EL TRANSLADO

CAPÍTULO 1

Los cereales forman una espiral a medida que los muevo,golpeando con la cuchara el fondo del bol.
Levanto la mirada de los cereales, y veo que una niña me observa desde la otra punta de la mesa y decido mantenerle la mirada mientras continuó moviendo en círculos la leche. Y aunque mis ojos se clavan en ella,mi mente está absorta pensando en otra cosa.
Para cuando me doy cuenta los cereales se han convertido en una masa fría e incomestible, pero aún así,aparento no estar haciendo un sobre esfuerzo ,y me los trago
En un intento desesperado de que mis cereales dejen de remojarse,me terminó el desayuno lo más rápido que puedo, y me levantó a llevar el bol a la pila de fregar. La pila de fregar parece antigua,al igual que todos los armarios,las manchas de humedad del techo ,y las paredes descorchadas.Todo parece antiguo pero irremplazable, al igual que estropeando,pero sin intención de ser arreglado.
Me doy la vuela justo a tiempo para ver cómo algo hace un agujero en el tejado y cae sobre el suelo de la cocina.
-Tenemos quince segundos-me dice la niña mientras se levanta y corre hacia la salida.
Salgo la primera por la puerta y corro por un largo pasillo sin dificultad ,y aunque nunca he estado en esta casa,mis piernas corren como si muchas otras veces lo hubiesen hecho por este pasillo,pero no es así,supongo que es sólo instinto.
Conseguimos llegar a la puerta y la abrimos,pero como si alguien nos empujara desde detrás,salimos despedidas hacia el pavimento.Donde termina nuestro aterrizaje forzado.
Me quedo acostada en el suelo con las manos apretando mis orejas.La niña me levanta del suelo y despegó las manos de los lados de mi cabeza ,pero un estridente pitido continuo suena en mis oídos. Ni el pitido ni el tremendo dolor que siento en todo el cuerpo por el impacto me impide levantarme y seguir corriendo por unas calles ,que mis piernas se empeñan en reconocer ,pero que mi cerebro sabe que no es así.
Las calles son anchas,y estan llenas de gente que chilla y corre de un lado para otro.El cielo a tiñe a cada minuto de un gris más oscuro progresivamente ,y aunque hace frío e ir corriendo me hace sudar; me alivia.
Después de unos 10 minutos corriendo,llegamos a un edificio muy diferente a los demás. A diferencia de las otras calles recorridas, todo eran casas viejas con fachadas estropeadas por el paso del tiempo,o pequeños edificios de tan sólo un par de plantas igual de demacrados que las casas. Pero este edificio parece reciente, además de cuidado.
En la puerta del edificio hay un hombre y una mujer. Instintivamente tanto la niña cómo yo nos lanzamos en sus brazos . Pero <¿porqué lo he hecho? Si no se quien son>,pienso.
Mientras abrazo a la desconocida ,esta me envuelve con sus brazos en un abrazo cálido que me arropa. Me apreta tanto que me cuesta respirar ,aunque al mismo tiempo me reconforta.
-Pasé lo que pasé, tú padre y yo estaremos bien ,pero debes prometerme que cuidaras de tu hermana- me susurra la mujer al oído con lágrimas en los ojos, y aunque el pitido aún es persistente consigo escucharla.
-Te lo prometo- le digo sin saber porque esas palabras salen de mi boca.
Unos hombres vestidos con un mono negro y con una especie de mascaras que les cubre todo el rostro cojen a la mujer y al hombre por detrás. A la mujer consiguen arrastrarla consigo y entre sollozos y lágrimas en los ojos, consigo leer sus labios:'os quiero'. Al hombre lo agarran entre dos para intentar llevárselo, pero a pesar de su visible delgadez consigue mantenerse firme.
-Ahora lo más importante es que cuideis la una de la otra y que no olvidéis que os queremos-nos dice el hombre con cierto tono de amargura.
Conseguimos abrazarnos los tres mientras la niña y yo tiramos de él para que no se lo lleven ,pero finalmente nos lo arrancan de los brazos y lo meten en el mismo coche en el que han metido a 'mi madre'. Un coche negro con cristales opacos que impiden que veamos más allá del chasis. <¿Mi madre?> pienso,aunque mi mente pasa rapidamente a concentrase en las iniciales grabadas en los monos de los hombres. Las mismas iniciales que leo en el bolsillo de la camisa de mi padre antes de que se lo lleven, y las mismas que vi cuando abraze a mi madre:CECIB.
La niña cae al suelo de rodillas con la mirada fija en el coche que se aleja más y más entre la multitud ,hasta que se le llenan los ojos de lágrimas y no puede impedir que le resbalen por las mejillas.
-Mientras no te separes de mi ,todo irá bien;tranquila-le digo con la mirada fija en sus rodillas que no paran de sangrar ,con el tono más sutil que logró poner.
Y entonces aún con un pitido ensordecedor y con el cuerpo entumecido por el dolor, despierto.