Los tacones de aguja pasaron nuevamente por delante del armario, esta vez mas despacio, y Gabriella comprendio que la busqueda estaba tocando su fin. Era el ultimo lugar que quedaba por registrar y su madre iba a encontrarla de un momento a otro. La niña de los ojos grandes penso en entregarse. Su madre le decia a veces que no la habría castigado si hubiese sido lo bastante valiente para entregarse. Pero casi nunca lo era. Lo habia intentado 1 o 2 veces, pero siempre demasiado tarde, y su madre le decía que de haber confesado un poco antes, las cosas serian diferentes. Todo seria diferente si Gabriella se comportara debidamente, si contestara solo cuando le preguntaban, si mantuviese su cuarto ordenado, si no jugara con los guisantes y manchara la mesa, si no se estropeara los zapatos en el jardin. La lista de errores e infracciones era interminable. Gabriella se daba cuenta de lo mala que habia sido toda su vida, de lo mucho que sus padres la querrian solo con que les obedeciera y dejara de causarles tanto pesar. Era una niña horrible, una decepcion. Ella lo sabía, y llevaba toda su corta existencia soportando esa pesada carga. Habria hecho cualquier cosa por cambiar, por ganarse el amor y la aprobación de sus padres, pero hasta ahora solo había conseguido fallarles. Su madre no se cansaba de decírselo.
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El Largo Camino A Casa
RandomCon apenas 7 años, Gabriella sabe que es culpable de algo, porque asi se lo han dicho, y que por eso su irascible madre le somete a terribles castigos y malos tratos. Y tambien sabe que su padre es incapaz de protegerla. Su mundo, una confusa mezcla...