Cap. 6

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... Encontré una nota frente a mi puerta. "¿De quién diantres podrá ser?" -me pregunté mientras desplegaba el pequeño papel con cuidado-. Parecía un mensaje en clave o algo, pero no logré descifrarlo. Decía algo así como:

"53 Q_3 M3 4M45 74_70 _0_0 _0 4 71, xoxo"

¿Qué significaría aquello? Puede que solo fuesen unos simples garabatos, o igual se le calló a alguien, pero lo guardé de todos modos. Tenía la impresión de que me iba a servir en el futuro. 

Traté de identificar al autor de ese enigma pero el pasillo estaba desierto. Ni un alma. Todos descansaban en sus respectivas habitaciones. Me metí en cama y dormí dificultosamente, a causa de la curiosidad que me producía ese jeroglífico.

A la mañana siguiente me levanté un poco más tarde de lo normal por lo de anoche. Ordené los cuartos de los miembros de la banda y lavé los platos de sus desayunos. Luego me serví el mío y me senté sóla en la mesa. A terminar, busqué por todos lados a los chicos pero no lo hallé. ¿Dónde narices se habían metido todos? El sonido armonioso de un instrumento atrajo mi atención. Y allí estaba él, frente al piano de cola, tocando la misma canción que escuché el primer día. ¿Cómo era? I"ll be... Hummm... Ah, sí; I'll be your strength (creo). No lo hacía nada mal y tenía un voz angelical, pero nada comparable a la de "mi Tommy" (así le llamaba ahora).

Salí al jardín y allí estaban los cuatro chicos, chapoteando en la piscina. ¿Por qué Nathan no estaba con ellos? ¡Y dale con Nathan, jope! ¡Qué esté donde quiera! ¡Me da igual!

El caso es que me zambullí y lo pasé genial. Unas dos o 3 horas después abandonaron a la piscina dejándonos a mi y a Tom solos. Aprovechamos esa ocasión para hacer las típicas cosas de novios: abrazarse en el agua, besarse, que te tire a la piscina de broma, jugar como niños... Vamos, lo normal en una pareja.

Una vez terminó el baño nos secamos y vestimos. Los acompañé a una sesión de fotos para su nuevo álbum en una agencia de modelos la cual ahora no recuerdo el nombre. Tardamos unos veinte minutos en llegar y la gente era muy amable allí. Quizá fuera porque era The Wanted o, simplemente, agradables; no como otros. Y con otros quiero decir Nathan. Lleva más de un día sin dirigirme la palabra. ¿Acaso le he hecho algo? ¿Tiene motivo alguno para ignorarme? "¿Lo tienes tú para que te importe si te hace caso o no?" -susurró mi subconsciente-. Y razón no le faltaba. Podía hacer lo que quisiese, con quién quisiese, cuando quisiese, donde quisiese y como quisiese. 

Llegamos al estudio fotográfico y esperé en una de las típicas sillas de los directores de Hollywood. Al rato, salieron todos muy guapos. Aparentaban uno o dos años menos pero estaban sexys. Espera, ¿sexys? No, eso solo lo era Tom, nadie más. 

La sesión dio comienzo y me sentía molesta. Una de las cámaras coqueteaba con mi novio pero no me afectaba. ¿El por qué? No lo sé. Pero lo más raro es que me dio la impresión de que me fastidió más cuando la estilista le tiraba los tejos a Nath ".___, ¿te acabas de escuchar a ti misma? ¡acabas de decir que te fastidia más el hecho de que una mujer intente seducir a Nath que a tu novio" -me habló mi subconsciente-. ¿Yo he dicho eso? ¡Definitivamente no soy consciente de mis actos!

Volvimos realmente agotados. Las fotos habían sido magníficas, las poses espectaculares y el vestuario maravilloso. Todo iba sobre ruedas. Llegamos a eso de las seis y aprovechamos hasta las ocho para limpiar y el grupo para ensayar.

Al terminar, preparé la cena y media hora después llegó la chica de Nathan. Parecía una fresca y de maja no tenía mucho. Y vaya si se le insinuó a Nathan durante toda la cena. Sé que va a sonar exagerado pero, ¡parecía que lo iba violar bajo la mesa! Lo peor era que él le correspondía del mismo modo. ¿No podían ser un poco más discretos? Quiero decir, no es que me importe ni nada, pero me repelen. Ella me miraba como si quisiera demostrarme que era suyo. ¿Acaso pensaba lo contrario? Le hice entender que no cuando me puse, digamos, "cariñosa" con Tom.

La chica se quedó a dormir y para mi mala suerte en la habitación de él. Pero mala suerte porque si hacen algo no me dejarán descansar, no por nada más...

Mi amiga, rato después, me llamó enfadada.

Yo: ¿Qué ocurre? Te noto molesta...

Se quedó en silencio unos instantes para luego casi dejarme sorda.

Amy: ¡¿ES QUÉ NO IBAS A CONTARME QUE ERES LA NOVIA DE THOMAS ANTHONY PARKER?!

¡Lo había olvidado! Que estúpida había sido...

Le conté casi todo (menos que, cuando lo anunció por televisión, aún no éramos nada. Le di la misma versión que a la banda y por suerte me creyó).

Los "tortolitos" (así los llamaba yo) me dieron guerra toda la noche. Sí; es exactamente lo que pensáis. Me tuve que tapar los oídos con dos almohadas hasta que la pesadilla cesó.

No podía conciliar el sueño, por lo que bajé a la cocina a tomarme un vaso de leche. Allí estaba Jay y parecía que tenía los mismos motivos que yo para estarlo.

Jay: Que, ¿a ti tampoco te han dejado dormir, eh?

Yo: Exacto. ¿No podían irse a un hotel o algo? -le dije mientras me cruzaba de brazos y él rió-.

Jay: ¿Y qué haces aquí sóla? ¿Tom te deja salir de su cuarto?

Yo: Oh, no duermo con él. Tengo miedo a que me deje al ver que pintas tengo al acostarme... -bromeé-.

Jay: ¿Ah, sí? Yo creo que estás muy sexy así... -se me insinuó acercándome a él poco a poco y coquetamente-.

¿Qué se suponía que estaba haciendo?

Yo: Tú tampoco estás nada mal. -lo observé de arriba a bajo con una sonrisa pícara y al llegar a su cara le guiñé un ojo-

"¡¿ES QUÉ TE HAS VUELTO LOCA, ____?! ¡¿NO SABES QUE TIENES NOVIO?!" -replicó mi otro yo, el que siempre llevaba razón. Pero lo ignoré-

Jay me subió a la encimera y comencé a besarlo apasionadamente. Él me acariciaba el muslo derecho mientras yo enredaba mis dedos en su rizada cabellera. Luego, me cargó en sus brazos y me llevó así por las escaleras.

"____, DETENTE. ESTÁS TRAICIONANDO A TOM Y ÉL IGUAL" -volvió a reñiremos y yo seguí sin hacerle caso-.

Pero ya era demasiado tarde. Lo había hecho. Acababa de ponerle los cuernos a mi novio y con uno de sus mejores amigos. ¿Conclusión? Soy un monstruo; un miserable, cruel y despiadado monstruo. Pero ya no había vuelta atrás; lo hecho, hecho estaba.

Y, por si no fuese suficiente, tenía que recoger a Amy en el aeropuerto a las nueve de la mañana. Como me quedara dormida, la iba a liar buena...

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Y hasta aquí el capítulo seis. Espero que os haya gustado :3

Ojalá este verano nunca terminase... (Novela de Nathan Sykes y tú) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora