I. Sólo por una noche

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Estaba estresado, cansado y triste, habían sido unos meses difíciles en mi vida, lleno de situaciones complicadas y dolorosas...

Primero, estaba mi madre, que un día de pronto cayó enferma, más de lo que queríamos creer al principio pero los doctores nos dijeron que estaba muy grave, que su enfermedad estaba muy avanzada cuando fue diagnosticada, que harían todo lo posible para poder salvarla, pero que estuviéramos preparados para lo peor. Nunca entenderé cómo es que puedo estar preparado para un momento como ese, era tan difícil de concebir como es que una mujer que se veía tan sana y fuerte de pronto estuviera en el estado de mi madre. El deterioro generado por la enfermedad había sido terrible, y en unos cuantos meses no quedaba nada de la mujer que había sido.

Después estaba mi padre, que lo único que hacía era ahogar sus penas y problemas en el alcohol, y no tenía para nada su apoyo en los pocos momentos que estaba sobrio. Si no fuera por la preocupación que tenía por mi madre, hace mucho habría dejado de vivir con él, es mi padre, lo sé pero no entiendo como una adicción lo pudo volver un ser tan deplorable, que por su tonto orgullo no deja que se le ayude y sobre todo que no encontraba la suficiente fuerza de voluntad para salir de adelante. Y me apenaba demasiado que a la vez que estoy perdiendo a mi madre también esté perdiéndolo a él.

Y para rematar el asunto mi ahora ex enamorado era el imbécil más grande del mundo, nunca entenderé que fue lo que le vi para estar con él y no lo digo porque ya no estemos juntos, sino porque en el momento en que más necesitaba su apoyo va y me engaña con el primer tipo que se le cruza por el camino y encima termina conmigo, alegando que la culpa era mía porque no le dedicara el tiempo suficiente, porque ya no soportaba que jamás estuviera para él, porque la relación se había enfriado y él tenía necesidades, excusas estúpidas, en resumidas cuentas sexo, eso era lo único que le importaba, el sexo; pero en esos momentos de mi vida no estaba para pensar en otra cosa que no fuera mi madre, pero Minho no lo entendía...

Han pasado casi cuatro meses de la muerte de mi madre, y poco a poco voy saliendo de la tristeza en la que estaba sumergido a raíz de ello y de la perdida de mi padre también, pero como decía mi madre, la vida continua, y eso es lo que estoy tratando de hacer, aunque no sé si esta sea la forma idónea, pero estoy acá bebiendo en un bar un vaso de vodka, a la espera a mi mejor amigo, Dongwoo, y recordando la llamada que le hice esta misma mañana...

-¿Sunggyu, eres tú?, vaya, pensé que la tierra te había tragado, que habías saltado de un puente, hace tres semanas que no sé nada de ti hombre- lo cual me hizo soltar una carcajada en medio de su monologo-, pero como no aparecías en las noticias, suponía que nada de eso había ocurrido; pero dime, ¿a qué se debe el honor de que recuerdes a este humilde muchacho?, al fin saldrem...
-Dino, cállate- lo interrumpí-, ha habido veces en las que no hemos hablado por más tiempo, no exageres- dije un tanto frustrado.
-Pero en estas condiciones me preocupo más Gyuzizi, los amigos estamos para apoyarnos y más en los momentos difíciles- dijo sonando un poco melancólico.
-Lo sé, Dino, lo siento... pero después de que volví al trabajo-, hace poco más de dos Heechul me dijo que aún podía volver a ocupar mi puesto trabajo-, he tratado de enfocarme más en mis casos -soy abogado-, y pues me sobre saturé de trabajo las últimas semanas y estoy al borde de un colapso, amigo, así que por eso te llamo.
-Entonces, ¿qué puedo hacer por ti?
-Necesito distraerme.
-Hubieras comenzado por ahí. Desde hace meses que te digo que salgamos, que te hará bien conocer gente nueva, tener más amigos, conocer a alguien especial-, y vuelve al tema, no sé, pero después de Minho, mis ganas de entablar una relación se han esfumado.
-Dongwoo, ya hablamos de eso, por ahora no quiero nada serio con nadie, solo quiero salir y des estresarme un poco.
-Pero conozco..., no importa, se me ocurrirá otra... ¡ya lo tengo!, soy un genio. Bueno, como hoy es viernes podemos vernos en la noche, no creo que tenga ningún problema; no, ya le he hablado de él, además..., si, mmm, y si no, mmm, no..., si, es que tiene que ser... ¡ya! conozco del lugar perfecto para...
-Dino, aún sigo aquí- me sentía perdido en medio de sus cavilaciones.
-Ya, ya está, anota la dirección, todo será perfecto, si, o al menos eso espero-. Como ya estaba acostumbrado a las locuras de Dongwoo, no le di mucha importancia.

Inesperado AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora