”Tal vez lo único que me duele más que decirte adiós, es haber perdido la oportunidad de despedirme de ti…”
Lunes, 13 Agosto 2012, 4:45 p.m.
-El domingo me harán una fiesta de despedida… todos estarán allí, por nada del mundo quiero que faltes ¿Me escuchas tarado? –Decía Fredy mientras despeinaba mi cabello y con algo de dulzura en su voz.
-Ya te dije que no voy a faltar idiota, deja de estar jodiendo –Dije casi al instante apartando su mano de mi cabello y acomodándolo presuntuosamente con mis dedos, el reía ya que le divertía decirme que era un vanidoso compulsivo con mi cabello y aunque era verdad, no me gustaba que me lo dijeran, Fredy es de las pocas personas que puedo considerar un “amigo”, incluso es más que eso, lo conozco desde la infancia, es prácticamente como un hermano para mí y de las pocas personas que tolero y más importante aún, que me toleran.
El ambiente se puso algo tenso, Fredy me conocía perfectamente y sabía cuándo le mentía, a pesar de mi actitud fría y antipática que mantengo con casi todo el mundo, incluso con él, nos hemos acoplado de tal manera que aun teniendo mi cara más inexpresiva posible, siempre logra descifrar lo que me ocurre.
Guie mi mirada a un grupo de niños que corrían a unos metros de la banca en la que nos encontrábamos para hacerme el loco y evadir el tema, podía sentir la mirada de Fredy posada en mí y eso me ponía de mal humor, me trague mi coraje y solo esperé a que cambiara el tema aunque me daba igual si nos quedábamos así, en silencio, a veces no toleraba la actitud tan parlanchina y gentil de este y sus largas charlas me llegaban a sacar de quicio; Aunque es de los chicos de mi edad más interesantes con los que he charlado, esta vez, no tenía ánimos de soportarlo.
Así que opte por hacerme el desinteresado en la plática y siempre lograba salirme con la mía, provocando que mi amigo solo se dignara a acompañarme en silencio, mientras yo me quedaba mirando por largo rato a la nada y sumergido en mis pensamientos. Pero esa tarde no fue así, me tomo con firmeza del hombro y me obligo a mirarle a los ojos, los cuales denotaban un brillo peculiar, como de determinación, tomo algo de aire y comenzó a hablar dejándome algo desconcertado.
-Alberto, estoy hablando en serio –Dijo con su estilizada y formal voz que lo caracteriza- ¿O es que no lo entiendes? Me largo de esta cuidaducha, incluso me largo de este país, ¿Cómo puedes actuar como si eso fuera poca cosa? sabes que nunca te reprocho nada y se perfectamente tus razones por las cuales eres así de antipático y amargado con los demás, incluso conmigo, pero… ¿Ni siquiera ahora, puedes cambiar aunque sea un poco? Sabes que no me iré de vacaciones, ni por algunos meses ¿En serio comprendes la situación en su totalidad? ¡Respóndeme!…
Nos quedamos mirándonos desafiantemente a los ojos un instante, su rostro transmitía algo de desesperación, quizá por mi actitud, veía como sus pupilas comenzaban a dilatarse y su respiración comenzaba a subir levemente, en serio me exigía una respuesta, pero yo estaba totalmente bloqueado, lo único que hice fue mirar su mano que me sostenía con fuerza del hombro y sacudí este en señal de enfado, provocando que me soltara al instante y así volví a mirar hacia la nada, dejando sus palabras volando en mi cabeza.
Sabía que eso bastaba para enfadarlo un rato y provocar algo de indignación de su parte, cosa que lograba solucionar fácilmente con un simple “perdón”, algo que según Fredy, me salía solamente cuando en verdad lo sentía a causa de lo orgulloso que soy, aunque era yo el que le hacía creer eso para salirme con la mía, como en esta ocasión tramaba hacerlo y evitar hablar de ese tema.
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Esto no es un adiós
Teen FictionNo es fácil despedirnos de alguien querido sin sentirnos devastados, ni mucho menos tragarnos nuestro orgullo para expresar lo que sentimos, si pasas por alguno de estos casos... Este relato es para ti. [Único capitulo]