Ciento veinte y un cigarrillos

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Mis pestañas se separaron con lentitud,

Eran unos golpes en la puerta aquellos que me habían despertado.

—Está bien, voy a pasar— era Moune, con una bolsa de papel entre los brazos— vamos, sal de la cama. Traje el desayuno

Simplemente permanecí tumbado sin siquiera mirarla.

—vamos— insistió ella, al ver que no reaccionaba se coló entre mis sabanas y me beso en la nariz

—no hagas eso

—¿Por qué te molesta tanto?

—eso lo hacia ella...




Noviembre Frío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora