Han pasado varios días, he aprendido a vivir sin ti, a no recordarte con cada cosa que pasa en mi vida, poco a poco te voy olvidando, voy cerrando la herida que dejaste al marcharte, me he sentido mejor, ya no estoy pensando en que podrías estar haciendo, o si pensaras en mí... Respeto tu decisión al irte y respeto que no quieras saber de mí, pero te pido de todo corazón que cuando vuelvas, tú me respetes a mí con la decisión de dejarte ir y conocer nuevas personas que me llenen como tú lo hacías.