Capítulo tres.

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La gente que antes estaba nadando, caminando o haciendo lo que sea que hacían en aquélla ciudad submarina parecida a la Atlántica "Supuestamente mejor" se colocaron en hileras, él ruido extraño que sonaba pareciendo a la música de alguna película macabra. Aldahir aún me miraba extraño, pude notar que era temor.

Las personas se escondían en cuevas que estaban cerca.

—Tenemos que irnos.—Murmuró cuando se acercó a mi. Tomó de mi mano y me jaloneo a la habitación donde me había encontrado cuándo desperté por primera vez en esa ciudad.

¿Qué era ese ruuido que tanto causaba temor aún hbre que parecía no temerle a nada? ¿Anunciaria la llamada de alguien o algo?

—¿Qué sucede? —Aún seguía nerviosa o más bien en shock, era difícil procesar al mismo tiempo todo lo que estaba sucediendo.

—Hasta él momento hay que ocultarnos, no puedo contártelo.

—¿Estaremos Bien?—Pregunté mordiendo lo que me quedaban de mis uñas.

—Te lo aseguro. Tranquilizate.

No conocía más de 15 minutos a Aldahir pero sus palabras me hicieron sentir de alguna forma más segura. Pero él es idiota si piensa que me quedare sin una respuesta del por que debemos ocultarnos, digo tengo que saber de que me estoy escondiendo.

Nos adentramos a la habitación donde Aldahir puso seguro. Me le quede mirando con una ceja alzada.

—¿Es algún traficante?.—Pregunté.

—No.

—¿Un violador de peces?.—Pregunté medio bromeando.

—No.

—¿Un matón?

—Es algo mucho peor. —Me miro fijamente a mis ojos, sus ojos eran mucho más lindos que los míos aún siendo los dos azules, el de él era azul intenso, en cambió él mio uno muy pálido que se confundía con gris, envidiaba eso.

—¡Entonces que es!.—Susurré.

—Mi padre. Si se entera que e salvado a una inútil humana me va a matar

De cierto modo me denti ofendida cuando dijo "Inutil humana" más sin embargo no discuti en eso.

—¿Eso es malo?

—Terrible, ya había salvado a alguien, se gano nuestra confianza y luego nos traiciono.—Un destello de tristeza pasaron por sus ojos.—Desde allí me advirtió que si llegaba a salvar a alguien lo haría añicos.

—Oh, que mal, ahora ¿Qué hacemos?

—Calmate aquí estarás segura, él nunca ingresa acá.

—Confió en ti, no sé porqué lo hago pero no hay nadie más en quien confiar.

—Ahora sólo quedate aquí, no tardare.—Dicho esto empezó a dirigirse a la puerta pero lo detuve de un sólo jalón

—¿Qué te pasa? ¿Piensas dejarme aquí sola?

—te lo dije nunca entra aquí.-—Hizo una mirada asesina, ya no era tan encantadora como antes.—Dejame salir, ese hombre siempre llega de mal humor, tengo que calmarlo ó ¿Quieres que se de cuenta de mi ausencia y me venga a buscar? Me mataría no sólo a mi, si no a ti también ¿Eso quieres? — me gritó. —¿Acaso no te diste cuenta como se escondía toda mi gente de ese hombre?

La manera en que me gritó hizo que unas lágrimas se salieran sin previo aviso.

—Yo, lo siento ¿Vale? No quería gritarte pero es algo grave, todo estará bien, te lo prometí. — Me besó la frente y se fue de ahí.

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