Brujas Grises

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Mientras caminaba con mi papa (Caleb), mi mama (Aximena) y mi hermano menor (Atjors) hacia la feria, me percaté de dos viejitas que llevaban largos vestidos grises y parecían estar con su nieto, o eso fue lo que creí.

Una vez dentro de la feria mi hermano está impaciente por entrar a un juego nuevo que la feria estaba promocionando, el se soltó de la mano de mis padres y salió corriendo hacia el juego.

mi hermano corrió hacía tan rápido, que ya casi no lo podía ver, con su pequeño porte se perdía entre la muchedumbre.

-Demitria ve a ver a tu hermano -Dijo mi mamá

-Está bien, pero después de ver a mi hermano vamos al juego que yo elija -Dije yo

<mi mama solo rio>

Cuando salía a aquel juego al cual mi hermano había salido corriendo me di cuenta de que las dos viejitas que había visto, se estaban acercando a mi hermano y que ya no estaban con el niño el cual yo pensé que era su nieto.

En ese momento me acorde de lo que me contaba mi abuelita.

<FLASHBACK>

-Demitria te tienes que portar bien, y no tienes que soltarte de la mano de tus padres cuando vayan a la feria, por qué si no las brujas grises te pueden coger; ellas parecen unas simples y amables viejitas pero cuando te convencen, te llevan al bosque, se convierten en feas y arrugadas con un tono de gris como el polvo, ojos oscuros del color de las tinieblas, alas grandes, largas y negras como murciélagos, con siente tan afilados que el solo verlos sientes su mordida, con una pose encorvada y unas uñas que se transforman en garras como la de los tigres al cazar a su presa.
Ya cuando se convierten en tan feo monstruo, te llevan a la montaña y te ponen en una jaula para después comerte.

-no abuelita, yo me voy a portar bien -le dije con voz de miedo

-ay nena, te quiero de aquí al cielo -rio ella

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Contemplé como las señora hablaban con mi hermano, lo cogían de la mano y se lo llevaban al bosque arrebatándolo de mí y su familia. Una vez adentrada en el bosque los perseguí sigilosamente y mientras caminaban y hablaban con mi hermano yo podía observar cómo se iban transformando en la horrible criatura que eran.

Asombrada de su aspecto macabro caí de espaldas, las hojas y ramas que habían caído por el otoño se alzaron como si una fuerte brisa las hubiera golpeado, las ramas se rompían y sonaban como tazas cayendo. Ellas voltearon y se dieron cuenta de que yo las había estado persiguiendo. Alzaron vuelo y se fueron a lo más alto de la montaña.

Corrí tratando de alcanzarlas, cuando escuche una voz que me llamaba detrás de unos árboles, me acerqué atemorizada y vi una hermosa mujer de largo cabello ondulado, ojos del color de la noche y sus labios rojos como la sangre resaltaban sobre su piel blanca como la leche. Cargaba un vestido que en su anterioridad era blanco pero ahora se encontraba roto y sucio por el frío suelo del calabozo en el cual sus hermanas la habían mantenido prisionera. Ella había logrado salir gracias a Ruffus, un esclavo más de Serina y Aniley (las dos brujas grises).

Alaska, la hermosa mujer entre los árboles me dio un arco y tres flechas que habían sido creadas en una estrella agonizante, y eso era lo único con lo cual se las podía matar. Las hermanas de Alaska estaban celosas porque ella se había ganado toda la hermosura. Por esa razón, era que la habían tenido prisionera. Por largos años ella había tratado de escapar, y cuando llego Ruffus logró ver la manera de que cuando se ponga la feria, ella escapar de sus hermanas y buscar a alguien para derrotarlas.

Terminando de decirme en pequeñas palabras todo lo mal que había pasado toda su niñez, desplegó unas bellas alas con brillo radiante como la luna al anochecer, y me dijo:

- Se cómo llegar sin que Nanniet, el ogro que cuida la cueva de las brujas grises se de cuenta de que estamos ahí.

Me cogio de la mano y me puso encima de su espalda, alzó sus alas y de un fuerte salto ya estábamos en las alturas del cielo. Al llegar a la cueva, me di cuenta que en las jaulas que colgaban del techo, estaban todos aquellos niños que se habían desaparecido.

Mientes Alaska abría y sacaba a los niños de las jaulas para que pudieran escapar. Me acerqué lentamente hacia las brujas. Y me di cuenta que en una olla de agua estaban haciendo una poción. Mi hermano (Atjors) se dio cuenta de que yo estaba ahí, y grito:

-Demitriaaaaaaaaa.............

Las dos brujas se dieron vuelta, y volaron hacia mi. Con las flechas trate de darle pero al primer intento la flecha salió de la cueva, perdiéndose en los bosques. La segunda le dio en el pecho a Serina provocando que ella se convierta en miles de Diamantes; Esto hizo que Aniley se enojara mientras corría hacia mí; Aniley logró caer encima de mí, esto hizo que la última flecha que tenía salga rodando junto al arco hasta los pies de mi hermano una vez que Alaska lo logro desatar, el en un acto de valentía agarro el arco y la flecha que quedaba y le dio a Aniley, haciendo que está se convirtiera en oro puro.

Las piezas de Diamante y la figura de oro fueron entregadas al museo del reino.

Alaska, Atjors, y yo volvimos a la feria donde estaban nuestro padres asustados por lo sucedido. Aniley y Serina convertidas en Diamantes y Oro jamás volvieron a molestar y el reino quedo libre de toda maldad.

<aunque se dice que en el museo aún se escuchan las voces de ellas tratando de convencer a los niños para que vallan con ellas a lo profundo del bosque>

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