IV

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-Por Dios, ______, si pusiera un huevo encima de ti, seguro ya estaría frito, es mejor que vallamos ya mismo al hospital
-no! Estoy bien, solo es un resfriado...tengo que ir a la Universidad, tomare el Tren, bye!

Y salió de su casa sin decir nada más.
No dejaría que un tonto resfriado la 'privara' de ver al chico rubio que la volvía loca, muchas veces deseaba ser un poco más guapa y más lista, ella desearía ser 'como de revista'. Ella desearía tener más valor y hablarle por fin... Al llegar a la estación el tren ya estaba a un minuto de irse, camino rápidamente y entro en él, para su suerte, el único puesto libre que había era frente a el rubio, sonrió y se sentó, pero él ni la había notado, solo miraba a la ventana, perdido en sus pensamientos.
Había perdido su beca en la universidad, su trabajo y no podía permitir que Alejandro y Sabina lo mantuvieran, eso iba contra sus propias reglas, tendría que irse de ahí, y quizás le tocara volver a su pueblo, pero no quería, el simplemente deseaba seguir allí y seguir con sus amigos, y, por supuesto, ver todos los días  a aquella castaña que tanto le gustaba...Dio un bostezo y miro al frente, allí estaba ella mirándolo fijamente, como no se había percatado de que ella ya estaba allí? Suspira mientras ella cierra los ojos y el mira a la ventana, nuevamente, pero esta vez, la observa por el cristal, ella sigue mirándolo y mientras, peinaba su cabello con sus dedos, pero se ve diferente, mucho más pálida y débil, "acaso esta enferma?" pensó, igualmente, para el seguí siendo hermosa.
Al llegar a su destino, ella bajo lentamente, estaba mareada, porque no le había hecho caso a Tamara? Ella siempre tenía la razón, y como todos los casos anteriores, nunca le obedecía, algún día aprendería?

-hola?-dijo ____, mientras su amiga contestaba el teléfono-
-________? estas bien?
-no, me acabo de bajar del tren, por favor ven a buscarme
-claro, hay voy-dijo, mientras colgaba-

15 minutos esperando, 15 minutos que se le hicieron eternos, y cada vez sentía que no podía más, respiraba pausadamente y sentía como estaba a punto de desplomarse. a lo lejos vio a su mejor amiga correr a ella. Le sonrió débilmente, sabía que ella la regañaría en cualquiera momento, pero no le importaba, solo quería llegar a su casa, acostarse en su suave cama y relajarse, claro, después de ir al hospital.

-te dije que deberías haber ido ir al hospital, pero nunca me haces casó
-para eso te llame, me siento horrible
-lo sé, y te ves horrible-dijo Tamara, ayudando a parar a su débil amiga, casi nunca la veía así, por lo regular, ella era fuerte y energética- ven, vamos

Caminaron abrazadas hasta el nuevo auto de Tamara: un convertible rojo.
_______ se acostó en la parte trasera, mientras su amiga se sentaba en el asiento del conductor, prendía el auto y maneja lo más rápido que podía al hospital más cercano.
Niall, había seguido su camino hasta la casa de los Smith, su casa era enorme, elegante y hermosa, Niall pensaba, que cuando se casara iba a tener una casa como esa, en donde poder jugar con sus hijos y su esposa, y, en los días de lluvia, prender la chimenea y acurrucarse juntos y pasar un gran rato familiar. Curiosamente, siempre que imaginaba su vida familiar, la castaña estaba presente en su cabeza. Siempre aparecía en su cabeza inevitablemente.

-hola, Ana-dijo Niall, cuando la cuñada de su amigo le abrió la puerta-
-que te trae por aquí, Nialler?
-vengo a visitarlos, solamente.
-pasa.

Entro y cerró la puerta tras él.
A Ana ya tenía la panza bastante grande, tenía  seis meses de embarazo.
Cuando León se enteró que sería padre no quiso esperar ni un momento más para comprar y organizar todo para su primogénito, estaba realmente feliz y no podía esperar para poder tenerlo en sus brazos.
Liam también estaba emocionado por su sobrino, aunque deseaba tener su propia familia, sabía que aún estaba muy joven y podría esperar unos cuantos años más.
Pasaron a la sala de estar, mientras Ana le gritaba a Liam para que bajara, en tan solo segundos estaba parado al lado de Ana, sin percatarse de la presencia del rubio, Liam estaba preocupado por su cuñada. Así era el, se preocupaba de todos, tenía un gran corazón.

-hola, no?
-Niall! Hola, hace cuanto estas aquí?
-acabo de llegar, por eso te llamaba.
-bueno, quieres algo de beber?
-una copa de vino estaría bien
-Ana, siéntate con Niall, yo traigo las copas.-Liam se ofreció por su cuñada- para ti será jugo de manzana.

Mientras Liam volvía, ellos hablaban sobre el bebe, Ana se notaba muy emocionada, y su sonrisa era tan grande y radiante que lograba contagiarlo de ella, pero aún así seguía preocupado.
Niall no sabía cómo decirle a sus amigos que tenía que volver a Irlanda, y tampoco quería hacerlo, estaba muy a gusto en Madrid, y por lo tanto, le costaba tanto decirlo y hacerlo, pero lastimosamente ese día se acercaba, y seria en 3 días- el sábado-.

-tengo que contarte algo importante-dijo, después de que Ana tomará su vaso con jugo de manzana y los dejara solos para que hablaran más a gusto-el sábado vuelvo a Irlanda-había soltado el rubio por fin, mientras cerraba los ojos y esperaba la respuesta de su amigo-
-que!? porque?
-perdí mi beca y no puedo ni quiero permitir que Sabí y Alejo me mantengan,en mi pueblo, tengo una casa con seguridad al igual que un trabajo y no me faltaría nada, pero aun así, los estaré visitando cada vez que pueda
-te extrañaremos, hermano-dijo Liam, mientras se levantaba y abrazaba a su rubio amigo, le haría mucha falta, por lo menos lo vería de vez en cuando, aunque no sería lo mismo, el grupo de los tres mosqueteros no estaría completo sin el, nunca, pasara lo que pasará, el puesto del tercer mosquetero sería de Niall, por lejos que estuviera.

JUEVES| N.H. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora