Luego de la guerra entre distintos mundos, quedó el campo de batalla bañado de sangre.Cuerpos rebanados esparcidos por doquier.Emblemas arruinados, vidas evaporadas.El lugar en el que ocurrió la masacre llena de sangre , honor y odio fue en el acantilado de Bestmunt.La tierra roja, el mar azotando constantemente y de forma violenta contra el precipicio daban el trasfondo perfecto para el sonido del ir y venir de los cuchillos, espadas , y lanzas. Tres razas que hace años compartían la tierra. Los Belkar, este era parte de su territorio, los Fhujkil tenían la mayor parte de territorio y sin embargo eran muy malos en la guerra, pero su número ayudó. Y por último los de la especie de Anaya y Zirhá, los Relum.
Los Belkar tenían cuerpos anchos, pesados , su piel era muy oscura y su pelaje blanco ocupaba toda su espalda y parte de su cabeza. Eran brutos para la guerra, pero sus golpes eran fuertes. Tenían mala defensa y lenta pero buena ofensiva. Su Rey era Girgdar, era ambicioso y solamente involucró a todo su pueblo y raza a la guerra por su ambición.
Fhujkil era una raza milenaria, una de las primeras y de las cuales menos suciedad en la sangre original tuvo.Eran altos, esbeltos, delicados, pero muy poco precisos para una ofensiva.Su defensa era muy buena ya que su vista de cerca ayudaba a bloquear rápidamente el paso de los enemigos.Ellos no tenían pelaje ni cabello en ninguna parte de su cuerpo , ni siquiera cejas. Solo tenían ojos verdes muy claros , por lo cual eran sensibles a la luz. Para esta ocasión tenian puestas unas gafas, que bien dificultaba la vista a lo lejos , los protegía de la claridad que los tres soles brindaban durante la masacre que produjo esta guerra.
Y luego están los Relum , a comparación de las otras especies su estatura era mediana, sus pies eran grandes y le brindaban estabilidad,eran lo más parecidos a lo que se conocía 1000 años antes como humanos, son los descendientes. Esta especie solamente ganó por dos factores.El primero es que tenían mejor vista y posición que las demás especies. Y el segundo, algunos muy pocos de ellos tenían la capacidad de bloquear mentalmente a su enemigo.
La guerra duró 15 lunas,Anaya fue el único que se quedó hasta el final luchando; ya que los Relum que eran como él al ver que la guerra ya estaba prácticamente ganada contra los otros, se marcharon. Zirhá fue la única mujer que se quedó a ayudar a Anaya.
Todo el mundo peleaba por que su "Rey" lo necesitaba. Pero Anaya y Zirhá No. Ellos peleaban por honor, porque sus corazones habían perdido todo, les habían arrebatado todo. Y lo único que pensaban que podía saciar su sed de justicia , era matar, hacer sufrir al animal que les quitó todo lo que tenían...
Anaya observaba todo el panorama detenidamente. Su rostro no reflejaba ninguna emoción. Estaba completamente sumido en la soledad, en la paz mortuoria que dejó la guerra. Juntó su Lanza de filos azules y partió. Buscó durante horas señales de Zirhá, pero cuando comenzó a anochecer decidió volver, antes de que las bestias salgan.
Caminaba hacia el horizonte, esquivando cuerpos , tratando de no pisar algún cadáver.
Iba con paso firme, aunque se había desgarrado un hombro. Estaba por salir completamente del campo de batalla, cuando la escuchó.
La escuchó a ella llamándolo, con su voz suave, sonora. Un sonido que no tenía absolutamente nada que ver con el ambiente de muerte que lo rodeaba. Anaya enloqueció, aún más que cuando estuvo en la guerra, no era venganza, era esperanza, aún mas desesperante.
Empezó a correr, no importó más cuan cansado estaba ni cuan maltrecho esté su cuerpo. Siguió su voz , como si su vida dependiese de ello , como si fuera lo único que lo hacía sentirse vivo.
Y entré la agitación de su corazón terminó de pie frente al borde del acantilado.
Miró el mar, y entre la breve pausa de las Olas, la vio. Estaba allí, ¿a donde más podría ir si no fuera a su lado? Sonrió, como no lo había hecho hace mucho tiempo, soltó sus cosas, extendió los brazos y se dejó caer por la gravedad, con los últimos rayos de Sol, se fundió en el océano, al lado de su alma gemela.
Y lo último que se escuchó, después de tanta muerte, fue el violento estallido del agua al fundir el alma de Anaya con el Mar de Zirhá.

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Rincones negros.
General Fictionhistorias cortas adaptadas al lado oscuro de nosotros mismos y los demás.