El CABALLERO

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Era media noche cuando Andrew desperto de golpe en su dormitorio, se sentó en la cama asustado; una vez mas esa estupida pesadilla lo atormentaba: se encontraba en una selva lluviosa y no muy lejos de ahi alcanzaba a divisar una montaña en forma de cranéo, él entraba y daba con el caldero de piedra con colmillos de la bruja del mar Úrsula lleno de un liquído púrpura y de pronto varias imágenes pasaban a la vez:

Una montaña negra como la noche, una tumba,un festejo en la catedral de Áuradon, un copo de nieve, una manzana roja, la imagen de algunos de sus amigos(Evie, Mal, Jay y Carlos) y al final una espada que chocaba contra una lanza obscura desprendían un destello azúl, Mientras una calavera se carcajeba.

Llevaba mas de un mes teniendo la misma pesadilla, cada madrugada se despertaba con esa calavera riendose en mente. Por supuesto Andrew sabía que esta "pesadilla"  en realidad era la visión que le mostraron en la isla Calavera tiempo atras y aunque ya había deducido el significado de algunas imagenes en conjunto  tal como el caso de la montaña y el festejo, que hacia referencia al despertar del demonio Cherbabog que él y sus amigos lograron impedir y su continuo nombramiento de caballero de Áuradon.
O la imagen de la tumba que era la que mas dolor le causaba pues aún se sentía responsable de la muerte de su exnovia Leonora.
Sin embargo Andrew aun no lograba deducir que significaban el resto de las imagenes y esto le preocupaba pues si algunas ya se habían vuelto realidad- ¿quién le aseguraba que las demas no lo harían también?- despúes de todo una de esas imagenes tenía que ver con Evie, Mal, Jay y Carlos, sus mejores amigos.

-No debería de pensar en esto ahora- penso mientras volvía a acostarse, despúes de todo tendría tiempo para eso en la nueva clase de =Control de Habilidades Mágicas= que comenzaría oficialmente muy pronto, debido a que la nueva profesora contratada por el rey Bestia desembarcaría al día siguiente.

Sin duda tenía muchas cosas que hacer al otro día- y yo desvelandome-pensaba Andrew. No solo tenía esa clase si no muchas mas; incluyendo una clase extra de química que era la que mas esperaba pues Evie se había convertido en su tutora, ademas también había que estar en el recibimiento de la profesora nueva junto con los reclutas para caballero, una tarea "especial" que el capitán Febo le tenía preparada, y eso sin mencionar su entrenamiento matutino con el General Shan que ahora era cada 2 días, eran demasiadas responsabilidades.

-Quíen lo diría, el hijo del dios de la muerte: Hades pensando en responsabilidades- se decía Andrew a si mismo- antes mi única responsabilidad era robar a cualquier incauto que se me cruzara en la isla de los perdidos, dormir, hacer travesuras o ayudar a Mal a pintar casas con sus latas de spray.
Sin embargo de eso ya había pasado algún tiempo, en ocasiones a Andrew le aterraba pensar si Mal y el resto de sus amigos hubieran hecho lo que sus padres querían- quiza todos los geniales habitantes de Áuradon estarían muertos como...Leonora
-aun recordaba a esa bella chica de cabello rojiso y ojos verdes que lo tomaba del brazo mientras comían unas deliciosas tartas de manzana- y todo por mi culpa- pensó- pero no volvere a dejar que alguién mas sufra o salga herido por mi culpa o la de mi familia.
Estaba por dormir cuando al pensar en su familia, recordo a su hermana. Si bien el capitán Febo y sus soldados habían estado buscando a Eris a lo largo y ancho de Áuradon sin lograr dar con ella, Andrew sabía que ella no se rendiría y encontraría la manera de tratar de regresar a su hermano a lado de los villanos, ella siempre era terca y su hermano sabía que aunque el tratara de hablar con ella, nunca se adaptaría a la vida en Áuradon
-sin duda, tu si enorgullesiste a papa, Eris o bueno casi- penso mientras se volvía a quedar dormido.

DESCENDIENTES 3: El Regreso De La MagiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora