la ultima oportunidad

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La vida es una sola, cuando se ama de verdad es para le eternidad, cuando una oportunidad de mantenerte con vida y estar junto a la persona que amas no importa pasar por obstáculos para estar cerca de ella, así es cuando tienes una oportunidad, pero si esa oportunidad pasa por tus narices y no haces nada se ira como el viento lleva a las hojas y ya no habrá marcha atrás.

Sasuke Uchiha un joven de piel tan blanca como la nieve, con un semblante frío y serio, de cabellera azabache y ojos profundamente negros como la noche estaba dispuesto a confesar sus sentimientos hacia un doncel hermoso de piel canela, cabello rubio y sus lindos y profundos ojos azules como el mar, que cada ves que lo veía se perdía en ellos y siempre en su mente tenia el nombre de Naruto Uzumaki, aquella persona que le quita el sueño y poseedor su corazón.

Era el comienzo de semana, el azabache como siempre caminaba hacia su escuela acompañado de su mejor amigo y poseedor de su amor Naruto, el Dobe apelativo impuesto por él y solo él lo podía llamar así, el azabache estaba dispuesto a confesarle sus sentimientos a aquel doncel, lo tenia todo planeado, dejaría una carta en su casillero, él lo estaría esperando con un ramo de girasoles y en ves de chocolates lo llevaría a comer Ramen ya que era la comida favorita del dobe.

Su querido doncel entro primero a la escuela, el aun tenia que dejar la carta en el casillero de este Para llevar acabo su plan , no se esperaba encontrar con un pequeño niño sentado al lado del casillero mirándolo fijamente, su profunda mirada lo ponía nervioso, pero como era un UCHIHA no tenia que demostrar sus nervios, así que decidió preguntar a aquel niño que hacia ahí si esa escuela es para los de un grado mayor.

Sasuke Uchiha: hey pequeño ¿porqué no estas en tu escuela? - esperó la respuesta del pequeño, pero no decía nada sólo se quedaba mirándolo. - te comió la lengua el gato!

Xxxxx: no es necesario contestarte acerca de mi escuela, si estoy aquí es por tí! - Aquella respuesta lo dejo atónito quería hablar pero su voz no salía. - estas pensando en declararte al rubio, pero déjame decirte que no podrás hacerlo, las cosas se complicaran un poco , pero te aseguro que sin declararte ya eres correspondido, el siempre te amó y así será asta el día que te mueras.

El azabache escuchaba atentamente esas palabras, se preguntaba ¿cómo sabia que se iba a declarar a Naruto? Si él no lo había dicho a nadie y dijo que Naruto también lo amaba eso lo ilusionó más, pero aquel niño también dijo que será asta que se muera, que quiere decir eso.

Al salir de su pensamientos quería seguir hablando con el niño, pero el pequeño había salido corriendo de ese lugar, el azabache lo siguió, cada vez se iba alejando más y más pero el pequeño no se percató de un automóvil que venia a gran velocidad, el azabache se lanzó a la pista cogiendo en brazos al pequeño niño pero no pudo esquivar el auto que lo arrolló haciéndolo volar por los aires, chocando contra el pavimento dejándolo inconsciente.

Por otro lado el rubio, estaba preocupado por su mejor amigo que no entraba al aula, así que decidió buscarlo por toda la escuela, preguntaba por él , pero ninguno sabia donde se encontraba, en la puerta central de la escuela ingresa una chica de cabello largo de color blanco, aquella albina gritaba acerca de un accidente que tubo un chico azabache, estas palabras llegaron a los oídos del rubio que inmediatamente identifico de que azabache se refería, salió corriendo del lugar, no le importo dejar la escuela , ni si le dolían las piernas de tanto correr, corrió y corrió como nunca lo había hecho.

Al llegar su vista se comenzó a nublar por las lágrimas que salían a montones, se desesperaba al ver a su azabache ensangrentado en el pavimento y nadie hacia nada, todos miraban la escena con susto, el rubio corrió hacia el azabache, lo abrazo mientras caían sus lágrimas en el rostro del contrario , pedía ayuda, no quería que la persona que amaba muriera, la albina que había gritado hace unos segundos tomo su celular y llamo al hospital de Konoha, en seguida se escuchaba los sonidos de la ambulancia acercándose a toda velocidad, el rubio seguía abrazado al azabache aun con las lágrimas , cuando los encargados del hospital llegaron tuvieron que separar al rubio del azabache que se aferraba a su brazo, lucharon un poco con el rubio , para después llevarse al azabache.

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