Capitulo único

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NO OYES LADRAR A LOS PERROS

ADAPTADA

POR: HANA1510

(Inicia la canción, es ambiente para la historia... XD)

-Tú que estás arriba, María, dime si no vez alguna señal del pueblo- dijo el hombre angustiado.

No escuchó nada, simplemente los quejidos y lucha por conseguir aire.

Su dulce hija, que ahora se encontraba en su espalda estaba agonizando a causa de un ataque de asma; su inhalados se había agotado y el pueblo más cercano estaba al menos a 2 horas de camino, donde podría conseguir ayuda médica y un nuevo inhalador para su hija.

Toda esta situación comenzó hace más o menos una hora.

.

El padre se encontraba preparando el almuerzo mientras su hija jugaba en el patio trasero, su dulce risa resonaba en toda la casa. Ella jugaba con un su pequeño amigo que vivía a unas casas de la suya.

Todo estaba en paz, el calor era notorio, pero no arruinaba el ambiente tan pacífico que se formaba.

El hombre mayor veía de vez en cuando la ventana que daba por el patio trasero para vigilar a su hija a quien más valoraba en la vida; ella era la única familia que le quedaba.

Unos minutos más tarde ya estaba terminando el almuerzo, pero ya no escuchaba a su hija, esto le preocupo.

A paso apresurado se dirigió a su patio y ahí vio a su hija, estaba tumbada en el suelo, tosía y soltaba gemidos en busca de aire.

El pequeño niño estaba junto a ella llamándola y moviéndola suavemente buscando que ella le respondiera.

-¡María!- exclamó el padre.

Rápidamente se dirigió hacia su hija y tomó su rostro, vio que estaba pálida y cansada, era obvio, el aire le faltaba.

-Ve a tu casa niño- dijo el padre. El niño menor obedeció y salió de la casa.

El hombre mayor tomó a su hija, la contó en su espalda y sin pensarlo dos veces salió de su casa.

.

Ahora el hombre a paso apresurado con su hija en la espalda busca con desesperación el pueblo que aún no logra encontrar.

Los gemidos y quejas de su hija son tortura para él, sabe que sus pulmones exigen aquel aire vital y que esa maldita enfermedad les impide.

-María, dime si oyes aunque sea ladrar a los perros- suplicó el padre.

No contestó.

El calor de la tarde era abrazador, completamente diferente a como era hace una hora. El sol parecía quemarle las piernas, los brazos, su rostro, todo; el sol quemaba todo a su paso y el aire escaseaba.

No podría ser peor.

Sentía como sus piernas querían romperse y poder descansar, pero su fuerza y deseo por la vida de su hija no lo dejarían. El cansancio era horrible, apenas podía contener el aliento y ni el ambiente ni la situación le ayudaban, solo empeoraban.

-Papá...- escuchó en un débil susurro.

Su hija que desde el inicio estaba buscando aire, pareciera que encontró lo suficiente para poder hablarle.

No se detuvo, siguió avanzando, esta vez intentando apresurar más el paso, pero nada.

-¿Podré ir con mamá?...- preguntó jadeante.

-No, claro que no, ella te cuida y te mantendrá a mi lado- respondió el padre.

No quería que su hija se diera por vencida, no quería que ella aceptara su fin, que no luchara por sobrevivir.

-No mientas...- susurró.

Sabía muy bien a lo que su hija se refería, ¿Cómo es que una niña tan pequeña como ella podía comprender algo como la muerte?, se preguntaba a diario.

él y ella sabían perfectamente lo que pasaría si no llegaban a tiempo al pueblo.

-Papá.... por favor.... bájame- pidió.

-No, ya no falta mucho, verás que te pondrás bien- las lágrimas comenzaron a salir.

-Por favor....-

No tuvo de otra, tuvo que aceptar.

Se detuvo y bajó con mucho cuidado a su hija. Ella estaba más pálida, luchaba por aire, pero ya no tosía, su pecho subía y bajaba rápidamente.

Su padre estaba triste, sus lágrimas no se detenían y una que otra caía en el rostro de la pequeña.

Ella llevó temblorosamente su mano al rostro de su padre, éste la tomó y la acarició con su rostro.

Ella sonreía. Su padre solo podía ver esa dulce sonrisa que le daba ánimos todos los días, aquella sonrisa que iluminaba cualquier habitación, aquella sonrisa que daría por cualquier cosa.

Tomó su cabeza con mucho cuidado, como si se pudiera romper en cualquier momento. Pudo sentir sus largos cabellos castaños iguales a los de él y vio esos hermosos ojos esmeralda iguales a los de su difunta esposa; sin duda su querida hija era su más hermoso tesoro.

Las lágrimas comenzaron a salir de esos pequeños ojos también.

-¿Papá?- dijo débilmente.

-¿Si?, aquí estoy- aferró más la mano de su hija a su rostro.

-Por fin podré ver de nuevo a mamá- afirmó.

-Si...- por fin lo acepto.

Él sabía perfectamente que ella se iría se su lado y regresaría al lado de su madre.

Ella comenzaba a cerrar sus ojos, pero mantenía su sonrisa, quería darle a su padre un último momento de felicidad, quería irse sonriendo así como vino al mundo.

Su padre también sonrió, quería que su hija se fuera tranquila, que no se preocupara por él.

-Adiós..............papi-

Su pequeño y frágil cuerpo dio un último golpe, el golpe final que daban sus pulmones rendidos.

Esa sonrisa que tanto le dolía desapareció y rompió en llanto.

Su más hermoso y valioso tesoro se le había escapado de sus manos, su única familia, su amiga y princesa se había ido para siempre; nunca regresaría con él.

Solo algo le daba alivio. El saber que ahora esa pequeña traviesa que hacía escándalo todos los días y correteaba por la casa por seis años, aquella chiquilla que le sacaba de quicio y le causaba risas y carcajadas, seguiría haciendo travesuras y bromas en el reino de los cielos al lado de su madre.

Secó sus lágrimas y tomó a su hija nuevamente, la tomó de la misma forma que cuando la tomó cuando ella llegó al mundo.

Retomó su camino al pueblo.

.

Escuchó ruidos, más bien ladridos. Estaba escuchando ladridos de perros, aquellos sonidos que tanto anhelaba escuchar hace unos minutos.

Miró a su hija que estaba en brazos y vio su rostro; estaba en paz completa, pareciera que sólo dormía y soñaba, pero no era así.

Siempre la recordaría, igual que a su primer amor.

"¿Papá, ya oíste a los perros?"

FIN

Ok espero que les haya gustado, es algo corto, pero para que tenerlo guardado por ahí?, mejor lo publique.

Saludos a @Dani_Alducin y les invito a que pasen a su canal y chequen su historia "Volver a caer..." de Shawn Mendes que esta super interesante y les aseguro que les gustará.

Saludos a Milady, Chikis a Dani y a los chicas y chicos del colegio.




No oyes ladrar a los perros (adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora