¿Podré ser la mala?

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Juntos los dos, en la sala del cine, entre semana (lo cual significaba que no había mucha gente) la sala estaba sola, sólo nosotros dos.
Él me compró mis palomitas y mi bebida, juntos disfrutábamos los trailers acabandonos las palomitas antes de que empezará la película.
Me tomó del rostro suavemente con sus manos tibias y con una bella delicadeza que parecía gustarme me beso primero lento y después fue subiendo la intensidad...

Nunca había experimentado esa sensación de excitación y pasión y me parecía de lo más hermoso aunque no podía dejar que eso me hiciera cambiar de opinión sobre lo que tenía pensado hacer con el.

Sentía sus labios con los míos, después bajo un poco hasta el cuello, intente detenerlo pero dentro de mi sólo quería que siguiera.

Su mano se metió por la parte de atrás de mis pantalones, en eso pasaron los muchachos que revisan la sala y tuvimos que dejar nuestra pasión aun lado, el muchacho no dejaba de vernos, era muy obvio que sabía lo que estaba pasando, a los 10 minutos se término la película y nos habían sobrado algunas palomitas que no queríamos desperdiciar así que cuando salimos vimos al muchacho en la puerta con cara malhumorada, entonces fue ahí donde supimos como no desperdiciar lo que restaba de las palomitas.

Salimos, ambos tomamos un puño de palomitas, todo lo que nos cupo en ambas manos y se las arrojamos a la cara, después de eso nos dimos a la fuga, tomados de la mano corrimos hasta que nos cansamos.

Antes de llevarme a mi casa me compró un anillo y me dijo que jamás me lo quitara porque me lo daba con todo su corazón y que en su corazón sólo estaba yo, -Si como no, -sólo pensaba eso-.

***
Cuando estaba lavando los platos de cena no pude evitar quedarmele viendo a mi anillo, ¿porque jugaba de esa manera tan cruel conmigo?¿que ganaba?, yo enserio lo amaba.

Cuenta Cuantas Veces Te AméDonde viven las historias. Descúbrelo ahora