El Sombrero Seleccionador

141 6 0
                                    

Estábamos ya en Hogsmeade, el pueblo mágico más cercano a Hogwarts. Un hombre muy alto, que por lo que nos había contado mi padre era una semigigante, llamó a todos los de primer curso a que lo siguieran de inmediato, lo cual la gran mayoria hizo sin chistar, exceptuando a mi con mi hermano y nuestro grupo de amigos, que estábamos muy seguros de nosotros mismos y lo llevamos más a la ligera.
Subimos a una barcas que se movían solas a través del Lago Negro, éstas nos llevaron a la entrada del castillo. Nos hicieron pasar hasta llegar frente a una puerta casi tan grande como la principal. Pronto apareció frente a nosotros una mujer que se presentó como Minerva McGonagall, profesora de la clase de transformaciones y subdirectora del colegio.
-Bienvenidos a Hogwarts-comenzó a hablar McGonagall-el banquete de comienzo de año se realizará en breve, pero antes de que ustedes ocupen su lugar en el gran comedor deberán ser seleccionados para sus casas. Las selección es una ceremonia muy importante, mientras estén aquí sus casas serán como su familia en Hogwarts.
Tendrán clase con la casa que les toque, dormirán en los dormitorios de sus casas y pasarán el tiempo libre en la sala común de sus casas. Las cuatro casas son Gryffindor, Hufflepuff, Revenclaw y Slytherin.

Dicho esto nos forma en una fila y nos hace pasar al gran salón, todos nos agrupamos al frente esperando ser llamados, no presto mucha atención a todos sólo a unos cuantos, una tal Granger, que debe ser una sangre sucia, queda en Gryffindor, una comadreja Weasley, también, pero lo que llamó un poco mi atención fue cuando nombraron a Harry Potter, el niño que vivió al ataque del señor tenebroso, el sombrero tarda un poco en decidir pero finalmente dice Gryffindor. Lástima, ese chico sería bueno en Slytherin pero si quedó en esa casa fue por algo... Salgo de mis pensamientos cuando escucho el nombre de mi hermano, el pasa al frente y el sombrero ni siquiera toca su cabeza cuando ya grita muy ruidosamente ¡Slytherin! Esperó que para mi también lo decida tan pronto. Luego escucho mi nombre, Karen Malfoy.
Paso al frente me colocan el sombrero y yo si tengo tiempo de sentarme en el taburete y tener una interesante charla con el sombrero.
-Así que, otra Malfoy ¿eh? Casi idéntica al anterior, toda tu familia Slytherin. Tu también tienes esa ambición y características de una Slytherin, pero también cuentas con una gran inteligencia, no puedo decir que eres justa y leal como una Hufflepuff, pero eres muy valiente como una Griffyndor... Ya se donde te pondré... Gryffindor!!!!!!!!
Sentí que mi mundo se caía a pedazos, me quede en shock, mi padre siempre decía que Gryffindor no era bueno, y ahora aquí estoy yo, su propia hija en esa casa, quería llorar... Pero NO, una Malfoy no llora. Aún atónita al igual que el resto de los alumnos presentes allí, y también del profesorado, me levanté y caminé lentamente hacia la mesa de Gryffindor, pero nadie aplaudió, nadie me recibió con gritos y vítores como al resto que quedaron en esa casa, todos me miraban en shock. Nadie se me acercó, nadie me habló, sólo me dejaron allí y el resto de la cena todos me dirigían miradas llenas de confusión.
Al terminar el banquete buscó con la mirada a mi hermano, al encontrarlo el me mira y me hace una seña para que salgamos, lo sigo a la entrada del Gran Salony nos dirigimos a la oficina de Snape, ya que conocemos tan bien el castillo por que lo hemos visitado antes no tardamos mucho en llegar, apenas me dispongo a tocar la puerta cuando esta se abre dejándonos ver el rostro siempre serio del profesor Snape, éste nos deja pasar y vemos a nuestros padres dentro. Mi madre tiene una sonrisa leve en el rostro mientras que mi padre sostiene su característica expresión neutral.
-Draco, Karen, ¿Qué tal la selección?-dice nuestra madre, yo no respondo pero mi hermano lo hace de inmediato.
-Para mi de maravilla madre-dice mientras voltea a verme con rostro nervioso y preocupado
-Y sólo para ti?-habla mi padre al fin después de haber permanecido los últimos minutos en silencio.
-dudó un poco en responder, y cuando lo hago, tartamudeo y me pongo demasiado nerviosa, no se como vallan a reaccionar.-B-bueno pa-padre,yo ten-tengo algo q-ue decirte.
-Te escuchó hija
-Y-yo no... Yo no quede en Slytherin-mi madre, que hasta el momento sostenía una sonrisa en el rostro, se pone seria, y mi padre se pone aún más serio de lo que estaba, si es que eso es posible.
-Karen, no bromees con cosas de este tipo.
-Es que no es broma madre
-Entonces?- pregunta mi padre con una expresión de horror en el rostro, y cuando voy a responder, vuelve a hablar.- Revenclaw?Hufflepuff?
-N-no, no padre, yo... Yo quede en Gryffindor...
-¿Qué?-dice el transformando su expresión de terror, a una mezcla entre decepción y pánico.
-Que quede en Gryffindor-Digo casi en un susurro.
-Me decepcionaste, Karen. Dime a caso tu querías quedar en esa casa?-dice algo alterado.
-No papá, te lo juro, te juro que yo quería ser Slytherin.
-Vete ya Karen!
-Pero yo no se como llegar
-Snape te llevará con McGonagall, y que ella te lleve. El profesor llevará a Draco a la sala común de SLYTHERIN-Dice recalcando la palabra Slytherin.

No tengo tiempo de decir nada más por que el profesor Snape y mi hermano ya van saliendo de la oficina y yo debo seguirlos. El camino es en silencio, un silencio tan penetrante que se clava como una daga. Llegamos a la sala de profesores, donde el profesor Snape llama a la profesora McGonagall con una seña de la mano. Ella se levanta y se dirige a nosotros
-Profesora McGonagall, haría usted el favor de llevar a la señorita Malfoy a la sal común de Gryffindor, ella se encontraba conversando con sus padres en mi oficina.
-Desde luego, profesor Snape, sígame señorita Malfoy.
Sin decir palabra la sigo hasta que paramos frente a un retrato, dice una palabra a la que ni siquiera pongo atención y el retrato se corre, dejando ver una entrada, entro.
-Gracias, profesora.
-No hay de que. Ahora a dormir, mañana inician las clases. Buenas noches.
Al cerrarse de vuelta la entrada, me dirijo al lugar más recóndito que encuentro en la sala y me siento ahí a llorar, mientras recuerdo que soy una decepción para mi padre.

Una Malfoy En GryffindorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora