Despues Del Desastre

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Jueves, abril 17 de 1958

luego de que el doctor Urquieta dijo eso, me derrumbe, mi mundo se derrumbo, ahora no tendré a mi madre, linda y amorosa, ni a mi hermanita, ella es mi complemento, ahora que debía hacer? no lo sabia... no lo entendía, por que Dios tenia que quitarme a las mejores personas del MUNDO? no lo entendía...

pasaron 2 horas y llego de nuevo el doctor Urquieta

-Esto sera duro, pero ay que ver hacia el futuro, y tener mucha fe y esperanza, nada esta perdí..
mi padre lo interrumpió
-Doctor al grano que sucedió??
me miro y dijo:
-Tu madre pequeña falleció al igual que tu hermana
ahora si que no sabia que hacer, mi padre me abrazo muy fuerte, los
dos lloramos juntos, nuestro dolor era tan grande que no podíamos parar de llorar.

estaba en el baño del hospital lloraba y lloraba pensaba que todo era un mal sueño, pero la realidad era otra, decidí salir y me encontré con Martín Orjuela va en un curso mayor al mio, y por cierto es muy lindo!
-Anne?
-Ho-la
-Que haces aquí? y porque tienes tus ojos tan hinchados, estabas llorando?
-no me pude contener y unas cuantas lágrimas se escaparon
-ohh no quise herirte
-tranquilo no no es nada
-insisto, si alguien esta llorando es por algo
-mi madre y mi hermana ya.. no están
-tartamudeo, lo siento Anne..
nos abrazamos, sin duda alguna el sintió el gran dolor que estaba
sintiendo, fueron los 3 minutos mas lindos que tuve ese día...

llegue a casa todo era oscuro sin ellas, todo estaba vacío, todo era horrible, recuerdo que entre al closet de mi madre, agarre su abrigo preferido me lo puse, y sentí como si mi madre me abrazara, no quería llorar, ahora estaba feliz, pensé que ella estaba aquí conmigo, pero la gran verdad era que no.. ella ahora hacia parte del universo, era una nueva estrella, junto con mi hermana.. hice lo mismo, entre al closet de mi hermana y eran muchos recuerdos..

tocaron la puerta, era mi vecina Tara, ella era mi compañera de juegos,
venia con su madre Barbara, ella era una gran amiga de mi mama, las deje pasar y me consolaron, me dieron algo de comer, puré, filete de salmón y ensalada, me propusieron pasar la noche en su casa, y por supuesto acepte, no quería estar sola en esa casa, mi papa se había quedado en el hospital esperando que entregaran los cuerpos, mientras tanto yo estaba alistando todo para ir donde Tara

al llegar a su casa me sentí en un aire familiar, me acogieron muy bien, el padre de Tara, Roberto Maqueira era parecido al mio, alto, un poco musculoso, normal para ser un hombre de 35 años, ojos claros, voz sutil pero resonante, tenia barba y era muy amable, me trato como si yo fuera su hija
dormí en la habitación de tara, en ocasiones me despertaba agitada pensando en mi madre y hermana, esa noche fue la peor que tuve en años...

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