Guardianes

Un año antes...

Septiembre de 1927

Despierto. El ruido de la ventana pegando contra el marco y el frío que entra de ella es lo que me hacen despertarme. Nunca dejo la ventana abierta... y no sé lo que hago inmóvil frente a la misma... Una sombra entre la obscuridad a lo lejos me hace dar un paso atrás y cierro de golpe la ventana volviendo a ponerle el seguro. toco mi cabeza. ¿que me estaba pasando? acaso... ¡acaso soy sonámbula? No. Miro a mi hermana dormir. No lo soy, de ser ese el caso en estos diecisiete años viva, alguien en mi familia, mis amigos al acampar en el campo abierto, los paseos de las escuelas a las llanuras, alguien de todos ellos se hubiese dado cuenta y me lo hubieran comentado. Miro mi cama disponiéndome volver a dormir.

La sensación constante de ser vigilada me asecha. por mas que giro la cabeza, mi campo de visión no registra actividad cerca que me espíe. Me siento volver loca. Creo que ya lo estoy. Al menos lo que me sucedió en la madrugada me hace creerlo...

Noviembre de 1927

Me detengo a medio camino cuando de nuevo la picazón bajo la palma de mi mano me hace rascarme. Estoy harta de tanta comezón desde que comenzó la mañana. Al llevar mis labios en donde siento la irritación, me detengo y me quedo cavilando. Por la mañana al mirarme tan sólo vi el enrojecimiento en mi piel, ahora, empiezan a aparecer las picaduras. Más que parecer ser de mosquitos, parecen ser de abejas. Toco de un piquete a otro y siento el ardor. Los dos puntos paralelos están en vertical, separados a dos dedos y medio de distancia. 

Enero de 1928

Despierto con un grito ahogado. Unos ojos negros me clamaban por atención y me pedían perdón. Miro al rededor, estoy afuera de mi habitación en la orilla del tejado. Debería... Debería de amarrarme, ¿que es lo que me está sucediendo?