Llegamos

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- Ya llegamos - Alcé la vista en dirección hacia la enorme casa que se encontraba en frente nuestro.

- Juro que te mataré, si me llego a caer en medio de todos, lo juro - Los zapatos que supuestamente me quedarían estupendo, ahora estaban a punto de matarme y eso, no era para nada agradable.

- No te preocupes, estarás bien, solamente que eres una aburrida que no quiere pasársela bien, imagina que aquí, encontrarás al amor de tu vida - Rodé los ojos y traté de caminar hasta la entrada con los zapatos.

Ingresamos a la casa y lo primero que vimos fue a la manada de hombres y mujeres que se encontraban bailando, besándose, tomando y..... Gritando. La mayoría tenían la impresión de ser ricachones y de alta sociedad.

Perfecto, la única perdida en el mundo de los ricos.

Y digo eso porque, no soy de esa clase de personas. Mi vida no está llena de lujos y mucho menos de dinero o fama, todo lo contrario, estoy buscando un trabajo para poder sostenerme y por lo menos tener algo de comer, porque bueno, no tengo nadie quien pueda ayudarme y las cosas se hacen más difíciles conforme va pasando el tiempo.

Nos dirigimos al pequeño bar y mis amigas pidieron tragos, estaba dudando en pedir hasta que la mirada asesina de Dahiana me dio a entender que debía tomar algo.

Que mierda.

- Vamos a bailar, ¿Te quedas? - Asentí mientras llevaba el vaso a mi boca, el alcohol quemó mi garganta.

Ahg.

- Hola - Giré para ver quien era y, en ese mismo instante, casi vomité todo lo que había comido. Un chico hermoso de pelo rubio y ojos verdes, estaba frente mío con una enorme sonrisa. - Creo que debí presentarme primero, soy Steven, mucho gusto......

- Alice, me llamo Alice, el gusto es mío.

Cálmate, lo vas a espantar.

- Bonito nombre Alice.

- Gracias, igualmente.

- Y, dime una cosa, ¿Que hace una chica tan linda por aquí? - Su sonrisa cada vez se hacia más grande y eso, comenzaba a desesperarme.

- Bueno, la verdad es que yo no quería venir, ya sabes, amigas que tienen la manía de obligar - Asintió.

- Bueno, espero que yo pueda alegrarte la noche. - Esas palabras me parecieron un poco...... Fuertes. Alegrarme la noche ¿Como?.

Tu eres la mal pensada Alice, el no quiso decir eso, morbosa.

- Creo que lo malinterpretaste un poco, con alegrarte la noche me refiero a que, podemos divertirnos aquí bailando y haciendo otras cosas, pero no quise sonar grosero.

Te lo dije. Agradece, por lo menos es alguien decente.

- ¿Quieres ir a bailar? - Por supuesto que quería ir a bailar, pero hay una cosa que lo impide, Zapatos.

En otra ocasión ya habría lanzado estos malditos zapatos a cualquier lugar, pero las palabras sabias de Ashley "Los zapatos, son los que representan el glamour y la hermosura de una mujer, y si llegas a quitártelos, me veré obligada a arrancarte los dedos con una pinza", y créanme, cuando Ashley dice algo, habla muy en serio.

Pendeja.

- Vamos, no tengo problema - Al levantarme podía sentir como todos mis huesos explotaban uno por uno.

Dios. Que alguien me ayude.

Miré a Steven con una sonrisa falsa, y cuando nos íbamos a dirigir hacia la pista de baile, una voz firme y gruesa, inundó mis odios.

- Apartate, yo la vi primero - Al principio creí que ese chico no estaba hablando de mi, pero al ver que me estaba observando fijamente, me di cuenta que si.

- Disculpa pero, hace un buen rato que estoy con ella - Así se habla Steven.

- ¿Todavia no te das cuenta de con quien hablas?

La cara de Steven se tornó pálida y tragó saliva lentamente, volví a mirar al otro chico el cual fulminaba con la mirada a Steven. Asintió mientras lentamente se retiraba dr mi lado, fruncí el ceño y bufé, ¿Quien se creía este tipo para venir y decidir a quien echar y a quien no?, definitivamente tenía que decirle algo.

- A ver a ver amigo, dime, ¿Cual es tu problema? ¿Porque vienes a interrumpir en donde no te llaman? ¿Acaso eres retrasado o algo así? - Sip, lo mejor, preguntas.

- Tranquila muñeca, muchas preguntas para la primera vez, conversemos un momento - Su sonrisa burlona me hacía querer arrancarle los ojos.

- Estas equivocado, yo no iré a ningún lugar y mucho menos contigo, tarado - Volteé y caminé hacia el bar, pero una mano en mi brazo me detuvo. - ¿Y ahora que?

- ¿Quien te crees para rechazarme?

- ¿Y quien te crees tu para hablarme de esa manera? Te informo que así, ninguna chica querrá acercarse a ti.

(.....)

Ya iba por el octavo vaso de vodka y lo único qur quería era ir a bailar, incluyendo gritar y bailar, bailar, bailar.
Luego del pleito con el chico al cual no habia preguntado su nombre, decidí divertirme de una buena vez, y bueno, aquí estoy, descalza, porque obviamente, no estaría con esos asquerosos zapatos toda la maldita noche, y tratando de seguir de pie.

Ya no estaba en mis 5 sentidos así que no sabia lo que hacía ni lo que decía, muchos chicos se me habian acercado y la mayoría estaban malditamente bien, y como perder la oportunidad, para eso está el celular, aunque en estos momentos no tengo ni la menor idea de donde podría estar, mañana recibiría muchos mensajes de hermosos hombres.

Genial.

Seguí bailando descontroladamente sin detenerme por las miradas fulminantes y desconcertadas de algunas chicas ni por otras acosadoras de chicos. Por primera vez en toda la vida estaba divirtiendome de verdad sin preocuparme por no conseguir un empleo.

Me di cuenta de que ya era bastante tarde y decidí dirigirme nuevamente al bar, no veía a mis amigas por ningún sitio y eso me preocupaba, la cabeza me daba vueltas y en lo único que podía pensar era en el sueño que se estaba apoderando de mi cuerpo. Sin darme cuenta ya había puesto la cabeza encima de la mesa y poco a poco iba cerrando los ojos.

InolvidableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora