«Libros, música y cigarrillos»

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En un abrir y cerrar de ojos  mi cuerpo ya estaba tendido en el suelo, por suerte los arbustos detuvieron mi caída. 

Auch.

Carter! ¿Qué haces en el suelo? Levántate, no hay tiempo para descansar-dijo Lila apurándome.

-Si  no te preocupes, yo estoy bien,  puedo levantarme solo, no te molestes en ayudarme-dije sarcástico.

-Que bien, ahora levántate tenemos cosas que hacer-hizo un ademan para que volviera a seguirla.

Me levante del suelo, ella tomo de mi brazo mientras me guiaba a quien sabe donde, asi que decidí preguntarle.

-Lila ¿A donde vamos?-pregunte intrigado y confundido a la vez.

-Vamos a mi guarida-dijo con una gran sonrisa.

-¿Te refieres a tu habitación?-pregunte aun más confundido.

-No-se limito a decir.

-Bueno entonces ¿a dónde vamos?-insistí.

-Tu relájate, ya casi llegamos-volvió a sonreírme.

Caminamos como por 5 minutos más, nos alejábamos cada vez más de los salones, yo sólo me límite a seguir. Finalmente llegamos a una tipo oficina o algo por el estilo, estaba descuidada y llena de hollín, era más que obvio  que nadie ha entrado ahí en años, y no sorprende que nadie lo haya hecho, lo que me causaba cierta incertidumbre es porqué ella sí.

-Bienvenido a mi guarida-

Lila abrió la puerta, la cual por cierto hizo muchísimo ruido, entramos lentamente, todo estaba realmente  muy obscuro, no se podía percibir nada, tropecé varias veces, hasta qué ella encendió la luz, todo parecía estar en ruinas, había escombro casi por doquier, ella agacho la mirada, yo alce la mía para ver qué era lo que vio, había como un tipo altar con la foto de un chico, había muchas cartas, flores y colillas de cigarro; fue ahí cuando me di cuenta de qué el era Richard, y esta la cocina en que murió.

-¿Sabes? Me gusta venir porque se que él esta aquí, suelo dejarle cigarrillos y cuando vuelvo a venir ya sólo están las colillas, a veces hablamos, más bien yo hablo, él no siempre responde, pero igual me hace sentir bien como si lo hiciera, la verdad es que nadie muere del todo, podrá ser que su cuerpo no tenga vida pero su alma siempre estará conmigo, aveces camina junto a mi charlamos y reímos, todos piensan qué estoy loca, quizá lo esté, pero se qué él esta conmigo, lo se, lo siento muy dentro mi, no suelo tomar confianza tan rápido a las personas, pero...Pero es que tú me recuerdas tanto a el, ese entusiasmo, esa personalidad tan fresca, como entras en pánico cada vez qué haces algo malo, la forma en que me miras, eres igual a él y no se si amarte u odiarte por eso-dijo con los ojos llenos de lágrimas-.

Luego de eso hubo un enormes silencio incómodo, demasiado quizá.

-No se qué decirte.

-No digas nada-dijo mirando al piso.

Una vez más hubo otro silencio incómodo, Lila seco sus lagrimas con su antebrazo, luego se reincorporo e hizo como si nada hubiese pasado, es tan propio de ella hacer eso.

-Ven vamos a divertirnos-me sonrío.

Me la pasé casi toda la tarde con Lila, hablamos de libros que nos gustan, escuchamos música juntos en su reproductor, el cual tenia consigo de contrabando;  resultó qué tenemos muchas cosas en común, hablamos sobre nuestras vidas, más bien hable sobre mi vida, ya qué ella no quiso hablar al respecto, ella era como uno de esos libros de misterios de los qué no sabes nada y entre menos sabes más deseas saber.

Estábamos en el puente compartiendo un cigarrillo mientras qué hablamos sobre, bueno sobre nada realmente, ella se termino el cigarrillo y volteo a verme esperando que encendiera otro.

-Lila, sólo traíamos ese, le dejaste la cajetilla a Richard ¿Lo olvidas?-

-Joder es cierto-hizo una pausa-ven acompáñame a mi habitación, ahí tengo más.

Bajamos del puente y nos dirigimos a su habitación, cualquier otra persona, o más bien cualquier otra chica no te hubiera pedido qué la acompañes a su habitación, mucho menos te dejaría entrar, pero ella parecía confiar en mi. Cuando entramos a su habitación pude notar qué había una sola cama y un gran tocador con fotos de ella cuando niña y un señor mayor, supongo qué era su abuelo o algo  por el estilo, lo más curioso es que las fotos habían sido tomadas ahí en la escuela pero ya eran viejas, de cuando tenía no se, unos 10 años calculo.

-Lila ¿Puedo preguntarte algo?-dije sin dejar de ver las fotos

-Acabas de hacerlo-la mire mal y se rió-vale ¿Cuál es tu pregunta?

-¿Por qué estas aquí? Todos estamos en este lugar por alguna razón ¿Cuál es la tuya?

-...


Espero les haya gustado el capitulo, saludos mis amados lectores, los quiero, bye.<3

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