Capítulo 3

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Mediados de Octubre.

Habían pasado unas semanas desde aquella fatídica noche. Aún le perseguía la mirada triste de Julia, al alejarse en aquel taxi. Y era él quien tenía la culpa... Aunque ella también, por ser tan cabezona. No le había comentado nada a Peter, y suponía que ella tampoco al no recibir ninguna reprimenda de su amigo. Además tampoco había tenido el valor de hablar con su amigo respecto a su hermana. Sabía que le ocurría algo, pero ninguno de los dos iba a soltar prenda. Aunque una pequeña idea se hacía. Conocía aquella familia desde los dieciocho años, bueno según le había contado su amigo cuando había habido problemas. Sabiendo lo afectada que se hallaba Julia por aquel punto, sabía que lo que tenía en mente desde hacía unos meses no iba a poder ser en aquel momento. Tenía que cambiarlo todo y lo primero era ir hacer las paces con ella. Es decir, pedirle disculpas a Julia por las palabras que soltó aquella noche. Por ello ahora iba de camino al edificio de apartamentos, suponía que casi a las ocho de la noche se hallaría allí.

Una calle antes de girar en la de ella, tuvo que detenerse por la pequeña retención de tráfico que había. Pero aquello no fue lo que le llamó la atención, sino más bien el comportamiento de la gente que iba por la calle. Fue entonces cuando divisó en lo alto del cielo y a través de los edificios una enorme cortina de humo.

De repente el miedo le recorrió todo su cuerpo. Asustado como estaba, logró mover el coche y dejarlo medio subido en la acera para poder salir corriendo hacia aquella nube negra. A medida que se acercaba al lugar, escuchaba el caos del ruido. Allí estaban los bomberos, policía y ambulancias. Y sí, era el edificio de Julia el que se hallaba envuelto en llamas. No supo como le dio la orden a sus piernas de que se pusieran a correr con lo asustado que estaba. Sólo podía pensar lo peor. Por fin llegó al cordón policial, donde tuvo que llamar la atención de un agente y convencerle de que le dejara pasar pues su novia vivía en aquel edificio.

Era como estar en una pesadilla. Gritos, gente asustada, humo... Pero no la veía en ninguna de las ambulancias. Volvió a dar una vuelta sobre sí, y se quedó mirando por un momento con temor al antiguo edificio ardiendo en llamas y como los bomberos hacían todo lo posible por apagarlas. Aquello no podía estar sucediendo. En aquel momento le vinieron a la mente las palabras suyas y de su hermano de la otra noche, cuando intentaban convencerla para que se mudara a su piso. Y días después sucedía aquello... El destino no podía estar jugándole aquella mala treta. No tenía derecho a decirle quien era el amor de su vida y luego arrebatársela sin darle tiempo a nada, simplemente a robarle un cálido beso...

Fue entonces cuando salieron del edificio.... Llevando a una Julia completamente encogida en sus brazos. Fue en aquel momento que volvió a sentir como su corazón volvía a bombear con normalidad.

-¡Julia! –Exclamó desesperado acercándose a la chica, quien al escuchar su voz alzó su mirada llena de lágrimas y sin esperárselo se lanzó a sus brazos agarrándose con gran fuerza a su cuello.

-¡Alex!

-Llévela a una ambulancia –Le indicó el bombero que se dio la vuelta y volvió al edificio en llamas.

-¿Y Patrice? –Le preguntó ella con temor.

-¿Quién? –La miró detenidamente a sus ojos asustados, justo antes de acercarla a una ambulancia donde se ocuparon enseguida de ella.

-Mi compañera de piso, estaba conmigo... -Calló un momento cuando el paramédico empezó a inspeccionarla-. Se la llevaron antes que a mí... -Dijo un momento antes de que le pusieran una mascarilla de oxigeno.

-Ahora miraré por ahí –Le indicó sin ocultar el cariño en sus palabras.

-Es pelirroja... -Dijo con tono un poco cansado tras respirar un poco de oxigeno.

Rechazo Al Amor   COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora