Capítulo 2

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Días después, me sentía mejor, lo iba superando. Me sentía tan bien que decidí ir a una biblioteca y comprarme más libros. Me sentía mucho mejor ahí dentro, amaba el olor a libro nuevo.

Al llegar a mi casa, lo primero que hice fue acostarme a leer alguno de ellos. Tuve que parar después de horas porque mis ojos se iban cerrando y ya no prestaba atención a la historia narrada. Estaba a punto de dormirme cuando mi teléfono sonó. Lo agarre de la mesita de luz y vi su nombre en la pantalla...no podía creer que me hubiera escrito. Mi estómago se revolvió, lo desbloqueé y me apareció su chat, en él se leían muchas más palabras de las que me esperaba encontrar.

"Hola, solo quería preguntarte como estabas y pedirte perdón por no hablarte antes, contéstame cuando puedas, besos."

El enojo y nuestros momentos juntos fueron las dos cosas que se me vinieron a la cabeza. Dejé de lado la nostalgia y no podía estar más enojada con él. ¿Cómo podía hacerme esto a mí? Le dije todo lo que pensaba sobre él, sobre todo lo que me hizo sufrir. Me descargue, quería sentirme mejor, quería probarme a mí misma que yo podía superarlo, estar sin él, sin extrañarlo, solo...olvidarme de él. Pero, no podía, no pude...por más que quisiera odiarlo, me era imposible esa tarea. A pesar de lo que pasó y esa foto de la que me arrepiento profundamente de haber visto, yo lo amaba y creo que nada puede cambiar ese sentimiento que siento por él. Es único, y dudo que él haya cambiado sus sentimientos para conmigo.

Luego de una charla muy larga, en donde me había descargado la mayoría del tiempo, quedamos en que íbamos a empezar de cero, en secreto, siendo muy cuidadosos. Pero, mi condición a olvidar de cómo me trató esos días fue que él tenía que ganarse mi confianza y mi amor de nuevo.

En nuestra charla en la noche, Theo me sacó todas mis dudas. Según él era una amiga, y solo eso. Y me confesó que lo única razón por la que me había hablado así fue porque no quería creer lo que estaba sucediendo y que después se dio cuenta de lo idiota que había sido. Eso, realmente, me reconfortó. Me gustó que reconociera ciertos errores y que estuviese dispuesto a hacer todo lo que yo quería.

Él seguía en su pueblo mientras yo seguía de vacaciones. Hablamos diariamente, yo mantenía mi distancia porque quería que fuera difícil para él recuperarme, por eso, siempre me mantenía ocupada, haciendo diferentes cosas como leer, escribir y ordenar mi cuarto. También pasaba mucho tiempo con mi mamá, nos llevamos muy bien las dos.

Theo regreso a la ciudad un día antes de su cumpleaños para poder verlo. Le había comprado una linda remera, ansiaba mucho verlo. Hacía casi un mes que no nos veíamos. Cuando me aviso que estaba cerca, salí para abrirle y no se encontraba en la puerta, me fijé que estaba en la esquina viniendo. No me contuve y fue corriendo hacia él, al verme me alzó, yo lo abracé firmemente mientras lloraba. Sabía que iba a llorar, no quise, pero al verlo se me aceleró el corazón y afloraron las lágrimas. Él también se emocionó.

Al verlo supe que nada había cambiado, seguíamos siendo él y yo, juntos. 


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