano de piel pálida y largas garras.

La Dragona gira su cabeza a quien sujetaba con fuerza su ante brazo para encontrarse con él – Como.... COMO LLEGASTE HASTA AQUÍ?! – de la nada su temible apariencia desaparece, su hermosa figura y apariencia de joven mujer reaparece ante la atenta mirada de su amado esposo, que simplemente se plantó ante ella, se le veía cansado y lastimado, su fría y áspera piel se veía cubierta por hermosas escamas azul zafiro, brillantes y suaves, sin más espera Smarágdi se lanzó sobre él, aferrando se a su cuerpo, sin prestar atención que aún se encontraban en peligro.


Normalmente, mis padres no solían bajar la guardia bajo los humanos, eso era notable, inevitable para ellos, los detestaban y desconfiaban de su indefensa fuerza, pero el día en que mis padres murieron, solo me hizo reforzar esa creencia que ellos me habían inculcado. "Nunca le des la espalda a un humano", eso repetía continuamente mi sensei cuando entrenábamos en la montaña, recordar la vez que mis padres murieron, esa aterradora escena, ambos abrazados cuando llegue, y siendo atravesados por una larga espada, evitando su separación, sus miradas se cruzaron y susurraron algo incomprensible para mí. Una fuerte tormenta se formó en ese momento.

Una pareja de Dragones se encontraban abrazados en el suelo, se les veía como la piel se volvía negra por el veneno que indudablemente tenía esa espada maldita, el joven dragón se acercó al cuerpo sin vida de sus padres susurrando un – Lo siento – inaudible para el mundo, unas palabras más de consuelo para sí mismo, al darse cuenta que su infantil error, contrajo graves consecuencias.
El cielo nublado se volvió cada vez más negro, los soldados humanos y los pocos dragones que quedaban en batalla, se detuvieron observando el lugar en donde se concentraba el ojo de la tormenta, dando se cuenta, que el joven heredero de ahora un pueblo extinto, busca venganza.

Las miradas atentas de todos se posaron sobre el hombre que desato su furia, el hombre de antes apariencia temible, era ahora solo un insecto ante el desmesurado poder de la gran tormenta que se formaba, el joven frente él se estaba saliendo de control, su piel comenzó a desgarrarse y a sangrar mientras su espalda dejaba salir esas grandes alas, sus ojos brillaban de manera ferviente, se clavaron en el insignificante humano que estaba frente a él. Entre la maleza que se encontraba destruida un niño de aspecto extraño se asomó para observar la escena, y contemplar como la imponente bestia, atrapaba entre sus grandes fauces al humano, destrozando su cuerpo.

La tormenta se volvía cada vez más fuerte, rallos de un fuerte azul caían con furia, la tormenta se seguía extendiendo por los alrededores, cubriendo todo el bosque, Fushite como pudo le ordeno a los pocos sobrevivientes detenerse y salir de la zona, la guerra había terminado, ya no había nada por lo que luchar y el líder había caído junto a su amada, los pocos dragones en pie, salieron del lugar no sin antes darle un adiós a Fushite, desde ese momento, el pueblo no existía más y cada quien se tenía que valer por sí mismo, los humanos al ver a su líder caído abandonaron la zona tan rápido como pudieron, la tormenta poco a poco se fue calmando para dar paso a una lluvia interminable, el joven dragón fue ayudado por su sensei y ahora única familia, este se acerca para abrazarlo para notar como el joven se aferraba a él, sus largas garras se enterraban en su cuerpo, no le importaba el dolor, sabía que tenía que contenerlo en ese momento, con un poco de esfuerzo por las heridas que tenia se levantó, la mirada de su discípulo se notaba oscura y fría, ese día, aquel joven alegre y sonriente se perdió entre una tormenta, para no volver jamás.


Cien años han pasado desde aquel terrible día, aun siento que esa tormenta nunca se detuvo, en mi interior esa tempestad aún sigue y va en aumento, cada relámpago y trueno evita que cada herida en mi corazón se cierre, sentía resentimiento y odio hacia los humanos, mi sensei ahora ya no es el mismo, el también afectado por lo que paso, dejo que los años lo alcanzaran, mi padre era para el incluso más que un hermano, al igual que mi madre, perdimos el contacto con todos los dragones que antes vivían en el pueblo, las estatuas joyas y armaduras fueron saqueadas, los humanos se lo llevaron todo, me lo arrebataron todo por mi insensatez.


