El príncipe de Gwangju

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Segunda parte de la serie "Sí, mi rey"

***

El brillante sol matinal del reino de Seúl se colaba por la ventana en ese momento, haciendo que los rubios cabellos de Ji Yong brillaran aún más, dándole de lleno en el rostro, lo que provocó su despertar. Se removió con pereza, sin querer levantarse aún, pero sabía que si no lo hacía, Young Bae haría su trabajo por él, cosa que no podría permitir.

Con pereza se arrastró hasta el cuarto de baño, donde podría limpiarse y ponerse sus ropas adecuadas. Y es que desde que vivía en el castillo siempre debía lucir limpio y presentable. Sí, Kwon Ji Yong vivía en el castillo de la familia Choi.

—Una locura. —Susurró, cepillando su húmedo cabello, sin evitar sonreír levemente.

Todo le seguía pareciendo un sueño desde la coronación del rey Seung Hyun, desde su entrada hasta lo ocurrido en los sagrados aposentos, y es que no podía olvidar las suaves manos del rey, recordaba exactamente cada rose, cada palabra y cada caricia, y esos ojos...Esos ojos que fueron suyos por esa noche.

Un nudo se formó en su garganta de manera inevitable, no podía ocultar lo afligido que estaba, y no era por mal agradecido. Realmente apreciaba que el rey Seung Hyun decidiera que él y su familia se mudaran al castillo y trabajaran ahí para la realeza de manera directa, era un oportunidad sin igual, pero lo que le dolía realmente era la indiferencia del rey hacía él.

Si bien, no esperaba palabras de amor o propuestas de matrimonio, ¡Por supuesto que no! Seguía siendo un hombre después de todo, y no se sentiría herido por cosas sin importancia, pero después de que el rey le propusiera servirle en el castillo, no pudo evitar pensar que sería más que un sirviente, ¡Y no le molestaba! Ser quien le llevara el desayuno por las mañanas, le guiara al comedor en las tardes y fuera el último en desearle buenas noches era el mejor regalo de la vida, pero egoístamente quería un poco más.

«Algo más íntimo»

— ¡Ji Yong! —La ruda voz de Young Bae hizo que Kwon apresurará su paso y estuviera listo rápidamente, saliendo de su habitación. —Hombre...Estuve a punto de llevarle el desayuno al rey.

—Te mataré si lo haces.

Bae tan sólo rio, su amigo a veces era muy tierno e intimidante, sobretodo porque sabía que no estaba bromeando con lo que decía. A veces se preguntaba qué había ocurrido aquella noche de la coronación para que la familia Kwon se mudara al castillo.

—Te espero en el jardín, tu padre ha dicho que le ayudemos con los arreglos florales de hoy, la reina ha pedido las flores más bonitas.

Ji Yong tan sólo asintió, cambiando de rumbo con la bandeja de comida para el rey. Cuando llegó a su destino dio dos leves toques y entró, el rey nunca contestaba.

Pero quizás ese día debió hacerlo.

— ¡Oh, rey! Regreso más tarde. —A pesar de haber dicho aquello, no se movió ni un poco, sus ojos no podían despegarse de la espalda desnuda del rey.

—No es necesario. —Comentó con tranquilidad, indicándole con señas que dejara la bandeja en la mesilla de centro del lugar. Ji Yong obedeció de inmediato. —Ji Yong...—Kwon sintió desfallecer al volver escuchar su nombre salir de esa perfecta boca.

— ¿S-Si mi rey? —Se había vuelto torpe, y es que el rey se había acercado a él, sin vestir nada en la parte superior aún, por lo que bajó la mirada. Desde aquel día no podía mirar su cuerpo una vez más.

Sí, mi reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora