Love Sick: No pedí amarte (Youngjae&Tú)

~Bonus~

Pov. Youngjae

[FLASHBACK]

Llego el sábado primaveral a nuestra ciudad. Ese día era el que más me gustaba de todos en el año debido a que llegaba la primavera y con ella el día de campo más hermoso en familia que podíamos pasar con mis padres. En realidad hace ya dos años que solo pasábamos ese día con mi madre debido a que mi padre siempre tenía mucho trabajo como para desperdiciar horas con nosotros. Su excusa era "si yo no trabajo entonces ustedes no tendrían que comer para el día de campo". Mi madre siempre lo protegía diciendo que él pasaba días enteros trabajando sin parar para darnos todos los lujos y para poder consentirnos en todo. No lo se, jamás creí en mi padre, solo estaba a su lado porque a mamá le hacía feliz.
Se veía tan radiante como siempre, tenía puestos sus tacones finos color blanco que siempre usaba par las ocasiones especiales, traía un vestido no muy costoso color salmón, tenía un leve escote y le llegaba hasta por un poco más arriba de sus rodillas, era bastante casual. En su cabeza portaba un sombrero de tela rosa claro con unas flores a su alrededor y de su cuello colgaba, como siempre, su bello collar de plata puro. Mi padre se lo regalo para uno de sus cumpleaños, el collar tenía como diseño un niño que atrás decía "Youngjae" ella amaba usar ese collar, decía que era el emblem que marcaba su amor hacia mi. Siempre vestía prendas sencillas y por sobretodo muy cómodas debido a que ella siempre se buscaba algo para hacer, pero eso sí, sus cabellos siempre estaban atados de una manera muy elegante y hacía juego con el collar de plata. Nunca comprendí el porque de siempre peinarse tan sofisticadamente, siempre que se lo cuestionaba mi madre solía decirme siempre las mismas líneas "antes muerta que sencilla mi niño" y seguido de eso me decía "cuando crezcas y consigas una novia me comprenderás a la perfección" y luego reí angelicalmente batiendo mi pelo tras ver mi expresión de poca comprensión.
Tomó aquel mantel floreado de las puntas y luego lo estiró, logrando que se abriera completamente, luego lo acomodó bien sobre el césped, puso en el centro una canasta llena de alimentos y luego volteó a mirarme, realizó su típica mueca de molestia con sus labios y se cruzó de brazos.
- Yoo Youngjae- me gritó viéndome fijo
- S-si señora?- tartamudeé al oírla
- No te quedes ahí parado hijo, me dejas todas las cosas a mí. Anda, ven y ayúdame- me regañó pero con dulzura.
Prácticamente corrí a su lado y me senté sobre el matel, introduje mis manos dentro de la canasta y comencé a sacar alimento por alimento mientras mi madre los ordenaba.
- Mmm...-me saboreé. - Esta realmete delicioso, esta vez si que se lució cocinando- mencioné con mi boca llena.
- Aigoo Yougjae- dijo riendo leve para luego tomar una servilleta. - Come con calma mi niño, tenemos todo el día solo para pasarlos tu y yo- dijo limpiándome los labios.
- No... señora- me quejé tomando otra servilleta. -Tengo 11 años, estoy grande para que usted limpie mis labios. - Mencioné limpiando el rastro de comida de mi boca.
- Claro, como no. Te crees mayor y aún no te das cuenta cuando te ensucias para comer. - dijo señalando mi camisa
- Señora...- susurré y me sonrojé mientras ella reía leve.
- Deja que te ayude chico rudo- rió de nuevo intentando quitar la mancha de mi ropa. -Aunque en algo tienes razón, haz crecido muy rápido- dijo con notoria nostalgia en sus palabras.
- Es cierto, he crecido. Pero siempre seré su pequeño niño ¿De acuerdo?-
- Desde luego que si. Siempre serás mi niño Youngjae, mi pequeño y gran hijo, se que lo harás bien...-
- Si usted permanece a mi lado entonces todo lo que haga estará bien para mí-
- Claro que si hijo, siempre me quedaré a tu lado.-
Ambos sonreimos tras aquella plática. Terminamos de almorzar y juntamos las cosas. Nos pasamos toda la tarde jugando y conversando tal y como lo haciamos todos los años. Mi madre era mi mejor amiga y realmente éramos muy unidos, por ella yo era inmensamente feliz y si ella estaba a mi lado no necesitaba de nadie más, si ella reía, yo reía con ella, si lloraba, llorabamos los dos; si ella amaba, yo también amaba y si ella caía, yo me derrumbaba su lado, no quiero ni necesito a nadie más que a mi adorada madre.