- Sombra! – un hombre alto, antes con un hermoso cabello verde brillante, hoy se veía opaco, tenía unas terribles cicatrices en el ojo, su piel tensa hoy con algunas leves arrugas y sus manos arruinadas por los años de trabajo. Se acercó al joven sentado en la entrada del gran templo, su abuelo Kioto falleció años luego de la guerra, ellos tomaron su lugar para guardar ese lugar que ahora, es su único hogar. Su querido maestro, a pesar de sus muchos años había conseguido seguir con su arduo trabajo de entrenarlo, pero los años le estaban ganando, es cierto que un dragón vive miles de años, pero a cambio de una vida longeva es la soledad, ya no quedaban dragones, y si los habían estaban ocultos.

- que sucede Fushite?, no conseguiste comida?... – el joven le sonríe de costado, mostrando unos blancos colmillos, sus ojos aún se veían apagados luego de lo ocurrido hace ya mucho tiempo, pero Fushite tenía la esperanza de lograr que el joven consiguiera apaciguar esas nubes tormentosas en su mente, como lo aria?, ni el mismo lo sabía, pero lo intentaría.

- no te burles mocoso, que cuando llegues a mi edad no se te ara tan fácil! – se acerca con un conejo entre las manos, para ellos dos más que suficiente, podían estar meses sin probar bocado que no habría ningún problema, pero de vez en cuando si podía cazar lo hacían, los animales pequeños de la zona que se acercaban al templo, hacían de compañía a la vez que de alimento, agradecían al creador de estas pequeñas criaturas antes de tomar un sacrificio cada tantos meses, escogían siempre un animal enfermo o viejo, de esta forma no afectaban a la población de los pequeños animales. – Hoy tendremos conejo para cenar, aun si mis largas garras puedo cazar – sonreía orgulloso de su pequeño premio.

- claro, cómo no! Jaja! – se burlaba de su maestro, Fushite a veces lo veía de manera extraña, como con nostalgia, tal vez le recordaba a su padre, solía contarle algunas historias de las cuales se sentía orgulloso, grandes batallas, peleas y otras no tanto, una que otra metida de pata o travesura de joven, esto hacia un poco menos dolorosa la carga de la perdida y la soledad. Aun así, su tormenta mental aún estaba ahí, y parecía que nada podría quitarla, hasta que un día todo cambio.

Durante los frios meses de Invierno, Sombra y Fushite solían recolectar algo de fruta antes de las primeras heladas para mantener un poco de comida algunos días, cuando las temperaturas comenzaban a bajar cada vez más, se colocaban en la zona alta del templo junto a una gran hoguera que suspendía justo en medio del lugar, le ponían algo de madera y encendían fuego para mantener sus cuerpos cálidos, el enorme trozo de acero que suspendía en el aire se encontraba a la altura perfecta para no dañar el techo y lo suficiente mente alta para no molestar en el andar del lugar, Sombra tomaba su forma de Dragón para protegerse de la tempestad, Fushite luego de perder sus alas en una pelea contra unos cazadores que lo emboscaron mientras cazaba, dejo de transformarse, dejando que los años consumieran su forma humana. Este se resguardaba bajo las alas de Sombra y solían permanecer en un estado de sueño profundo, cada tantos días cuando el frio tomaba más lugar encendían más fuego, hasta que un día, en una tranquila mañana invernal un joven apareció en la puerta del templo, su risa se escuchaba en el lugar, despertando a ambos de su descanso. Este chico o chica?... no parecía humano, llamando la atención de él joven dragón y su maestro bajaron con cautela, encontrando se con una figura un tanto extraña, parecía flotar sobre la blanca nieve, sonriente los observa.

- porque se quedan ahí adentro?, la nieve es hermosa, y es perfecta para jugar jeje – saltaba y jugaba bajo la fría lluvia de copos de hielo.

Esa mañana cambio mi vida, no entendía por qué, pero quería saber quién era, sentía que me daría respuestas, esas respuesta que llevaban atormentando me cien años, esa criatura, no era humana, el apaciguaría mis dudas.



El Ultimo Dragón (PAUSADA INDEFINIDAMENTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora