Izabela se sorprendió al ver esas rosas pero no puede aceptarlas.
-Lo siento Adam.
-Pero... ¿por qué?
-No puedo aceptar las rosas ni nada de lo que me tenías preparado.
-Claro que puedes.
-No, en serio, me halaga saber que te importo y que hagas todo esto pero no puedo perdonarte.Izabela se dispone a irse pero Adam consigue cogerla de la mano para detenerla, ella se gira y los dos se miran por unos efímeros segundos, Adam la abraza y le susurra al oído:
-Perdón - Después de esto Izabela se aparta de él con un empujón y se va. No da la vuelta porque sabe que volverá corriendo a sus brazos, simplemente se va sin mirar atrás.
Tal vez pudieron ser algo más.
Tal vez pudieron tener un bonita historia de amor.
Pero lo que mal empieza, mal acaba.