La segunda salida

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Llegado el Jueves, el día de la cita, James se estaba aprontando, usaría un jean color azul oscuro, una camisa a cuadrillé roja y gris y los converse negros que había recibido como regalo de cumpleaños.

8:00 ya era la hora de pasar a buscar a Linn, así que fue hasta su casa, allí se encontraron, se saludaron y se dirigeron al parque de diversiones.

Cuando llegaron, había mucha gente, pero no les importó, y directamente fueron a sacar los boletines para los juegos. Estuvieron dos veces en la rueda gigante, una vez en " horror house" y una última vez en la querida y vieja montaña rusa.

Ya estaba oscuro, los jóvenes podían observar las hermosas y brillantes estrellas en el cielo, también podían presenciar una brisa que les recorría la espalda, a causa del viento.

Linn le había prometido a su madre que volverían a las 9:30, considerando de que ya eran las 9:10. Era la hora de regresar, así que se pusieron en marcha con la finalidad de llegar a la hora marcada.

Cuando finalmente, llegaron a la puerta, se despidieron:

-Gracias James, gracias por esta hermosa salida.- Le dijo ella sonriendo.

-¡No agradescas Linn, el placer es mio!

-Está bien Jay...

En ese momento James sintió como si chispas de fuego salieran de sus ojos, ¿le había dicho Jay? Si, se lo había dicho, lo cierto es que le sonaba tan conocido como la palma de su mano, el mismo "Jay" que le había dicho Chris, y ¡Ay! todo iba perfecto, hasta que pasó eso, eso que le hizo acordar al amor de su vida, a esa persona en la cual había estado pensando día y noche, y la responsable de que se sienta culpable.

-James, ¿estás bien? .- Le preguntó la chica para ver si reaccionaba.

-Emm si, si.

-Pero...¿te pasó algo?

-No no, tranquila linda.- Le respondió él usando sus armas conquistadoras.

-Bueno, si tu dices. Lo siento, pero tengo que entrar antes de que se haga tarde...

-¡Si, claro! Perdon Linn, me había olvidado.

-No pasa nada, emm..bueno.

-¡Adios!

-Adios.- Le dijo ella mientras se despedía con un beso intenso en la mejilla.

James se sentía culpabe por lo que estaba haciendo, una parte de su cuerpo le decía que debía continuar con el plan, sin embargo, otra no.











¿Un amor no correspondido?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora