Me desperté gracias a un fuerte ruido que provenía desde la planta baja, mire alarmada al otro extremo de mi cama de dos plazas kingsai, Kian dormía plácidamente, tire todas las mantas y sabanas a un lado para evitar terminar en el suelo de cara... no era una buena forma de comenzar el día, mucho menos si seguía escuchando esos fuertes golpes en mi casa.
Baje un tanto preocupada, me aferraba al bate que pude tomar deprisa de mi closet y baje las escaleras procurando no hacer ruido, la sala estaba desierta. a medida que me acercaba a la cocina el ruido iba cesando, al estar al lado de la puerta llegue a distinguir un par de maldiciones y solo el pequeño reflejo de una tenue luz que parecía ser la de la heladera, esta se colaba por debajo de la puerta y gracias ella pude distinguí la sombra de una persona saqueando MI heladera, comiéndose MI comida. Hoy tendría que ocultar un cadáver... y yo que ya me estaba acostumbrando a esta vida fácil...
Abrí la puerta con sumo cuidado de no hacer el mas mínimo ruido para no alarmar al maldito saqueador de heladeras...
- Nicolle... - pancho a pesar de estar en mi cabeza hablaba en susurros -
- ¿Que quieres Pancho? -
- Algo no me huele bien, y esta vez no son tus pies... -
- En este momento estoy pensando igual que tu, cáncer neuronal - y es verdad suelo tener un sexto sentido para este tipo de situaciones -
A medida que me acercaba a la figura que estaba, prácticamente dentro de la heladera, como si fuera si fuera a encontrar un pasadizo o que se yo... Podía sentir un aura, esta como muy pocas que he sentido en mi vida, era oscura y muy poderosa, cosa que hizo que todo mi cuerpo se erizara del pánico... Al menos ahora puedo estar segura que no es un cazador, pero eso no es del todo bueno, esa aura es demasiado oscura para ser la de algo natural...
Cuidadosamente me acerque hasta su espalda poco a poco pude distinguir el color de su ropa y para mi mala suerte eso solo significaba una cosa.... su ropa era toda negra, y no era como la ropa negra que portábamos los caídos, no, esta ropa negra era de algo mucho peor. Este era un ángel demoníaco.
Me paralice por un pequeño instante, esto no era normal . Los ángeles demoníacos nunca salían de las sombras, y menos para "visitar" a un caído. Si se llegara a desencadenar una pelea, el tendría un punto a favor... sus alas. Pero por otra parte ellos no tienen el poder de utilizar sus armas cuando lo deseen, puesto que solo las puede usar cuando se los permiten, osea que estamos empatados. O por lo menos eso creí hasta que lo vi pararse... media casi dos metros sin contar que su masa muscular tampoco era poca...
Me puse detrás de isla de la cocina y deje el bate a un lado. Me concentre lo suficiente e hice salir mi hoz. Me pare de una salto y subí a la isla en otro, con eso obtuve toda su atención ya que salio de mi heladera, pero solo me dio la espalda, como si ya supiera a lo que se enfrentaba....
- Date la vuelta cobarde! - parece que mis palabras ni lo inmutaron ya que no se dispuso a mover ni un solo musculo - ¿que es lo que quieres? - la hoz en mis manos comenzó a brillar con mas intensidad que antes lo que solo significaba algo... mi furia iba creciendo y a menos que este chico respondiera no iba a hacerme responsable de mis actos... -
- ¿Que se supone que debería decirte? - su voz era ronca pero suave, muy cautivadora a decir verdad - ¿que esperas que te diga? créeme que no me disculpare por fisgonear en tu heladera - su tono paso de "voy a matarte" a uno con un leve tono de burla -
En ese momento se dio vuelta y lo que veía realmente me sorprendió... en mi vida solo pude ver un par de ángeles oscuros, pero este era diferente a todos los otros que había visto antes, su cabello castaño y con rizos caía hasta sus hombros y una parte quedaba cerca de un lado de su cara. Sus ojos verdes esmeralda parecían brillar con los pequeños rayos de luz del amanecer que se colaban por la cortina. Por un pequeño instante quede fascinada por su belleza, pero luego reaccione y quite mi cara de boba
