~PRIZONIER~ [Sebastian michaelis X READER]

MANSIÓN MICHAELIS

el rompe cabezas ya estaba a la mitad, acababa de ver el poder de Ema y sin duda el tenía propósitos con aquella alma tan peligrosa y exquisitamente apetecible.......

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Estaba en un bello lago, una noche realmente hermosa, hacía juego con todo el paisaje.

Miles y miles de estrellas le mostraban su furor desde lo más alto del cielo. Sonrío, al fin era libre........

Caminó hacia el lago y se arrodillo afirmando con sus manos en el suelo a la orilla del profundo lago, observó su reflejo en aquella agua turbia. Realmente se parecía mucho a su padre..

Su mente estaba demasiada concentrada en sus pensamientos que no se había dado cuenta de que su reflejo le sonreía con maldad, observó nuevamente su reflejo fijándose en lo extraño que se había puesto de repente...ella no estaba sonriendo.

Se acercó para tocar el agua, su reflejo sonreía y eso era demasiado extraño, se acercó más y más hasta casi tocar el agua, pero la asustó al ver que los brazos de su reflejo la tomaban para hundirla en el lago......

Despertó

Era un sueño, pero parecía tan real que su tos cada vez era más y más fuerte.

.-Ema.....ema.-escuchó una voz masculina que ya se le hacía conocida y sintió los brazos del mismo sujeto.- tranquila, era solamente un sueño.-

Su respiración ya era regulada y la tos desapareció dándole lugar al silencio y a la duda.

.- Sebastian ..- atinó a decir, le extrañaba que él estuviera ahí.

.- ya tranquila...- le acarició la cabeza.

Ema se dedicó a ver el lugar desconocido en el que estaba ahora, ¿Qué le había pasado?.

.-sebastian...¿Dónde estoy?.- pregunto poniéndose de pie, el conde simplemente le sonrió con suma falsedad, algo que lo describía perfectamente bien.

.- estas en mi mansión.- le respondió mientras veía hacia las ventanas con el ceño fruncido.- ema, espérame aquí, ahí hay ropa, puedes tomarte un baño.- desapareció con pasos pesados y azotando la puerta.

.- ¿dije algo mal?.- se preguntó así misma obviamente extrañada por la actitud del conde.

Sin darle tantas vueltas al asunto se levantó de la cama estirándose y dirigiéndose al baño que realmente era grande.

Mientras fuera de la mansión, en los jardines, Sebastian enojado miraba a sus sirvientas.

Las miraba con irritación y al mismo tiempo con rendición, ya no había caso, aquellas gemelas eran como monos, no entienden, al menos eso pensaba el conde frente a ellas, pero que más se les podía pedir a un par de demonios inquietos?, nada.

Una de las pelirrojas ( que por cierto lo miraban como cuando pillan a un niño haciendo una travesura) estaba por hablar.

.-Lilith, no digas nada, no quiero escucharte.- dijo sebastian sin dejar de mirarlas fijamente.

.- sebastian-dono....noso..-

.-bell, tu cállate también, no quiero escucharlas a ambas.- protestó con esa calma tan característica de él.- lo único que me gustaría saber, es..¡¿porque maldición hay tantos cuervos en el jardín?!.-elevo la voz.

Las gemelas hicieron otro puchero, como si el poderoso demonio frente a ellas se fuese a compadecer del castigo que obviamente se aproximaba.

.-Sebastian-dono, la razón por la que hay tantos cuervos es culpa de lilith.- el conde miró inmediatamente a la nombrada.