perdón

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Nunca he sido de dar razones, ni de pedir disculpas, pero he de decir que lo hice porque te quiero y que lo siento mucho.

Sé que ya no te acuerdas de mi, que te cansaste de este invierno eterno en cuanto la primavera llamó a tu ventana.

Ya no quieres más cuadernos llenos de suicidas, ni más discusiones a las tres de la mañana o cafés fríos por llegar un poco demasiado tarde.

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