Una luz blanca se filtro por mis párpados provocando que despertara, poco a poco voy abriendo mis ojos tratando de adaptar mi vista a ella. El olor característico de los hospitales y el sonido de unas cuantas máquinas están presente en el ambiente.
Cuando por fin pude abrir mis ojos, aunque no a plenitud, puedo observar que me encuentro atada a una camilla, mis pies y muñecas están sin movimiento alguno, mis brazos se encuentran conectados a máquinas que controlan mis signos vitales y uno que pasa por mi nariz llevando oxígeno.
La habitación es totalmente blanca, no se puede observar las divisiones entre las paredes solamente sobresale el marco de una puerta y en esta una pequeña ventana reforzada por barrotes.
Levanto mi cabeza para poder observar mejor éste lugar pero no logro ver algo más, sólo yo y estas máquinas, de pronto un sonido que proviene de la puerta me hace que vuelva a situar mi cabeza en la almohada donde estaba recargada, pasos lentos, pero firmes, rompen el silencio que inundaba la habitación, se que la persona que viene se dirige hacia mí.
-Hola querida SAM, ¿o debería decirte Samantha?- dijo un hombre de facciones duras, en sus labios esta formada una cínica sonrisa y noto que en sus ojos hay rabia y odio, su rostro se me hace familiar, pero no recuerdo de donde, una extraña sensación me dice que éste hombre no es bueno.
-¿lista para la prueba?- continuó.
Abro mi boca con la intención de pedir una explicación pero las palabras no salen de mi seca garganta, otros dos hombres se acercan a mi, desconectaron todo de mis brazos y mi nariz, dejando mis pies y muñecas atadas, la camilla comenzó a levantarse poco a poco hasta dejarme en una posición vertical totalmente, un débil "click" se escucho en el aire y de pronto caí al suelo, interpuse mis manos para evitar que mi rostro chocara con el blanco y frío suelo, el hombre con la cínica sonrisa se puso a mi altura y situó sus labios bastante serca de mi oído.
-Enseñanos para lo que fuiste creada SAM- susurro y una onda de escalofríos viajó por todo mi cuerpo.
Alguien tapó mi cabeza tragandose la luz y robandome el oxígeno.