prólogo.

148 10 3
                                    

El reloj marcaba la medianoche y Chrissy, con solo ver la hora, sabía que se le venía una noche larguísima.

Traía los ojos enrojecidos de tanto mirar la pantalla de la laptop, "solo a mí se me ocurre dejar mis lentes en la casa de mi tía", pensó. Se la había pasado todo el fin de semana sumergida en trabajos y más trabajos. Su único compañero se la pasaba panza arriba y Chrissy solo lo admiraba de lejos, pensando en que linda era la vida de su perro.

Vivir sola había sido todo un reto para ella. Cuando se gradúo del colegio, ya había sido aceptada en la universidad de sus sueños, por lo que todo el cambio fue bastante rápido. No se mudo en el mismo campus de la universidad, pero sí en un departamento que le quedaba bastante cerca.

"Tía, ahora no, por favor" Chrissy soltó al ver el número de su tía aparecer en la pantalla. La tía Polly era el único familiar que ella tenía cerca, había vivido con ella prácticamente toda su vida, y ahora su tía andaba muy pendiente de Chrissy.

"Christina, ¿cómo estás?" Chrissy odiaba que la llamaran así, pero su tía siempre lo había hecho, así que ya no le tomaba importancia.

"Eh, de hecho, estaba algo ocupada, tía"

"¿Sigues con los trabajos?" Polly sonaba preocupada, había llamado dos días seguidos y recibía la misma respuesta. "¿Has estado trabajando a conciencia todos estos días? O, ¿se te acumuló todo y ahora estás a las ganadas para acabar?"

"Un poco de ambos"

"Tan responsable mi sobrina" Chrissy soltó la risa, "bueno, te dejo, solo quería saber como seguías. Y, Chris, siempre viene bien un descanso, por favor. Es medianoche."

"Lo sé, gracias tía"

"Cualquier cosa me llamas, bye" y colgó la llamada.

Chrissy miró su laptop y sabía que ya no daba más, necesitaba un descanso. No quería más aparatos, empeorarían ese dolor de cabeza que traía.

Dejó sus cosas y fue a su habitación, "Duff, vamos", el cachorro se levantó como un resorte y fue tras ella.

Abrió la puerta de su recámara, y como si se le hubieran quitado las baterías, se desparramó en su cama boca abajo. De pronto, sintió el peso de Duff acurrucarse a su lado. Con una amplia sonrisa impregnada en su rostro, se acomodó para poder abrazar a Duff que, también muy cansado de hacer nada, decidió tomar una pequeña siesta en brazos de Chrissy. Siesta que duró hasta las 5 de la mañana cuando el teléfono de la castaña comenzó a sonar de repente.

"¿Quién es a esta hora?" Chrissy murmuró entre dientes y malhumorada. "¿Bueno?", nadie respondía. "¿Bueeeeno?" canturreó, esperando que alguien contestara. Nada. Colgó. "Genial", pensó.

Se levantó y fue a la cocina dónde Duff ya la estaba esperando. "¿Cómo es que siempre madrugas? Eres raro"

Preparó un vaso de agua con limón, costumbre que tenía en las mañanas, y fue hacia su pequeña sala. Esperarían un rato más para desayunar.

De pronto, un sonido familiar llamó la atención de Chrissy. "¿De nuevo?", renegó. Apartó a Duff con cuidado y tomó su celular, lo desbloqueó e ingresó a Whatsapp encontrándose con un mensaje inusual.

[Número desconocido: Hola]

¿Y este?

Su cuerpo se tensó repentinamente, sacudió su cabeza y tiró nuevamente su celular al sofá. Tomó a Duff en brazos nuevamente y, restándole importancia al tema, encendió el televisor.

¿Por qué habría de preocuparse? Podría ser una broma, algún conocido... o algo así, no era la primera vez.

El celular volvió a vibrar. Otro mensaje. "¿Es en serio?" murmuró

[Número desconocido: Holaa, ¿alguien?]

"Duff... ¿tú qué dices? ¿Contesto o no?" preguntaba como si el perro le fuera a responder, aunque él la miraba como si entendiera cada una de sus palabras, "¿y si es un estafador o algo así? O, ¿algo importante?", el perro solo se levantó y fue a echarse frente a la mampara que daba al pequeño balconcito del departamento. "Wow, gracias. Eres lo máximo"

Si tanto le intrigaba, tenía que quitarse esa espinita, sí o sí.

¿Qué perdía con contestarle? Nada, ¿no?





n/a.- soy una desgracia, lo siento, bye.

smile |h.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora