Pasiones prohibidas - KyuMin

Única parte

Pasiones Prohibidas

Nuevamente me tiene acorralado en una de las paredes de nuestra academia, donde yo no debería estar. Le miro y sus ojos penetrantes descansan en los míos, me estremezco. Inclina su cuerpo, chocando su aliento contra mi cara. Trato de escapar pero con cada uno de sus fuertes brazos estampa los míos en el muro. Se acerca más y yo ladeo mi rostro cerrando mis párpados.

-Aléjate...- susurro por lo bajo. Mi cuerpo está demasiado caliente y aunque el suyo no está pegado al mío también puedo sentir que arde.

-No es eso lo que realmente quieres - se acerca a mi oreja, musita esas palabras y luego muerde mi lóbulo.

«Oh Dios»

Siento que me desvanezco pero él no lo permite. Toma mi rostro y nuestros ojos vuelven a encontrarse. Esos bellos e intensos iris ámbar me miran, lo hacen, con total deseo, sus pupilas se dilatan.
No entiendo ¿Cómo pueden hipnotizarme de esta manera?

« ¡Maldito jaguar!»

En un descuido mío, él aprovecha y besa mis labios rudamente.
Su boca pegada a la mía mientras mis brazos siguen separados por los suyos, con una fuerza misteriosa abre mi boca con la suya, aquella cálida lengua entra en mi cavidad, entonces cierro los ojos.

«¡No!»

Muerdo su labio y a él no le importa, trato de luchar pero él sigue besándome. Abro los ojos, él los tiene cerrados. Ladeo mi cabeza, y solo así dejamos de besarnos.

-Suéltame... - digo exhausto

-No quieres. Sungmin, no deseas que lo haga - me mira, me dedica esa mirada que hace que lo más racional de mí quiera irse.

-Esto no puede ser Kyuhyun - quiero hacerle entender pero solo logro que frunza el ceño.

-¡Tú no lo amas! - su voz demandante nubla mi sentido acústico. Le gusta ordenarme

-Tú no sabes eso - Trato de engañarlo. Necesito que me crea.

-Me deseas, SungMin - sin soltarme apega su cuerpo al mío - Me deseas, deseas que te tome, que te folle duro.

Mis ojos se abren con demasía, él está calmado pero su mirada está cargada de seguridad. Se apega más y yo puedo sentirlo entonces.

-Estás... - no puedo acabar las palabras, mis párpados se entrecierran al sentirlo.

-Estoy excitado. Mi polla se ha parado y quiere enterrarse por completo en ti.

Ahora sí mis piernas flaquean, su cuerpo está caliente. Se frota, frota su cuerpo contra el mío. Apenas puedo ver como sus pupilas destellan.

«Oleré a él. Mierda»

-Ya basta. No te restriegues en mí. No... - no puedo acabar las palabras, está acariciando mi miembro que crece y crece con cada pasada de mano que le da el felino.

-Dios. Min, voy a follarte.

Antes que pueda decir algo, él vuelve a besarme, en ningún momento deja de restregarse. Me estoy volviendo loco, trato de decirle que no, porque esto no está bien. Somos enemigos, bueno, él y Kangin lo son.

-¡Ah!- gimo.

-Sí bebé. Gime ¡Hazlo! - ordena.

No puedo controlarlo, de mi boca sale gemido tras gemido.

«Pueden escucharte Min»

Pueden hacerlo pero mi mente está demasiado nublada para procesar el peligro. Estoy en la casa enemiga, y a este peliazabache poco le importa.

-¡Ah Kyu! - lame mi cuello. Vuelve a frotarse.

-Mío. Eres mío. - gruñe.

Entonces me suelta un brazo para luego con el suyo tomar ambos, y con su brazo libre empezar a desbotonar mi camisa pastel.

-Kyu... No... Por favor - Ruego.

-Dime que no lo deseas.

No puedo mentirle. Simplemente no puedo. Me quedo callado. Y él sonríe. Lo deseo, deseo que me tome, que me haga suyo. Pero esto es malo, él lo sabe y casi nada le importa.

-Sungmin... - con su mano libre acaricia mi rostro - A partir de ahora eres mío. Olvídate de Kangin. De todos. Piensa en mí y en lo que sentimos los dos - esta vez no es una demanda. Esta vez, él mira suplicante - Por favor - y con esa frase lo compruebo.

Él me suelta, mis brazos caen a mis lados. Se me queda mirando. Yo estoy confundido. ¿Acaso...?

-No te vayas y deja que te tome - su tono vuelve a ser poderoso pero no me fuerza. No me tiene entre sus brazos. Estamos muy separados, lo suficiente para que yo pueda huir.

«Huye Sungmin. Sabes lo que puede pasar si no lo haces»