Kitsune

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Kitsune significa zorro en japonés y son criaturas de gran inteligencia que son capaces de adoptar forma humana.

Físicamente, los kitsune sobresalen por su cantidad de colas, que llegan a tener hasta nueve colas.Generalmente, un gran número de colas indica a un zorro más longevo y más poderoso; de hecho, algunas narraciones populares mencionan que un zorro tendrá colas adicionales cuando haya alcanzado los mil años.

A la vez que el Kitsune se hace mayor, sus poderes aumentan y con ello sus habilidades mágicas. Por ello cuando llegan a la edad de 100 años pueden adquirir la forma humana, generalmente suele ser una mujer joven y de gran belleza.

Los kitsune tienen el poder de poseer a los humanos. Eso lo hace muy peligrosos y a esta posesión se le llama kitsune-tsuki, La víctima es principalmente una mujer joven, en la que el zorro entra debajo de sus uñas o a través de sus senos para alimentarse de su energia vital y hacerse mas fuerte.

Si sospechas de que algún conocido pueda ser un kitsune, traéte a un perro. Son los únicos que no son engañados por las ilusiones, de manera que empezarán a ladrar y haran huir al supuesto conocido si es un kitsune.

Hoshi no tama (星の玉)

Las descripciones de los kitsune o de sus víctimas poseídas pueden hacer aparecer esferas blancas redondas o de forma similar a la cebolla, llamadas hoshi no tama (esferas de estrella).

Las leyendas describen que resplandecen con los kitsune-bi o zorros de fuego. Algunas historias las identifican como joyas o perlas mágicas.

Cuando no están en su forma humana o en una posesión con un humano, un kitsune mantiene el hoshi no tama en su boca o lo lleva en su cola. Las joyas son un símbolo que identifica al dios Inari, y las representaciones de los zorros sagrados de Inari sin su hoshi no tama son raros.

Existe una creencia cuando un kitsune cambia de forma, su hoshi no tama toma una porción de su poder mágico. Otra leyenda es que la perla representa el alma del kitsune; el kitsune moriría si se le separa de él por mucho tiempo. Los que obtienen la esfera pueden ser capaces de obtener una promesa al kitsune a cambio de devolver la esfera al zorro. Por ejemplo, una historia del siglo XII describe a un hombre usando un hoshi no tama de un zorro para pedir un favor:

"¡Maldición!" deliró el zorro. "¡Regrésame mi esfera!" El hombre ignoró su suplica hasta que finalmente el zorro dijo llorosamente: "Está bien, tu tendrás la esfera, pero tu no sabrás como mantenerlo. No será nada agradable para ti. Para mí, será una perdida terrible. Te diré, que si no me lo das de vuelta, seré tu enemigo por siempre. Si tu me lo das, yo seré para ti como un dios protector."

El zorro le salva la vida después de encontrarse con un grupo de bandidos armados.

Las historias distinguían los regalos del kitsune con los pagos del kitsune. Si un kitsune ofrecía un pago o recompensa que incluía dinero o bienes materiales, parte o todo el pago consistiría de papel viejo, hojas, ramitas, piedras u objetos similares sin valor que están bajo un hechizo que los hace aparentar como bienes con valor.

Los verdaderos regalos del kitsune eran usualmente intangibles, como la protección, conocimiento o larga vida.

Esposa y amante - Los kitsune son muy conocidos como amantes, usualmente en historias que involucran un joven varón humano y un kitsune que toma la forma de una mujer humana. Muchas historias presentan a las esposas zorro teniendo hijos. Si los hijos son humanos, heredan cualidades físicas especiales o sobrenaturales.

El onmyōji Abe no Seimei era conocido por haber heredado dichos poderes extraordinarios.

Otras historias muestran a los kitsune casándose con otro. Cuando llueve con un cielo despejado, es llamado a veces kitsune no yomeiri o la boda del kitsune, en referencia a una leyenda que describía a una boda entre las criaturas que ocurrió durante dicha lluvia.

El evento es considerado un buen augurio, pero los kitsune obtendrán venganza de cualquiera que no fue invitado.

La leyenda de la madre de Abe no Seimei

Abe no Seimei, es muy famoso en la historia de Japón porque fue un gran onmyôji, maestro del ying y el yang, una especie de hechicero, exorcista, mago, sabio.
Se dice que muchos de los poderes mágicos que tenía Seimei eran debidos a que su madre fue un zorro convertido en mujer.
Esa es la historia de Kuzunoha-hime (la princesa Kuzunoha).
Abe no Yasuna (noble japonés del siglo XII) paseaba recitando poesía por el jardín de un templo, cuando inesperadamente irrumpieron un grupo de cazadores persiguiendo a un zorro, el animal se encontró de frente con Yasuna y le miró con ojos implorantes. El otro no se lo pensó dos veces y escondió al zorrillo entre sus ropas salvándole la vida.
Poco después de este incidente el noble conoció a una hermosa dama llamada Kuzunoha (según versiones es una dama, según otras una princesa), se enamoró de ella y se casaron. Al poco tiempo tuvieron un hijo que llamaron Abe no Doshi posteriormente conocido como Abe no Seimei.
Lamentablemente toda esta felicidad iba a durar poco en casa del clan Abe, porque por un motivo u otro (depende de nuevo de versiones), la cuestión es que se descubrió la verdadera naturaleza de la esposa del señor feudal, era..... aquel zorro que había salvado convertido en mujer.
Visto esto, se le forzó a tomar de nuevo su verdadera forma y a volver a su hogar del bosque. Desesperada y sin poder dejar de llorar, abandonó a su marido e hijo pero primero decidió escribir un poema de despedida en uno de los shôji (puertas de papel y madera corredizas, hacen las veces de puerta y pared) de su habitación que ponía:

Koishiku wa
tazunekite miyo
izumi naru
shinoda no mori
urami kuzunoha

"Si continúas amándome, búscame en el bosque de Shinoda, en la provincia de Izumi. "La obligada" Kuzunoha".

Abe no seimei se convirtió en un gran Omnyoji que sirvió al emperador como astrólogo y guía espiritual, así como consejero del gobierno. Disfrutó de una vida muy larga y libre de enfermedades, de ahí que se dijera que tuviera poderes místicos. Escribió un libro titulado Senji Ryaketsu, en el que se explicaban las artes del Onmyodo.

Los Onmyōji eran especialistas en magia y adivinación. Sus responsabilidades en la corte abarcaban desde preparar calendarios hasta tareas místicas como la adivinación y la protección de la capital de los fantasmas malvados. Podía buscar significados benignos o dañinos en los sucesos naturales. Se dice también que los onmyōji podían invocar y controlar a los shikigami.

Algunos de los onmyōji más famososo fueron Kamo no Yasunori y Abe no Seimei (921-1005). Tras la muerte del segundo, el emperador mando erigir un santuario donde estuvo su casa en Kioto.

Los Onmyōji estuvieron protegidos por el gobierno en la era Heian, pero con la decadencia de la corte, su mecenazgo desapareció. En el Japón moderno, los onmyōji son un tipo de sacerdotes sintoístas, y a pesar de que muchos dicen tener habilidades espirituales como médiums, continúan siendo figuras relacionadas con lo oculto

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