QUIZÁS EN OTRA VIDA

Tienen miedo de sentir algo más, de sentir y de querer algo prohibido por esta sociedad, anhelar algo fuera de lo normal. Bien, en realidad es más normal de lo que debería, para lo mal visto que está.

Pero sin embargo nos han educado para creer en la moral. Y ese sentimiento desde luego dentro de ella no está. Parecen Romeo y Julieta, un amor platónico, imposible, inalcanzable. Pues sus consciencias les hablan y les dicen que eso está mal, que de ese modo no deben actuar. Y les niegan la razón al corazón, escondiendo esos latidos frenéticos que claman amor. Pero... ¿Qué tipo de amor? Pues hay de muchos tipos: El amistoso, el cortés, el pasional...

Lo que anhelan implica demasiadas cosas. Dejar todo atrás por sellar su amor con los labios es ruin, mas tentador. Destruir todo aquello por lo que un día lucharon, todo aquello en lo que un día creyeron. Sólo por un beso. ¡Ay, por un beso lo que darían! ¿Pero todo eso vale un beso? ¡Más les vale quedarse en los huesos que nutrirse de ésos! Pues un beso que tanto vale, tanto te hace perder. Y al final, hay que ver si lo hace merecer.

Cuando consigue callar al corazón y hablar desde su parte racional piensa que ella no lo permitiría. Y que él tampoco. Sabe entonces que no pasará, que aquello a lo que temen jamás ocurrirá. No al menos en el mundo que conocen. Quizás suceda en sus sueños, al cerrar los ojos sobre la almohada y dejar al corazón que pida lo que quiera, sin límites ni restricciones. Quizás suceda en sus pensamientos, pues tienen la certeza de que nadie salvo ellos allí lograrán acceder. Quizás pase en un lugar donde encajan mejor, donde ambos son libres y la moral se lo permite. Quizás en otra vida.

Y entonces recuerda su despedida y como él la miraba con los ojos brillantes y algo humedecidos y cómo las arrugas adyacentes a su sonrisa no le hablan de alegría, sino de la tristeza que le queda cuando ella se va. Y así, él le confirma que siempre serán Romeo y Julieta. Y así, ella llora, amándole con cada lágrima derrochada, sabiendo que nunca sus labios se rozarán, sabiendo que sus dedos sobre su piel jamás se posarán, sabiendo que siempre con ella estará ese deseo oscuro e insaciable. Y vive así, en una mentira, día tras día, soñando con esa sonrisa que le robó corazón y alma.