Tras la película, los chicos salieron del cine.
"Batman" fue un largometraje lleno de acción, pero casi, ni casi, nada de romance. Eso fue mala suerte para el joven de ojos verdes y tez blanca, pues no había podido abrazar en ningún momento a la chica que había invitado al cine.
La pelinaranja se había divertido mucho en la función. El largometraje le convenció mucho. Se sintió a gusto con el pelinegro y olvido todos sus problemas en esas horas. Aun, si no hubo romance en la filmación les gusto mucho.
-Ulquiorra-kun, gracias por invitarme, la pase muy bien.
El pálido chico sonrió como pocas veces hacia. Decidido, alargó su mano y tomo la de ella.
-Yo también la pase bien Orihime, pero aun no termina.
La joven pelinaranja sonrió muy contenta y asintió.
El chico se dispuso a guiarla por las calles de la ciudad, hasta llegar a un complejo llamado Las noches, un restaurante.
Allí los esperaban una pareja muy unida. Sus amigos y compañeros.
Ichigo y Rukia.
Ellos llevaban cinco años de casados.
Al finalizar el instituto, y tras tres años de una hermosa relación, Kurosaki Ichigo le pidió matrimonio a Kuchiki Rukia en la entrega de diplomas. La chica aceptó muy feliz, y sus amigos celebraron con ellos.
En ese festejo, el cual fue una muy bella cena; luego de terminar la celebración de egresados; fue donde se conocieron ellos.
La bella pelinaranja estaba muy emocionada por sus amigos, y ese mismo día se contaba un mes desde que había cortado con su ex novio, y las lágrimas no tardaron en llegar.
El pálido pelinegro era invitado del Kurosaki, al percatarse de las saladas gotas que se deslizaban por las mejillas de la bella joven, decidió preguntarle que le sucedía.
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Tras horas de charlas los joven intercambiaron números telefónicos y correos con la intensión y promesa de volver a hablarse.
Sus textos no se hicieron esperar, y al siguiente día ellos ya se estaban hablando por celular.
Las conversaciones se volvieron más extensas y personales, las llamadas más deseadas y coordinadas.
Cuando continuaron estudiando no dejaron de hablarse, y con algunas reuniones casuales, se mantenían en contacto.
De tales formas sus lazos se fueron fortaleciendo y se creo un tercer vinculo.
Conocidos... Amigos... Novios...
Su relación avanzaba tranquila y sin contratiempos.
Como un orden determinado pasaron los días, las semanas, los meses, un año.
Luego de tanto tiempo como pareja de novios quisieron dar otro paso.
Se fueron a vivir juntos. Eran unos novios de ejemplo. Los dos colaboraban en la casa, ambos volvían las tareas del hogar bastante divertidas.
Buscaban el tiempo para poder estar juntos y, cada quien, con sus amigos.
Organización perfecta.
La monotonía no existía entre ellos. Cada día era una nueva aventura. O ella o él, llevaba una "misión" a la casa, y el otro gustoso ayudaba.
El tiempo continuaba pasando y su relación era cada vez mejor, el cariño y el afecto se convertía en pasión y desenfreno cuando la ocasión lo ameritaba.
